¿Por qué es importante el bienestar?
Por Martina Lasaga (*)
El bienestar personal y organizacional pasaron, en los últimos años, a convertirse en un pilar cada vez más importante de nuestras vidas.
Sin embargo, intentamos alcanzar tanto uno como el otro, por medios equivocados.
Creemos que sabemos cómo alcanzar la felicidad y, sin embargo, no es esquiva. Estamos rodeados de contactos, y sin embargo nos sentimos solos, tenemos todos los medios para comunicarnos, y sin embargo, nuestras conversaciones son cada vez más pobres, tenemos más ayuda que ninguno de nuestros antepasados y, sin embargo, estamos agotados. Nos es difícil sentirnos suficientes, completos, plenos, felices.
Las organizaciones, por otro lado, creen saber cómo favorecer el bienestar de sus colaboradores y, sin embargo, los empleados sufren de burn out, stress crónico, dificultad para comprometerse y no encuentran el sentido, el propósito de su trabajo. Cuanto más invierten las empresas en engagement y bienestar, más decaen los índices que los miden.
Esta paradoja es predecible. Sucede porque nuestras intuiciones sobre la felicidad son erróneas.
Nuestras mentes están sesgadas. Se equivocan. Y trasladamos esas equivocaciones a nuestros pensamientos, nuestras emociones y lo que es peor, a nuestras acciones y las de las organizaciones a las que pertenecemos.
Afortunadamente, la psicología positiva, la ciencia del comportamiento, las neurociencias, el management, junto a otras disciplinas, se unen para dar respuestas ciertas a nuestra búsqueda. Conjugando programas que pueden tomarse individualmente y que buscan mejorar nuestro bienestar, aportando desde la vivencia individual, como desde la vida organizacional, prácticas y dinámicas concretas inspiradas en la ciencia, que nos permitirán alcanzar una vida más plena en todas las dimensiones que abarque nuestra vida.
Son programas que deben experimentarse en primera persona y que luego de concluirlos, los colaboradores y directivos pueden visualizar los resultados de forma palpable y concreta. Los cambios y transformaciones que se generan gracias a su implementación son profundos y sostenibles si se tiene la paciencia y perseverancia que implica este desafío. Los beneficios se trasladan luego a productividad y rentabilidad en las operaciones y sobretodo, en generar un clima organizacional armonioso y comprometido con los valores no sólo de la empresa sino de cada uno de sus integrantes.
Hoy en día no solamente se valora un rédito en lo económico, sino también el ambiente, la flexibilidad, los beneficios, las capacitaciones, el sentido de pertenencia a un equipo, el trabajo colaborativo y fundamentalmente, encontrar ese dichoso balance entre la vida personal y laboral. Por lo tanto, la tendencia de directivos, líderes y colaboradores está orientada hacia un bienestar integral y no sólo material.
(*) La autora es licenciada en Economía (egresada de la UNS). Con especialización en Economía del Comportamiento (UCEMA) y Neurocoaching. Experta en Bienestar y Felicidad Organizacional (Universidad de Nebrija, España).