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Tres Arroyos, JUEVES 28.03.2024
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Una despedida en grande

El salto de Matías Maggiora a un nuevo desafío en su vida deportiva, lo da con el incomparable impulso que le otorga haber ganado la carrera de mountain-bike más importante de la provincia de Buenos Aires y una de las cinco más considerada del país, como lo es el Rally a las Sierras de Tandil. 

El domingo 3 del corriente mes, el ciclista tresarroyense inscribió su apellido como ganador por segunda vez de esta competencia, la cual en la 16° edición tuvo 1400 participantes. Y tras la celebración en el podio ante una multitud, Matías se sacó por última vez la camiseta de Nacho’s Bike, ya que de ahora en adelante su carrera se concentrará defendiendo los colores del equipo continental del SEP (Sindicato Empleados Públicos de San Juan). 
La importancia de estas carreras, y el valor de los triunfos, hacen que Maggiora expresara su alegría como si fuese la primera vez que la ganaba. “Mi mayor orgullo era haber ganado el Rally en 2016, porque aquella vez fui con la presión de querer ganarla, y cuando se me dio no podía ni hablar de tanta felicidad; y ahora fue una gran sorpresa porque fui sin esperar nada, un poco más relajado, y cuando me nombraron ganador no lo podía creer…”, destacó asombrado. 
Pero Maggiora sabía “que en la meta de partida me planté muy bien físicamente, muy bien entrenado por Jorge Giacinti; desde los primeros kilómetros me di cuenta que íbamos rápido, haciendo un gran ritmo. En la cantera aflojamos un poco, no mucho, y seguimos siendo rápidos. Al terminar sabía que me metía entre los 5 primeros, pero teniendo corredores de la valía de Caraciolli o Ranquehue, uno tiene que mantener la duda. Por suerte se dio para nosotros y la emoción fue grandísima”, reconoce.
El tresarroyense largó en el grupo de los Elite, junto, entre otros, al tandilense Maximiliano Aiello, que fue el segundo. “El sábado habíamos hablado algo para tratar de juntos imponer un ritmo fuerte. Admito que me sorprendió el nivel de Maxi; al principio me costó aguantarlo porque iba realmente muy fuerte. Me esperó dos veces porque faltaba mucho y no se animó a ir solo; lo ayudé con lo que tenía, a mí no me daba para más, pero fuimos marcando una diferencia, nos escapamos del resto de nuestro pelotón. Pasando los kilómetros me fui acomodando, ya empezamos a tirar parejos y entrando a la cantera (lugar más elevado del tremendamente exigente recorrido), él puso un ritmo muy fuerte que yo se lo aguanté y le demostré que estaba para la pelea, aunque lo haya hecho a pleno orgullo. Y restando unos 8 kilómetros (la carrera era a 52) yo paso a marcar el paso y metí un ritmo veloz que Maxi no pudo seguir. Lo alenté para que siguiera la rueda porque entendía que él se merecía el triunfo; pero estábamos ya en etapa de definiciones y él no pudo seguirme, aunque llegáramos sólo a 15 segundos de diferencia”, analizó. 
Hace hincapié en la cantera, “la parte más importante de la carrera. La Cantera de Montecristo tiene una gran trepada, la más larga, de unos 5 minutos, que para ser Tandil es larga. Es un lugar hermoso pero durísimo”. Y hablando de sectores, Matías analizó que “lo que más me perjudicó fue la largada; éramos unos 200 en la partida y yo quedé bastante relegado. Eso me perjudicó porque en el primer tramo gasté muchas energías para conectar al lote de punta en el Quijote, una fuerte subida; en la primera abajada arriesgué más de lo aconsejable aunque no había otra alternativa. Arranqué medio desacomodado, es la verdad, pero estábamos en carrera. En un parte muy oscura del camino, encerrados entre arboles con una pendiente importante, Aiello se equivocó al bajar muy rápido. Yo vi bien el camino y le grité para que volviera; por suerte me escuchó e hizo caso porque había tomado un rumbo distinto. Esos segundos en los que lo esperé me ayudaron pare recuperarme. Después se dio una particularidad llamativa, porque en una bajada muy fuerte, y al igual que sucedió en 2016 con el Mono Gasco, (segundo), pude hacerle una diferencia que resultó determinante. Pero reconozco que en un pasaje creí que era segundo, que no tenía para más; entonces, después me recupero y marco esa diferencia… Así que los últimos metros fueron con una alegría incomparable; y cuando empezaron a llegar todos y no me bajaban el tiempo, se me entrecortaba la voz, fue hermoso”, destacó Maggiora. 
La relación con el triunfo para el tresarroyense es muy frecuente, ya que el 14 de octubre había ganado nada más ni nada menos que La Revancha del Río Pinto. “Exactamente igual que en 2016, donde se dieron los dos triunfos; más el repetido tercer puesto en Santa Rosa de Calamuchita (Córdoba). Para mi equipo, Nacho’s, ganar La Revancha fue muy importante y despertó una gran alegría. Para mí fue una felicidad poder devolverles con ese triunfo todo lo que hicieron por mí; Nacho’s es un equipo que no está valorado por los de afuera, pero los que estamos adentro sabemos que nadie nos valora ni nos da tanto como ellos”, aseguró. 
Un poco de desilusión, por entender que en el mountain-bike el futuro está más limitado, “por no ser olímpico, por no haber una selección argentina” acotó, han hecho que Maggiora se animara a soñar un poco más a buscar nuevas cosas “total para arrepentirse hay tiempo” acotó con una sonrisa. Entonces sus sueños y nuevos horizontes lo han llevado a que aceptara la propuesta del SEP Sanjuanino. “A través de un amigo me hicieron una propuesta y gracias a Dios todo se dio. Hace un año, cuando me introduzco en la ruta gracias a Claudio Flores que me abrió las puertas del Mirasall, encontré un gusto a esa especialidad que no conocía. Me ilusiona estar en un equipo continental, que corre las grandes vueltas”. 
Desde hace un par de semanas, Maggiora está en San Juan transitando los primeros pasos en medio de “mucha expectativa y, la verdad, mucho miedo, porque en Nacho’s estaba muy bien. Pero tengo muchas ganas, voy con la mejor predisposición y espero poder competir pronto”, deseó. 
Es un gran cambio en su vida…”Realmente sí. Podía quedarme y estar bien en Nacho’s y en Córdoba, corriendo buenas carreras; pero esto es un desafío grande que podría abrir nuevas puertas, que el mountain no me lo brindaba, aunque al Desafío del Río Pinto me ilusiona volver. Es el momento y quiero aprovecharlo, voy a poner todo para ello”, asegura y promete. 
Claudio Flores también aportó algún consejo para disipar algunas dudas…”Por supuesto, el primero a quien le pregunté fue a mi entrenador Giacinti y segundo a Claudio, con quien somos muy amigos y nadie como él conoce el ciclismo sanjuanino. Todo me motivó aunque sé que nada es fácil”, reconoció. 
Entre ellos dos, Maggiora y Flores, le regalaron al deporte tresarroyense y al ciclismo en particular un fin de semana especial, ya que al triunfo en Tandil, se le sumó la victoria de Flores en la Vuelta de Cutral Co ese mismo domingo 3. ”Gracias a Dios se le dio; Claudio pudo ganar en Cutral Co, me pone feliz y orgulloso porque sé que entrena mucho y a veces no se le da. Me alegra porque realmente se lo merece”, destacó. 
Mira nuevos horizontes dejando atrás un buen año. “Sin dudas, el mejor creo, por el segundo puesto en Altas Cumbres, el sexto del Río Pinto, un par de carreras importantes y lo de la Revancha más esto de Tandil que pude compartir junto a mi familia. Al respecto, acompañamos a mi hermano y unos amigos como Antonio Almirón y Marcelo Espíndola que presentaron un líquido anti pinchaduras; fue un fin de semana muy lindo, especial”, valoró. En la despedida agradeció “inmensamente a mi equipo Nacho’s Bike por el trato que me dieron y todo lo humano que me brindaron, a mi entrenador Giacinti que me apoya en todo, y a mi familia que es el pilar fundamental de todo”, confesó emocionado Matías Maggiora. 
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