(Fotos: Valentín Alonso)

La Ciudad

Por Jorge López de Ipiña

Rubén Daray: “Lo que cuento parece irreal, pero no me alejo en lo mínimo de la verdad”

01|10|23 09:12 hs.

El jueves brindó la charla “Noche con historia” a beneficio de ALPI. Dialogó con La Voz del Pueblo sobre su experiencia como piloto de automovilismo, el programa y la revista de “A Todo Motor”, la seguridad vial y el lugar del auto eléctrico en el futuro. Un mano a mano con un verdadero referente

Mencionar el nombre de Rubén Daray es zambullirse al mundo del automovilismo, tanto en su expresión deportiva como en el perfil de la seguridad vial, hasta bucear en el amplio mundo de su industria y traccionar el periodismo desde una visión especializada con la creación de “A Todo Motor”, allá por 1986 con el programa de TV, para luego acelerar a fondo con la revista. 

El pasado jueves, Daray estuvo en Tres Arroyos brindando una charla imperdible que denomina “Noche con Historia”, donde el ex campeón de TC 2000 se brinda a “total beneficio de alguna institución; en este caso fue en apoyo de ALPI. Este es un programa de 10 presentaciones en las cuales buscamos pasar un momento agradable, divertirnos, recordar anécdotas tanto de mi campaña deportiva como periodística, que incluye 35 años de TV, lo que pasó con la revista, todo lo que se hizo a través de ese producto donde hicimos cosas increíbles y en la cual mucha gente no puede creer todo lo que se movilizó en aquellos tiempos”, aclaró marcando cierta diferencia con las “charlas sobre seguridad vial, que han sido más de 350 presentaciones por todo el país”, destacó con satisfacción.

 El éxito del programa de TV y la revista permitió realizaciones e ideas increíbles, como lo dice el propio Daray. “Todo lo que conté en estas charlas son hechos reales aunque no lo parezca. Por ejemplo, hicimos 5 concursos de diseño, simplemente porque a mí me gusta el diseño y admiro a quien dibuja. Al ganador del concurso le dábamos, se le pagaba, un master de 3 años en Italia. Era otra Argentina, otra época; hoy no le podemos dar un pan lactal”, comparó. “Uno de los ganadores fue Pablo D’Agostino, el jefe de diseño de Maserati, hoy. Otro, que ya falleció, fue Rubén Weimberg, jefe del diseño del Fiat Cinquecento Abarth. Hicimos un concurso de pilotos que ganó Christian Ledesma (campeón de TC, entre otras cosas). Por eso, cuando cuento estas historias parecen irreales, pero no me alejo en lo mínimo de la verdad”, remarcó. 


(Fotos: Valentín Alonso)




Para los televidentes o lectores del interior del país, ver hace más de 35 años estos productos, era algo así como abrir una puerta a un mundo desconocido. Y todo esto arrancó de casualidad… “Hubo un poco de suerte en este nacimiento, pero te aseguro que yo le puse un esfuerzo tremendo; me reconozco un tipo de suerte, pero a esa suerte le entregué un envión que ni te cuento…”, confesó primero, para aclarar después esa fortuita creación. “Un día le vendí un auto a una persona diciéndole que era carísimo; no fue para nada comercial lo mío, lo que dije, pero Dios me iluminó porque el auto que vendí era genial y esa persona quedó tan contenta que me invitó a hacer un programa de TV; hasta el nombre lo puso él”, contó. 

Su gran visión fue la temática a tratar en el programa. “Viniendo yo de las carreras, se podría pensar que debería haber hecho un programa de automovilismo deportivo; pero otra vez Dios quiso que no fuera así porque el programa se grababa los martes y salía los sábados; casi una semana después. Entonces hacía un análisis distinto, más profundo, de otro lado por haberlo vivido desde adentro. Tuve que buscarle la vuelta, entonces empecé a probar autos, los concursos de diseño, las charlas de seguridad, las carreras explicadas desde otro ángulo; pero nunca las carreras fueron el centro del programa, el automóvil lo fue”, recordó. 

Y siguiendo en la senda de ‘las sugerencias exitosas’, un día “apareció un chico diciéndome que teníamos que sacar una revista. Esto tampoco lo inventé yo, pero la revista vendía 4 veces más que cualquier revista de autos. Nosotros tirábamos 63.000 ejemplares y el resto 15.000. Este fue otro gran golpe de suerte, pero con un esfuerzo brutal; teníamos 23 personas haciéndola”. Ese éxito se basaba en la calidad de la revista y el valor periodístico del contenido. “Sí señor, una revista normal tiene un papel de 60 gramos, A Todo Motor tenía un papel de 90 y tapa de 120; el costo era otro, pero yo siempre creí que la gente debía recibir más de lo que pagaba, entonces esa plata de diferencia se la pedía a los anunciantes y no a los lectores. Como si fuera poco, después apareció otra persona que me sugirió ponerle los CD-Rom y con ello doblar el precio de tapa; acepté ponerlo pero al mismo precio, la plata se la pedí a Ford, Fiat, Renault, a los anunciantes y ahí la explosión de ventas que llegó a 63.000, auditado por el IVC”. 

Fue tan grande el presente de la revista que “empezamos a regalar autos. Pero no cualquier auto, regalamos un Porsche 911 que hoy tiene un valor de U$S 230.000; regalamos un Mercedes Benz igual al que yo corrí la Vuelta de América del Sur, un Mini Cooper de colección, viajes a Europa, cuatriciclos; todo hizo que la revista creciera de la manera que creció”, sentenció con el respaldo de la realidad. 


(Fotos: Valentín Alonso)




 “Súper héroe” 
Jugando con las metáforas o los dichos, en estas charlas con historias, tranquilamente Rubén Daray podría haber sido tratado como el ‘hombre que manejó el viento’, en clara alusión a la publicidad del Ford Sierra de 1985, año en el que él fue campeón de TC 2000 con esa máquina, dándole a ese modelo del Ovalo el único título de su historia. 

 Entre sonrisas, Daray lo aceptó. “Evidentemente sí; según los resultados puede ser así. Pero ese no fue el campeonato que más recuerdo ni disfruté, porque recuerdo más haber corrido con el Fiat 125 y ganar el campeonato de TN de 1977, una categoría más divertida, donde corría el propio (Angel) Di Nezio; ese año no corrió, pero el Yeti era uno de mis admirados pilotos, con el cual compartí años antes”, valoró. “A la gente le queda haber ganado con Ford y con el Sierra, en una categoría que estaba en alza. Ese auto lo encontré después de muchos años y hoy está en exhibición en el Museo Fangio. En ese momento el auto era ‘un plato volador’”, graficó. 

El título del TN del 77 se revaloriza un año después cuando “Juan Manuel Fangio me invitó a correr en el equipo Mercedes Benz. Me eligió entre pilotos como Recalde, Zunino, Fernandino, Mayorga, García Veiga, Di Palma, Traverso; entre todos esos nombres y más, Fangio me eligió a mí; fue un honor que nunca olvidaré. En estos 50 años han pasado tantas cosas, como debutar en el automovilismo ganando; y no fue cualquier carrera, fueron ‘Las 24 Horas’. Hay que tener mucha suerte, y me posibilitó hacerlo durante muchos años de manera profesional, aunque si bien no cobraba un peso, tampoco nunca tuve que pagar nada para correr. Eso para un chico que arranca fue muy distinto”, expresó.

 Cerca de las redes
Desde hace algún tiempo, Daray no tiene casi relación con las carreras de autos. “No miro ni el automovilismo argentino ni el internacional; la única manera que lo vea es si cambiando de canal aparece alguna carrera. 

Programarme para ver a las 10 de la mañana una competencia no existe en mi cabeza. Tampoco voy a un autódromo; soy consciente que políticamente y como ex campeón debería ir al Gálvez a ver el TC 2000, pero es el paso del tiempo, los años, el hecho de estar produciendo otra cosa y generando en las redes sociales un programa”, explicó. 

 En pandemia, Daray produjo “un programa diario durante todo el año, fueron 365 programas ininterrumpidos en vivo. Nadie lo hizo. Hay etapas para todos; hoy yo tengo 1 millón de seguidores en las redes, que para un tipo de 73 años es una locura. Estuve haciendo algunos reels en Instagram que tienen 6 millones de visitas. Ni yo lo puedo creer; entonces, si todos los días hablo de autos, el domingo quiero vivir…”. 


(Fotos: Valentín Alonso)




 Charlas de seguridad vial 
El ex piloto, mantiene en agenda estas charlas y el 7 de octubre dará una en Brandsen. Desde aquellos inicios, donde “siempre tuvieron un concepto positivo, una mirada a futuro, una manera de decirte ‘por qué no cambias tu actitud’, pensando que los políticos que tuvimos en mis 73 años, en su mayoría, no todos, han sido entre inútiles y corruptos. Si uno no se esfuerza en ser mejor en su vida, en manejar mejor, en respetar las leyes, nadie lo va a hacer, porque estos que nos conducen no van a cambiar ni mejorar nada. 

Si entre todos mejoramos y respetamos las leyes, hoy no tendríamos las estupideces que se dicen en las campañas de seguridad. Estamos esperando que nos salven y en estos 73 años no nos ha salvado nadie, Argentina viene en decadencia absoluta. El cambio tiene que ser desde la actitud personal, y las charlas sobre seguridad hablaban de eso. Yo te explicaba cómo era un accidente y cómo lo podías evitar; pero hoy en día la gente interpreta las leyes a su manera o conveniencia, y está mal”. 

Desde estos dichos se reafirma la falta de una mejor política de seguridad vial es en un país con tantos accidentes y muertos. “En Argentina mueren 20 personas por día más los 70 lesionados diarios”, subrayó con esos datos escalofriantes. Pero nada cambia… “el miércoles venía para Tres Arroyos, y entre Azul y Chillar están reparando la ruta 3; descalzaron la banquina, quiero imaginarme que de noche, y no sé cómo, iluminarán el lugar. Pero así y todo, te vas a encontrar con tanques de 200 litros de chapa sobre la ruta 3 con piedras tremendas arriba. Qué pasa si tenés un problema y le pegás a un tanque, las piedras se te meten por el parabrisas. Si una piedra de 60 centímetros se te mete en el auto que va a 50 km/h ¿qué pasa?; bueno, después me contas los muertos que hay. Entonces, el que puso el tacho es un tarado, el jefe es uno más tarado, el director de Vialidad Nacional es otro tarado, el jefe de Seguridad Vial es un inútil; nadie vio o controla que no pueden poner eso, que tiene que haber un cono, iluminado y con una persona que corte la ruta. Acá nadie piensa, entonces cómo no va a haber 20 muertos”, se preguntó con dolor e indignación. 

 Los autos son cada vez más seguros, las automotrices fabrican máquinas cada vez mejores, pero no alcanza. “Las fábricas han evolucionado mucho, los autos pueden ser extraordinariamente seguros, pero si yo me choco un tambor, qué a veces está rellenado con tierra para que no se vuelen. Decime qué pasa si lo choca un motociclista… En ninguna parte del mundo se arregla una carretera de esa manera”, aseguró. 

Daray coincide en que Educación Vial debe ser una materia obligatoria en los colegios. “Sin dudas, debe ser obligatorio. Primero, si pensas cómo mejorar en este aspecto esa es una de las primeras cosas, durante 6 años. Segundo, si vas a agarrar el cargo de director de Vialidad Nacional tenés que tener un currículum de ese tema infernal, lo mismo que los empleados de esa área”. 

 En tantos años de moverse en este tema a Daray le han realizado varios ofrecimientos para ser parte de un programa de seguridad. “Varias veces lo hicieron, y honestamente no lo puedo aceptar porque me resulta incompatible estar con gente incapaz, que sólo trabaja por un sueldo. Entonces, cuando a mí me hablan de que ‘políticamente no conviene” tomar alguna medida, ya se me nubló la vista y no puedo trabajar así”, argumentó. 

 La VTV es un tema “que me calienta la sangre” reconoció, aunque no le sacó el cuerpo al momento de analizarlo. “Entiendo lo mismo que lo de las rutas, que hay una serie de inútiles inaceptables manejando esas áreas. Seamos honestos, si haces una verificación bien hecha, y viene alguien con los vidrios polarizados, te tiene que dejar el auto ahí, no puede circular; eso es lo que dice la ley. No es un concepto mío, es lo que dice la ley. Pero en la verificación te dicen ’visibilidad disminuida’ y te dejan circular, es un país difícil de entender; por ejemplo, si ese auto me choca, pero yo tengo la culpa, un buen abogado hará que la culpabilidad sea del auto que tiene ‘esa visibilidad reducida…”. 


 Después de tantos años, Daray sigue pensando en positivo, porque para él es la forma de “creer que mañana debo ser mejor que hoy, por ejemplo en ser más respetuoso con el auto, dejar pasar a un peatón, poner la luz de giro, andar más despacio, en la velocidad que dice la ley. En cosas simples, lo mismo en mi trabajo, yo soy así, buscó mejorar día a día; lo de ayer fue bueno pero lo de mañana puede ser mejor. Yo creo que si en Argentina se trabajara como se lo hace en un auto de carreras, en una semana tenemos un país distinto, de primer nivel mundial. Si el equipo de gobierno trabajara con esa conciencia y dedicación, donde se busca que nada falle, se lo hace 24 horas al día si es necesario, si algo está mal se lo cambia; terminado el evento se desarma todo, se revisa y se cambia lo necesario, si en Argentina se hiciera eso, en días tendríamos otro país”, sentenció. 

 Orgulloso 
Las charlas de seguridad siempre tuvieron aristas dirigidas a todos los ocupantes del vehículo. “A mí me da mucho orgullo, después de tantos años, encontrarme con alguna persona que repite exactamente palabras que yo vertí en alguna charla. Hay que entender que todo lo que va en un auto, el que maneja, acompañante, los chicos que van atrás, la heladera, el mate, el celular, todo va a la misma velocidad del auto. Cuando vos chocás contra algo, todo eso se va a mover 80 km, si venís a esa velocidad; bueno, en un segundo el elemento se desplaza 24 metros; en un segundo, un chico, por ejemplo, en ese segundo se desplaza con una fuerza para cubrir esa distancia, pero el auto tiene 1,5 metros; vos me dirás, pero termina a más de 20 metros del auto, y en el medio choca contra el padre, la madre o cualquiera, a quien puede matar. Lo mismo un termo que sale despedido a esa velocidad, todo eso te puede matar. Hay que tomar conciencia; yo te lo digo, si me querés escuchar o dar bola ya es un tema tuyo”, acotó. 

 Todos estos mensajes deben generar en Daray tranquilidad o una sensación de intentar hacer algo por el prójimo. “Yo trabajé mucho por el mundo con grandes empresas, me he capacitado, he estudiado, realizado cursos para esto, y que después de 30 años de conferencias viviera casos, que en una segunda o tercera charla en una misma ciudad, ha venido gente a decirme que ante cierta situación se acordó de alguna recomendación mía y gracias a eso estaba vivo, charlando conmigo; que te agradezcan eso, para mí es misión cumplida. Son varios los que me lo han dicho, pero aunque hubiese sido uno solo, para mí ya está, mi objetivo estuvo cumplido...”, dijo emocionado.

 El auto se va ‘amigando con el planeta’, tratando de no causar tantos problemas; entonces el cambio es inevitable. “En el mundo lo que viene es el auto eléctrico; hace 3 meses estuve en Inglaterra y manejé 7000 kilómetros un auto eléctrico, y es una maravilla. Tiene muchas cosas a favor y otra en contra, como el auto normal de esta época, pero lo bueno es que yendo por una ciudad no contamina, marcha en silencio, es maravillosa su reacción, no tiene aceite. Para mí, lo que viene es el auto eléctrico y autónomo”, concluyó.  

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(Fotos: Valentín Alonso)





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