Después de dos semanas incendiarias, parece que el humor y el ánimo de la gente se ha tranquilizado un poco.

Vamos pasando por un día a día, cargado de incertidumbre y de incógnitas, pero todo nos hace pensar que va a primar la cordura entre tanta locura y vamos a llegar a un 10 de diciembre glorioso, donde estaremos festejando los 40 años de recuperación democrática, con un alto sentido institucional. Sin sobresaltos y con una transición lo más ordenada posible. Dios así lo quiera.

Para todos los que me dicen que les gusta lo que escribo, les agradezco. Si bien nací casi en un diario, y en vez de sangre siempre pienso que tengo tinta en las venas, lo mío no es, insisto, porque no me sale fácil, ponerme a escribir así por así.

En las notas que publiqué das atrás, hubo un comentario de Perico Medina, a quien conozco desde chicos y hemos compartido allá en nuestras infancias en Claromecó tardes de playa con nuestros padres.

Perico se convirtió en un artista de la platería y orfebrería, muy respetado y valorado. Pero, a pesar de la amistad que unía a nuestras familias, está enojado conmigo por la calco del PRO, que encontró pegada en la puerta del diario hace unos años atrás. 

Era la elección del 2015, había estado la gente del PRO haciendo una nota en el diario, como hacen habitualmente durante la campaña, y pegaron un sticker amarillo redondo cuando se iban. A modo de “acá estamos nosotros”. 

El sticker quedo ahí pegado dos o tres días (error nuestro reconozco) hasta que vino Perico y ¡ardió Troya! Tanto le molestó que no hay oportunidad que no lo saque a relucir. El estaba en la vereda opuesta y pensaba o piensa en el PRO como la derecha recalcitrante. Yo creo que fueron etapas necesarias por las que el país tuvo que pasar. Siempre pienso que por algo pasan las cosas, son etapas, que hacen a la historia y nos enseñan, no digo que todo haya sido bueno o malo, pero todo nos deja una enseñanza. Por supuesto ¡el sticker voló! El vidrio se limpió bien para que no queden restos del pecado, y aquí estamos, casi 10 años después y Perico sigue acusando de ser un “medio tendencioso”.

Creo que hemos dado muestras de no serlo, pero ¿quién le quita eso a Perico de la cabeza? También me pregunto, en tantos años ¿lo único que tenés para recordar del diario, es la calco del PRO? ¿No hubo nada bueno entre medio? 

Tal vez vos también has tenido cosas buenas y malas, o graciosas como cuando armaste el living de tu casa en la plaza en protesta a la Municipalidad, y el diario se hizo eco de tu reclamo y saliste en la tapa, con el sillón y el televisor enfrente a la muni. 

O cuando un amigo nuestro, que en aquel momento era concejal por el peronismo y debido a los vaivenes de la política no coincidió con la Cámpora y decidió hacer un unibloque, con su banca del Concejo, lo torturaste con rechiflas y carteles que decían “devolvé la banca” porque vos no estabas de acuerdo. Y el diario, de acuerdo o no, porque eran sus ideales los que estaban en juego, también lo reflejo en sus páginas. No podes tildarnos de tendenciosos. Nadie es perfecto y todos cometemos errores, pero es simplemente este sano ejercicio que nos da la vida, que es vivir. 

Estoy segura que Perico me va a contestar. Y yo voy a estar esperando. 

Y si algún día nos encontramos, tal vez hablemos de lo que pensamos de política. Yo no soy de derecha ni de izquierda, trato de buscar una armonía permanente. 

No sé si Perico llega a entender lo difícil que es para mí dirigir un diario en estas épocas y lo que más me preocupa, poder equilibrar la balanza y que nadie se sienta agraviado políticamente, sobre todo gente querida, con quienes has tenido un cariño especial, como lo he tenido con Beba y Carlitos (sus padres), dos personas entrañables con los que compartí tardes, con mi madre en el negocio tan novedoso y de vanguardia como fue Kitten. 

Perico, olvidate del sticker del PRO y hacete amigo…que podemos debatir, sanamente, aunque no estemos de acuerdo.