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La inflación ha sido una constante preocupación en las últimas décadas, con cada presidente
dejando una tasa de inflación peor que su antecesor. Para tener un contexto, el promedio
anual de inflación en los últimos 20 años ha sido del 32%, una cifra que habla de la gravedad
y persistencia del problema.
Desde la derogación de la Ley de Convertibilidad en el año 2002 por parte del Congreso, el
país ha experimentado un incremento de precios del 44.000%, lo que significa que lo que
antes se compraba con $200 ahora requiere cerca de $88.000.
Cada administración gubernamental ha contribuido a este escenario inflacionario. Desde
Néstor Kirchner a Alberto Fernández, pasando por Cristina Fernández de Kirchner y Mauricio
Macri, la inflación acumulada ha ido en aumento. Con Alberto Fernández registrando un
713,2% hasta la fecha, esta tendencia ascendente refleja la complejidad y la magnitud del
desafío que representa la inflación para el país.
Actualmente, la preocupación se centra no solo en el legado del pasado sino en las
expectativas actuales y futuras. La inflación anual de tres dígitos se considera una
posibilidad real y continua. Este panorama se complica aún más por el descontrol
monetario, con una base monetaria que ha alcanzado los 8 billones de pesos y pasivos
remunerados del
Banco Central (BCRA) que superan los 21 billones.
La Inflación en Argentina: Una Desaceleración en octubre con Retos Persistentes
Sin embargo, la realidad superó estas predicciones ya que el INDEC informó que la inflación
se situó en el 8,3%, marcando una desaceleración significativa teniendo en cuenta el 12,7%
registrado en septiembre. A pesar de esta disminución, la situación económica sigue siendo
crítica, con un acumulado del 120% en los primeros diez meses del año y un alarmante 142,
7% en términos interanuales.
El descenso de la inflación es resultado de varios factores. Uno de los más significativos fue
el control sobre el tipo de cambio oficial, que había experimentado un salto tras las PASO,
impactando directamente en el sistema de precios.
Además, los congelamientos de tarifas de servicios públicos, como la energía y el transporte,
jugaron un papel crucial en evitar que la inflación superara el 10%. Estas medidas, aunque
efectivas a corto plazo, plantean interrogantes sobre su sostenibilidad y el impacto a largo
plazo en la economía.
De igual modo, el Instituto de Estadística de los Trabajadores (IET) de la Universidad
Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) y el
Centro para la Concertación y el Desarrollo (CCD) informaron que la inflación para las y los trabajadores fue del 9,8% en
octubre, desacelerándose 1,7 puntos respecto a septiembre.
Subas dentro de la recesión
Aunque suene contradictorio, es importante mencionar que los sectores que lideraron el
aumento de precios en octubre fueron Comunicación, con un incremento del 12,6%, y
Prendas de vestir y calzado, que aumentaron un 11%.
Estos aumentos se deben, con respecto al sector de comunicación, en parte a decisiones
gubernamentales que permitieron a las empresas del sector evadir los topes tarifarios, a
pesar de ser declarados servicios públicos esenciales y en relación con el sector de Prendas
de vestir y calzado, se deben al cambio de temporada y protecciones públicas a las
importaciones, lo que redujo la competencia y permitió aumentos de precios.
Equipamiento y mantenimiento del hogar también mostraron un aumento significativo, con
un 10,7% en octubre y un acumulado del 125,8% en diez meses. Otros rubros que superaron
el promedio mensual incluyeron Bebidas alcohólicas, Recreación y Restaurantes. Por otro
lado, Sectores como Salud y Educación registraron las menores variaciones, con aumentos
del 5,1% y 6,6% respectivamente.
Análisis Sectorial
En el Gran Buenos Aires, la situación fue similar, con una suba del Índice de Precios al
Consumidor de la Ciudad de Buenos Aires (Ipcba) de 9,4% en octubre, en comparación con
el 12,4% de septiembre. Estos datos sugieren que los congelamientos de tarifas y los
acuerdos de precios implementados en áreas como servicios públicos y tipo de cambio
fueron efectivos para contener la inflación. Esta tendencia se reflejó en el rubro de
alimentos y bebidas no alcohólicas, que mostró un incremento de 9% frente al 14,1% de
septiembre.
Contexto regional
El 8,3% de inflación registrado en Argentina en octubre superó al 6,7% de Venezuela -
aunque este último sin datos oficiales - de esta manera registró la inflación mensual más
alta de América Latina y la tercera más alta a nivel mundial si tomamos en cuenta la
inflación anual, solo por detrás de la ya mencionada Venezuela y El Líbano.
Para el próximo año, se espera que Argentina continúe liderando la inflación en América
Latina, seguida por Venezuela con un 158% y Colombia con un 11,6%. Otros países de la
región, como Perú, Uruguay, Chile, Bolivia y México, presentarán tasas más moderadas.
A pesar de la disminución general, la inflación subyacente sigue siendo alta debido a la
dinámica de los mercados laborales y a las brechas de producto positivas en algunos países.
Argentina, con la tasa de interés nominal más alta del mundo, confronta un desafío
particular, ya que su inflación corre a un 300% anualizado y se espera que mantenga este
ritmo en el 2024.
Con la inflación más alta de América Latina, Argentina enfrenta desafíos únicos en
comparación con sus vecinos. Esta situación ha generado un incremento en la demanda de
préstamos de dinero, no solo para gastos cotidianos sino también para inversiones y
protección contra la devaluación del peso.
Intervención del Estado y Regulación de Precios
Muchos precios en la economía argentina están regulados o intervenidos por el Estado. Esta
intervención incluye desde el dólar oficial hasta precios de servicios públicos y combustibles.
Esta contención artificial de precios genera incertidumbre sobre el impacto real en los
índices de inflación una vez que estos precios se liberen.
Las Consecuencias Macroeconómicas se pueden ver en los déficits fiscales colosales,
atribuidos a políticas populistas, que han contribuido a la destrucción de la moneda y han
posicionado a Argentina entre los países con mayor inflación del mundo. Argentina registra
más inflación en una semana que lo que muchos países experimentan en un año, lo que
subraya la urgencia de abordar esta situación.
El próximo gobierno argentino enfrenta el desafío crítico de evitar una hiperinflación que
parece casi inevitable en el contexto actual. La solución a esta crisis inflacionaria requerirá
de medidas bien planificadas y ejecutadas, que aborden no solo los síntomas sino también
las causas fundamentales de la inflación persistente en el país.
La desaceleración de la inflación en octubre de 2023 es un indicativo positivo para la
economía argentina, aunque el país aún enfrenta desafíos significativos. La variabilidad en
los datos, dependiendo de la región y el sector, subraya la complejidad de la situación
económica.
Las políticas de regulación de precios y los controles de cambio han tenido un impacto
notable, pero queda por ver si estas medidas serán sostenibles a largo plazo. La estabilidad
económica de Argentina seguirá dependiendo de una gestión cuidadosa y una respuesta
adaptativa a los cambios en el panorama económico global.
Lo de octubre representa un respiro para la economía argentina, pero no elimina los retos
estructurales que enfrenta el país. La alta inflación interanual y las variaciones en diferentes
sectores y regiones demuestran que aún queda un largo camino para estabilizar la
economía y alcanzar una inflación más manejable. La combinación de políticas
gubernamentales, regulaciones de precios y dinámicas de mercado seguirán siendo
determinantes en el panorama económico de Argentina. (El Mejor Trato)