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Martín Rodriguez Blanco: “No deja de ser un honor y orgullo estar y pertenecer al Camin”

02|02|20 10:03 hs.

Y nuevamente, por octava vez en su trayectoria, Martín Rodríguez Blanco volvió a participar del ballet Camin cordobés y en el Cosquín 2020. 


El jueves por la noche, en su día de descanso, el tresarroyense tomó contacto telefónico con LA VOZ DEL PUEBLO para reflejar cómo y de qué manera volvió a participar del casting y los días posteriores al mismo. Todo comenzó el miércoles 8 de enero con la audición y la presencia de unos doscientos bailarines “de los cuales había cupo para 14 varones y 15 mujeres. Estos se seleccionaban para sumarse a los del elenco estable y así conformar el ballet para este Cosquín 2020”. 



Quedó seleccionado y a partir del jueves 9 de enero comenzaron los ensayos. Los mismos eran cuatro horas de mañana e igual número de tiempo de tarde. Los mismos se dividen “en entrenamiento corporal y armado del Himno a Cosquín, muy arduo todo. Durante el mismo necesitamos entrenar duro porque somos bailarines muy distintos. Primero que nada el entrenamiento para los bailarines es sumamente deportivo, hoy en día es casi el mismo que el de un futbolista te diría. Una hora y media a la mañana y una hora y media a la tarde, después toda la parte técnica para uniformar los estilos de cada uno y coreografías del Himno a Cosquín. Después cuestiones particulares que tienen que ver con actuaciones del Ballet con artistas. El Camin las tuvo con el Indio Lucio Rojas y con Nahuel Pennisi; en esta me tocó estar a mí. Pero en sí son muy arduos y extensos los ensayos porque en 15 días tenés que estar preparado. Este año tuvimos que preparar dos versiones del himno y armar todo esto que le dicen copete cuando participas con algún artista”. 



Lo del “Himno a Cosquín” se da todas las noches, a las 22, en la apertura de cada “luna” de la Plaza Próspero Molina porque es el horario televisivo. Este año se agregó una más “llegando a 10 porque la del lunes 3 de febrero es la del folclore cordobés que le dicen. Va a estar la Mona Giménez y algunas bandas de cuarteto, agregaron una noche más por los sesenta del festival. Viste que el cuarteto se considera un folclore acá, si vos estudiás un poco su historia se puede considerarlo así. De esas diez noches el Camin tiene la apertura de siete, porque una noche la tuvo el ballet Añoranzas -de Buenos Aires y ganador del Pre Cosquín- y dos noches el Gran Ballet Argentino de la Provincia de Córdoba”.



La audición y los primeros ensayos se realizan en el Centro Municipal de Congresos y Convenciones de Cosquín, ubicado frente a la Plaza de los Artesanos. Allí y “una vez empezado el Festival se hace la Peña Oficial todas las noches. Una semana antes del comienzo del festival -el 25 de enero- los ensayos se trasladan al escenario principal -Atahualpa Yupanqui de la Plaza Próspero Molina- para que podamos tener la visualización y apreciación espacial”. El Ballet Camin cuenta con la dirección general de Rodolfo Uez, quien está presente durante todo el año. Además este año se sumaron profesores de la UNA (Universidad Nacional del Arte), un profesor de teatro bahiense además de los del Camin, uno de Córdoiba capital y uno del Ballet de Danza Contemporánea de Tucumán.



Experiencia 
Para Martín esta, su octava participación, la siente como “una experiencia única. Siempre que se puede se vuelve al Camin, coincidimos con compañeros nuestros que hemos estado en más de 4 presencias, que la experiencia del bailarín hace al desarrollo de la danza y del mismo como persona. Y no deja de ser un honor y un orgullo estar y pertenecer al Camin y por el pisar ese escenario con tanta magia”. 

La sola presencia lograda en tantas participaciones le permite a Martín que los maestros y coreógrafos lo conozcan en cuanto a su forma de trabajo y conducta. “Ya sabés al menos como quieren la cosa o por dónde va a venir, pero esto no te da ninguna ventaja con respecto al resto. El compañerismo es fundamental porque estamos viviendo un mes juntos. Viste los artistas como somos, algunos dicen que somos complicados y otros que demasiado relajados. Además de que la selección se da el primer día en tan solo 5 horas, son rondas eliminatorias con diferentes trabajos que cierran en la última ronda con una estrofa del Himno a Cosquín”.



Luego de estar seleccionados el Camin se hace cargo de los gastos de cada bailarín, tanto alojamiento, como comida, vestuario, gastos médicos si los hubiera, “por ejemplo ahora los varones tuvimos que modificar el look y se hace cargo el ballet. Tenés una credencial que te habilita el ingreso a un montón de espacios: la Peña Oficial, la Plaza, eventos, conferencias de prensa, actividades en el museo… de eso se hace cargo íntegramente la Comisión del Festival. El alojamiento nos lo dan, por cuestiones de tranquilidad del ballet, en Santa María de Punilla, en unas cabañas donde nos atienden como reyes”. 



Siete de diez Lunas 
En el final cuenta que participó de la primera, segunda y tercera luna (25, 26 y 27 de enero), en la séptima (el viernes), octava (anoche), novena (hoy) y décima (el lunespróximo) y última del festival en todos los casos con la apertura y el Himno a Cosquín. Sumado a esta la de “Nahuel Pennisi (el 27 de enero) o cuando la organización lo requiera a acompañar a algún artista o evento. Lo que está bueno de esas ocasiones es que me ha permitido entender que los artistas son personas normales que se dan charlas sobre el tipo de danza que quieren en el show. Un montón de cuestiones que tienen que ver con el show. Lo de Nahuel Pennisi fue muy lindo y más aún su homenaje al Cuchi Leguizamón” contó en el final, prometiendo dar mayores detalles cuando vuelva a nuestra ciudad a mediados de este mes.