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Este lunes alrededor de las 13.30 horas se produjo el regreso del pequeño Benicio a Claromecó, junto a su madre, motivo por el cual fue recibido en la ruta 73 por su padre, quien es bombero, otros integrantes del cuerpo activo de la mencionada entidad, y vecinos.
La Voz del Pueblo dialogó con la mamá, quien en primer término señaló que el retorno se produjo luego de once meses. “Nos fuimos en diciembre del año pasado, luego del diagnóstico. Benicio estuvo diez días internado en Bahía Blanca, después vinimos a Claromecó y en la jornada siguiente partimos hacia el Hospital Garrahan. Estuvimos en Buenos Aires desde el 10 de diciembre de 2022”, puntualizó.
Por tal motivo, pasaron lógicamente la Nochebuena y Año Nuevo en la capital federal.
Nazarena Bueno expresó que su hijo “está muy contento. El doctor dejó que viniéramos una semana, después tenemos que estar nuevamente en Buenos Aires. Va a terminar con la última punción de esta primera parte del tratamiento, para hacer luego la quimioterapia endovenosa”. Dijo que mientras tanto “sigue con la quimioterapia en comprimidos todos los días.
Una vez que se retome el tratamiento previsto en el Hospital Garrahan, deberemos estar allá por los menos hasta el 31 de diciembre”.
Posteriormente, “el oncólogo deberá evaluar como dan los estudios y determinar si están dadas las condiciones para volver a Claromecó, con la finalidad de hacer los controles cada tres semanas en 2024”.
Describió que se trata de “un proceso largo” y subrayó que “la peor parte es como que ya pasó. En realidad los controles tienen una duración que puede ser de cinco años. Los primeros dos son de tratamiento activo, tras ese lapso si todo va bien se suspende la quimioterapia, para iniciar un período de tres años de controles rigurosos para que no vuelva la enfermedad. Si en esos tres años no hay recurrencia, tiene el alta definitiva”.

Uno de los objetivos de la visita es que pueda reencontrarse con sus compañeros del jardín de infantes y con la maestra. “Se habló con la psicóloga y con el oncólogo, para hacer mejor la transición hacia la escuela primaria, que él va a comenzar el año próximo”, sostuvo.
La idea es que concurra al jardín hoy, mañana, el jueves y el viernes, “con todos los cuidados y recomendaciones que nos dio el oncólogo”. Los recaudos por tomar, según observó la mamá, “no son demasiados. Abarcan el uso del barbijo, el lavado de manos, la preparación de la comida. Cómo se lava por ejemplo la verdura, los vasos, los cubiertos. Además no puede comer ciertos alimentos”.
Nazarena Bueno reflexionó que “parecen aspectos menores, pero son importantes. Hay que prestar mucha atención en todas estas cosas, porque está muy susceptible a contraer cualquier virus, cualquier bacteria”.
Si bien hay que estar pendiente de los cuidados, los profesionales que intervienen consideran que “se debe tratar de que vuelva de a poquito a tener una vida normal”.
Fueron once meses de estar juntos, por lo cual “también tenemos todo el trabajo de empezar a despegar. En la familia es como volver a empezar, otra vez los tres en casa durante algunos días”.
Benicio se mostró “muy emocionado. Quería volver a Claromecó, ver a sus amigos. Ya se siente bien”, por lo cual constituye una semana muy especial.
Van a viajar el domingo hacia la ciudad de Buenos Aires, debido a que están programados los estudios y la continuidad del tratamiento. En este marco, Nazarena Bueno interrumpió su actividad como médica: “Por ahora, lo único que me preocupa es Benicio. Primero está él. No es viable que yo vuelva en este momento a trabajar, hay por delante una etapa que va a llevar un tiempo”.
Cada vez que puede, el papá se organiza en el trabajo para tomarse el tiempo suficiente con la finalidad de visitarlos. La abuela materna Silvia ha estado muy presente; “fue una gran ayuda para mí también. Ella vive en capital federal, parte del resto de nuestra familia está en La Plata. Yo necesitaba el apoyo y acompañamiento que me dieron”.
La aspiración es que en pocos meses puedan quedarse en Claromecó e ir al Hospital Garrahan “cada tres semanas para hacer un control”.
Puso de manifiesto que “son situaciones muy límites”. El hecho de ser médica le ha facilitado “comprender mejor lo que sucede”, si bien afirmó que “fue el doble de difícil. Me tocó estar del otro lado, brindando atención médica, y de repente encontrarme con mi hijo como paciente ha sido duro. Uno es consciente de lo que pasa. Estás viviendo ya con el sufrimiento de un hijo y no podes hacer nada más que darle la mano, es tremendo”.
Finalmente, expresó que “lo más importante es que él está muy bien y contento. Quería volver y ha sido posible. Agradecemos mucho el recibimiento que le han dado”.