18|11|23 21:56 hs.
Así es el nombre del primer libro de la actriz y profesora Evelina Soulé, que publicó recientemente junto a Editorial Caravana. En él conjuga dos mundos que ama profundamente: el teatro y la docencia, e invita a que niños y adultos se animen a jugar y a soñar
Sin dudas este ha sido el año en que muchísimas personas de la ciudad y de la zona han dado el gran paso y se han animado a materializar sus producciones en libros. Editorial Caravana claro que ha sido una gran impulsora de ello.
Recientemente, en la 1ª Feria de Editoriales, se dieron a conocer muchas más obras que fueron guardadas especialmente para la ocasión. Una de ellas fue “De la tierra a la luna”, el primer libro de la actriz, docente y directora, Evelina Soulé.
Pero no es un libro típico, sino que la autora amalgamó sus dos mundos, el teatro y la docencia, y volcó en las páginas una obra de teatro infantil acompañada de actividades didácticas para el aula.
Con una mezcla de sensaciones, Evelina dialogó con La Voz del Pueblo y recordó sus primeros pasos en el teatro, su llegada a Tres Arroyos y el proceso que atravesó en este nuevo camino que decidió emprender.
-¿Cuáles fueron tus primeros contactos con el teatro?
-Yo soy de Moreno, de Gran Buenos Aires. En la escuela donde yo iba había actividades comunitarias extracurriculares; entre una de esas viajábamos a Santa Fe en un grupo de misioneras a las escuelas rurales, y uno de los primeros proyectos fue armar una obra. Yo tenía 12 años, y desde ahí no paré.
Siempre estuve en el marco del teatro infantil. Después seguí haciendo teatro, tomé clases con Chango Vieyra y cuando mi familia se mudó a Chivilcoy pasé a hacer teatro en la agrupación artística de allá. Ahí comencé a trabajar ya con 16 años, que estaba en el elenco estable de teatro infantil. Con una de las obras que hicimos, recibí el premio Florencio Sánchez a mejor actriz.

La autora posa con su primer lanzamiento
Pasaron unos años y empecé a hacer teatro en el Club de Teatro que quedaba en Congreso, en Capital Federal, que era con Nora Cárpena y Guillermo Bredeston. Después yo estaba estudiando en la universidad otra carrera que nada que ver con esta, entonces como que no me daba el tiempo, ahí hubo muchos años que dejé de hacer teatro.
Hace 23 años me mudé a Tres Arroyos y con el grupo de Detonados retomé la actuación, también en el campo infantil, y con ellos estuve muchísimos años. En ese ínterin, obviamente, seguí formándome como actriz, como clown, con diferentes referentes.
-¿Por qué decidiste incursionar en el teatro infantil? ¿Qué te atrapó?
-Ya desde chica me gustaba lo que es infantil y lo clown. Algo lo que tiene es siempre la cuestión de que vaya todo el público… tiene que ser algo que también el padre y la madre o la tía o la vecina o quien lleve a ese niño al teatro disfrute la obra. La idea mía particularmente siempre fue hacer obras que las pueda disfrutar toda la familia, y que emocionen y dejen un mensaje, tanto al adulto como al chico. Más allá de que hago teatro para adultos, el teatro infantil siempre lo pienso yo que es para todos, que todos tenemos ese niño adentro, y esa es una de las cosas que me llevó a escribir esta obra y el libro también.
-¿Cómo llegas a la docencia después?
-A mí la docencia también me llama mucho. Yo terminé un secundario con un bachiller con orientación docente, y es como que siento que eso siempre estuvo... Yo disfruto tanto ser actriz, ser directora, como ser docente de teatro. Lo disfruto un montón. Trabajo desde la tercera edad, con chicos con discapacidad... Estuve hasta el año pasado en el Centro Cultural La Estación con adultos mayores y también en CRESTA con talleres cuatrimestrales de narración oral escénica y otras disciplinas. Desde el 2019 trabajo en la Escuela de Educación Artística de Chaves, y ahora ya tengo otras instituciones ahí y en una escuela de acá.
-¿Y como actriz estás formando parte de algún elenco?
-Estuve hasta mayo de este año en el Elenco Municipal, que no continuó. Con algunos de ahí estamos con un proyecto de manera independiente y trabajando en un producto para poder presentar el año que viene.
-¿Cómo se da la posibilidad de hacer el libro?
-Dentro de mis proyectos, tengo varias obras infantiles que he escrito. Esta obra que yo presenté en el libro la hice en el 2018, que fue una idea que presenté en Cultura para unas vacaciones de invierno. La llevamos a escena, fuimos por un montón de lugares haciéndola... Después, pandemia, que uno se empezó a preguntar muchas cosas que hacía o que no, quizás con la sensación de dejar algo, pero también pensando “esto es mucho. Yo no estoy para esto. O sea, hay gente que sabe escribir y yo no tengo eso”.
También tenía ganas de poder hacer un material didáctico para las aulas porque hay muy poco de dramaturgia, entonces eso me hizo reflexionar y dije, ¿por qué no poder publicar la obra, que también es un acto heroico de nuestro mismo egoísmo?
El año pasado finalmente pude registrarla en el Registro Nacional de Autores del Gobierno Nacional para resguardar la propiedad intelectual, que fue como el primer paso. Después me puse a hablar con Mariana Fernández de Editorial Caravana, le conté del proyecto de hacer un libro con la obra de teatro, que además tenga actividades para el aula y le encantó.

El libro fue editado por Editorial Caravana
-Y luego fue nombrado de Interés Cultural…
-Sí, yo presenté el proyecto del libro en Cultura porque fue una obra que nació haciéndose en el Centro Cultural por una propuesta de, en ese momento directora, Noemí Rivas. La idea de escribir esta obra nace para animar a ese niño interior, trata sobre permitirse soñar porque uno a veces con la edad y con la vorágine de la vida, deja de hacerlo. Va por el lado también de no perder la imaginación, de jugar siempre y siendo adultos también seguir jugando y soñando.
-¿Podés contar brevemente de qué trata el libro?
-La obra comienza con dos personas adultas, oficinistas, con su rutina, en un estudio contable inclusive, que comienzan a soñar y a jugar con la imaginación. Después tiene dos actividades para el aula que quise integrar para los docentes, que llevan varias clases, que van a ir mutando, se van a ir cambiando, pueden despertar otras cosas… incluso inspirar a los mismos profesores para que a partir de ahí que surjan otros disparadores. Esas actividades invitan a que cada uno las haga, las deshaga, las alargue, las haga chicle, les agregue, les saque. Eso es lo lindo. Pude unir las dos cosas que a mí me apasionan, tanto el teatro como la docencia.
-La primera presentación fue nada menos que en la 1ª Feria de Editoriales. ¿Qué sensaciones te quedaron?
-Creo que todavía no caigo. Es diferente a por ejemplo, estrenar una obra de teatro… es como un mundo nuevo. Ya hay otros lugares donde me pidieron de poder asistir para presentarlo en diferentes localidades. Estoy muy feliz de empezar a recorrer este camino también de la escritura, los libros, de conjugar diferentes mundos en un producto.