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Llegaron sus hijos e interrumpieron una entradera a un matrimonio de jubilados

Los hijos de un matrimonio de jubilados a los que sus padres no les atendían sus habituales llamadas telefónicas mientras cumplen con la cuarentena obligatoria, interrumpieron el accionar delictivo de los autores de una entradera en las últimas horas de la tarde del lunes. 

El hecho ocurrió en el domicilio de Bartolo Olocco (88) y su esposa Amalia Ivaldi (85), en la calle Alsina 170, cuando el primero sacaba la basura como lo hace todos los días y, ese momento, fue aprovechado por dos delincuentes que se encontraban afuera (no se pudo establecer si pasaban casualmente o estaban escondidos). 

Tal como la señora Ivaldi le relató a LA VOZ DEL PUEBLO, los ladrones tenían el rostro completamente tapado y tomaron a su esposo por atrás, antes de empujarlo dentro del garaje de su casa, donde lo hicieron caer al suelo, afortunadamente, sin llegar a provocarle lesiones de gravedad. 

Luego de reducirlos a ambos, aparentemente sin usar armas de fuego, comenzaron a revisar el inmueble en busca de más objetos de valor. Mientras tanto, comenzaron a sonar los llamados teléfonicos de sus hijos, una costumbre habitual en estos tiempos, ante la imposibilidad de visitarlos diariamente para respetar el período de cuarentena obligatoria dispuesto por el Gobierno Nacional para prevenir la pandemia del Coronavirus.
Sin embargo, ante la ausencia de respuesta, dos de los tres hijos del matrimonio que residen en nuestra ciudad (un tercero vive en Buenos Aires), se dirigieron inmediatamente a la casa donde se estaba cometiendo el robo. 

Por la puerta del garaje. Entraron a robarle al matrimonio Olocco en las últimas horas de la tarde del lunes

Al llegar, y encontrarse con las ventanas cerradas y nadie que atendiera el timbre, la hija comenzó a gritar para que le abran, mientras su hermano se ponía en contacto con la policía. El despliegue puso en alerta a los asaltantes, que tomaron el dinero de la jubilación, una alhajas, entre las que estaban las alianzas de 60 años de casados de ambos, y huyeron por la ventana de una pieza que da al patio trasero de la propiedad, ubicada a la vuelta de la Estación de Policía de nuestra ciudad.
“No me mires” 
Al recordar el episodio vivido junto a su marido en la tarde de ayer, Amalia Ivaldi, dijo que los delincuentes no fueron violentos, más allá de las amenazas verbales, “mi marido no tiene idea de nada acerca de cómo fue. Lo tomaron de atrás cuando estaba entrando. Lo tiraron al suelo y se golpeó la cabeza. El otro entró directamente a la pieza. Por suerte, la mayor violencia fue de palabra”, dijo, antes de recordar que solamente pueda afirmar que eran personas jóvenes, “tenían el rostro tapado, solo se les veían los ojos y encima me decían ‘no me mires, no mires´. Para colmo yo miro televisión con la luz apagada, así que menos todavía”. 
“Cuando entraron me pidieron que les dé ´los dólares´, ´los dólares´ o nos iban a matar. Pero nosotros no tenemos nada de eso. Así que les dí el dinero de la jubilación, que menos mal tenía en casa, sino no sé qué nos podía haber pasado. Estuvieron un rato, me llevaron alhajas y hasta mi alianza de 60 años de casados”, comentó. 
Fue en medio del atraco, cuando la preocupación habitual de sus hijos terminó evitándoles una pesadilla sin momento previsto de finalización, “como somos personas grandes los dos y no acostumbramos a salir, mis hijos me llaman dos o tres veces por día, tanto el de Buenos Aires, como los dos de acá. Como nadie atendía, mi hija se vino para acá, mientras nosotros estábamos encerrados con llave en el comedor. Cuando llegaron a la casa y nadie atendía, mi otro hijo llamó a la policía, mientras los ladrones se iban por la ventana de un dormitorio que da atrás. Entonces, en la parte de adelante estaban mis dos hijos y la policía. Ellos golpeaban, nosotros no los atendíamos y se empezaron a preocupar. Entonces mi hija gritaba de afuera para que le abra la puerta y mi hijo llamó a la policía”, indicó.
Ahora, las actuaciones judiciales por “robo agravado” están en la Fiscalía local, donde se analizarán los elementos disponibles para determinar la posibilidad de identificar a algún sospechoso.
  
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