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Tres Arroyos, JUEVES 18.04.2024
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Por Claudio Menéndez
(nota publicada el 18 de mayo de 2014) 


En forma reciente apareció en Internet un video de la conferencia de prensa que Soda Stereo dio en Tres Arroyos en la previa del show en el Gigante de Huracán, en el marco de la Gira Animal. Una página en Facebook llamada «Soda Stereo en Tres Arroyos» fue la responsable de subir incluso varios segmentos del recital en vivo. Un material muy valioso, y hasta el momento oculto, que marca un hecho histórico para la actividad artística de la ciudad. Ese recital no fue uno más, y por eso es recordado hasta hoy, 23 años después. 
Soda Stereo era la banda argentina con mayor convocatoria, número uno en toda Latinoamérica, sus últimos discos eran una colección de clásicos instantáneos, y atravesaba por un momento de máxima repercusión. El trío se encontraba presentando «Canción Animal», placa discográfica sucesora de «Doble Vida», y que junto a «Signos» constituyeron una suerte de trilogía imbatible de hits, y la apertura hacia el resto del continente. Fue la génesis de lo que cuatro años después, merced a la aparición de MTV en español, dio en llamarse «rock latino». 
Por eso, el material fílmico en Tres Arroyos es tan importante. Bien vale entonces recordar aquel concierto del 20 de noviembre de 1990 que marcó a toda una generación. 

Tres Arroyos se ve, tan susceptible 
No era la primera vez que en la ciudad había un recital importante. Ya habían pasado en lo ‘80 entre otros Serú Girán en dos oportunidades, Spinetta Jade, León Gieco un par de veces, Piero, y hasta un casi desierto show de Riff con Pappo a la cabeza. Pero no era frecuente que artistas de nivel nacional actuasen en Tres Arroyos. La presencia de Soda Stereo podría ser comparable hoy en día a una presentación de Luis Miguel, salvando las enormes distancias. Por eso los organizadores se jugaron una parada muy importante, y el resultado fue brillante, a punto tal que un mes después otro grupo de personas tuvo la idea de organizar un show de Loco Mía, también en Huracán. Desde luego, los resultados no fueron precisamente los mismos. 
La juventud de la época no tenía experiencia en recitales. Prácticamente no había posibilidad de ver rock en vivo en ningún lugar. Ni siquiera sabían cómo vestirse para ir al show. Aquella noche del 20 de noviembre, las inmediaciones del Gigante marcaban que algo muy importante estaba por suceder. Grupos de chicos por las calles, incluso de localidades de la región, se iban acercando tímidamente, hasta con cierto temor. El ritual típico de una experiencia iniciática. 
Ya se había cortado la luz en todo el barrio cuando la banda hizo la prueba de sonido, marcando una vez más la falta de experiencia en recitales de magnitud. Cuenta incluso la leyenda que algunos vidrios del Gigante estallaron ante la potencia del sonido. Hasta que se abrieron las puertas del estadio. Adentro parecía todo de otro planeta. Un escenario inmenso, los barrales de luces y spots, y una gigantesca cantidad de equipos y cajas de sonido. Allí estaban también los famosos «varilights», el sistema lumínico más avanzado de la época. El solo hecho de ver el campo y las gradas de Huracán colmadas de gente, constituía un espectáculo en sí mismo. 

El Temblor

Entonces se apagaron las luces del gimnasio y la gente estalló. Entró la percusionista Andrea Álvarez, y tras ella el tecladista Tweety González. Charly Alberti ocupó la batería y comenzó con una base punzante, se sumó Zeta Bosio al bajo, y ante el delirio de la multitud apareció Gustavo Cerati. El riff de «(En) El Séptimo Día» marcó el inicio del show. Le siguió «Juego de Seducción», un clásico que Soda utilizó en casi toda su trayectoria para abrir los conciertos. El público lo vivía extasiado, aún sin poder creerlo. 
Tras el «buenas noches Tres Arroyos» llegaron temas de «Canción Animal», como «Hombre al Agua», «Un Millón de Años Luz», «Cae el Sol», y el que le da título a la placa.
«De Música Ligera» cerró esa primera parte con los temas nuevos. Pero ya era una canción que extasiaba a la gente, ya se vislumbraba lo que ocurriría luego con ese emblemático tema. 
Me verás caer 
Gustavo Cerati cayendo hacia atrás en un solo de guitarra, es acaso una de las imágenes imborrables de aquella noche. O el pifie de Tweety González antes del pie para el solo de Cerati en «Entre Caníbales»; la banda se detuvo, Gustavo se acercó al músico invitado, le marcó el acorde ante el silencio del público y dijo: «y pensar que lo ensayamos toda la tarde», ante lo cual la multitud enloqueció. 
Otro momento mágico se dio con «La Ciudad de la Furia», y Cerati cantando «Tres Arroyos se ve tan susceptible». 
Sobredosis de hits 
Los clásicos no se hicieron esperar. «Cuando pase el temblor», «Lo Que Sangra (La Cúpula)», «Pic Nic en el 4° B» y «Sobredosis de TV» cumplieron el sueño de esos miles que hasta el momento los habían escuchado durante años en discos y casettes. 
Una larga introducción de batería de Alberti y arrancó «Persiana Americana», y la gente coreando de punta a punta la canción. No faltaron las baladas como «Corazón Delator», con el escenario iluminado en tonos azules, y «Té Para Tres», que en ese momento era nuevo, pero ya era un clásico. «En el Borde» marcó un momento bien rockero, con Zeta rapeando en inglés, y «Final Caja Negra» aún más arriba. 
Para el final, «Nada Personal», las gracias, y el Gigante en penumbras coreando por varios minutos a la banda, que regresó para los bises. Una versión entre reggae y ska de «Un Misil en mi Placard», con Gustavo usando una galera en lugar de la boina que lució durante el resto del show, y otra vez «De Música Ligera», y la multitud saltando y cantando como tal vez nunca antes lo había hecho. 
Afuera, la ciudad parecía otra. En realidad, era la gente. Aquellos que concurrieron el 20 de noviembre de 1990 a ver a Soda Stereo al Gigante de Huracán ya no serían los mismos. 
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La generosidad
de Liche Kraemer
 

Por Rubén Pinella 
Rubén Pinella participó en la conferencia de prensa de Soda Stereo porque trabajaba por entonces en una FM. «Liche (Kraemer) transmitió en directo para FM Ilusiones, yo y otros medios grabamos para reproducir después lo que dijeron los integrantes del grupo», recordó. 
En el lugar, de acuerdo a lo que indicó, había entre 40 ó 50 personas. «En ese momento la ciudad contaba con cinco o seis medios de comunicación, el resto de los que estaban allí eran seguidores de la banda que pudieron ingresar», señaló. 
En su relato valoró que Liche Kraemer se encargó de dar un lugar a todas las FM, incluyendo a las que eran consideradas alternativas, lo que no siempre sucedía. 
Entre 1986 y el año 2000, Pinella desarrolló en nuestra ciudad y la región tareas de conducción, locución y actividades periodísticas especialmente en temas vinculados con los espectáculos y la música.
El concierto de Soda Stéreo en Tres Arroyos le permitió confirmar la calidad profesional del grupo y de todos los que formaban parte del equipo de trabajo de la gira. «Pude ver años antes la presentación de Nada Personal en Olavarría, que fue idéntica a la que hicieron luego en Obras Sanitarias -afirmó-. En Huracán sucedió lo mismo, pudimos disfrutar de un show similar al que daban en otras ciudades del país y en otras naciones de Latinoamérica».    
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