A 5 minutos del tiempo cumplido, una pelota muy alta, enviada desde el círculo central, se envenenó y cayó en un sector peligroso. Achicó el arquero, saltaron los defensas, pero González también disputó, y salió ganador. Para él, hacer el gol de la victoria fue "algo único, necesitábamos ganar este partido como sea. Porque el próximo fin de semana quedamos libres, Villa llegaba puntero, estábamos a un punto, y queríamos los tres puntos sí o sí".

 Tras quedarse a las puertas del Apertura, para González el comienzo del Clausura tuvo sus complicaciones, aun así, se mantiene optimista: "Tuvimos algunos partidos en los que perdimos puntos, pero yo creo que vamos a pelear el campeonato. Ojalá así sea, y quién dice que por ahí tengamos una buena racha y podamos salir campeones".

Desde el juego, el volante fue fundamental. Encargado de la salida limpia de Independencia, manejó los hilos del Rojinegro con certeza. Según su propia visión, se sintió: "Cómodo. Gracias a Dios puedo jugar de cinco, puedo jugar de volante y para lo que necesite el técnico, yo voy a dar lo mejor en cada partido”.

El gol llegó de manera inesperada, una pelota muy disputada donde quedaba en desventaja por la altura de sus contrincantes. En tono humorístico reveló: "La verdad, que ni lo vi al gol. Yo cabeceé y sentí solo un golpe, y que después venían a festejar todos conmigo, pero no vi ni en donde entró la pelota".