Opinión: Compara usted
Por Juan Francisco Risso
Si me pide que diga algo horroroso, digo “Etchecolatz”. Quien lea las declaraciones de Jorge Julio López… no, deje, no las lea. No por nada tuvo “nueve” perpetuas, que fueron unificadas. Decir que fue un monstruo sería ofender a los monstruos, pues quizá existan monstruos menos crueles que Etchecolatz, del mismo modo que existen payasos tristes. La Noche de los Lápices fue lo más piadoso que hizo. Y se burlaba de sus víctimas y de sus familiares.
—
Este sujeto -no sé cómo llamarlo- tenía domiciliaria. En épocas de la presidencia de CFK la autoridad judicial hizo una requisa de rutina y hallaron una nueve milímetros. “Lo lamentamos”, le dijeron, pues allí mismo se le revocaba la domiciliaria. El sujeto ensayó unos gimoteos y llantos, alegando que no tenía dinero y tampoco tenía poder y cosas así. Cárcel común. De fuente intachable, presencial. Hoy sigue habiendo presos que nos regala La Dictadura, por lesa humanidad obviamente, que tienen domiciliaria (debería chequearlo).
—
Yo le pido que compare los seis años de CFK (que están por verse) con las nueve perpetuas unificadas del sujeto. Y si este último gozó de domiciliaria hasta que se extralimitó inaceptablemente, diga usted qué piensa sobre la ex presidenta, cuya suerte se jugará muy pronto.
—
En cuanto a ese poder residual que inspiró la “doctrina” Irurzun, pueden preguntar a los hijos de Jorge J. Lopez, desaparecido el día anterior a los alegatos. Quien quiera creer que ello no tiene nada que ver con “el sujeto”, puede. Pero la ex presidenta ya estuvo a un tris de que metieran una bala en la cabeza, es decir está en el lado opuesto de esa hipótesis. Más bien deberían cuidarla.
—
Señor Jefe de Redacción, un abrazo que hago extensivo a mis comentaristas.