Primero salvamos, después brindamos
En la época de las fiestas todos priorizamos disfrutar con la familia y los seres queridos, pero hay servidores que tienen que estar al pie del cañón para cuidar a la sociedad cuando ocurren situaciones desafortunadas, postergando los regalos de Navidad o el brindis de Año Nuevo para cuando su labor esté cumplida
Por Juan Falcone
Cumpleaños, egresos, festividades como Navidad o Año Nuevo, son solo algunos de los eventos que estamos acostumbrados a disfrutar siempre junto a la familia. Pero la vocación de ayudar va por encima de todo, y así nos lo demuestran día tras día los Bomberos Voluntarios. Personas que arriesgan su vida y ponen su integridad física al límite para salir al rescate cada vez que suena la sirena.
EL jefe de bomberos voluntarios de Claromecó, Roberto Bancur, explicó cómo es esta parte que está detrás de cada salida y de cada rescate, en la que un bombero debe permanecer horas fuera de casa, posponiendo el brindis a la medianoche en Año Nuevo para poder ayudar.
En primer lugar, es importante conocer qué lo llevó a ser bombero a Bancur. Entró al cuartel siendo muy joven, cuando tuvo que interrumpir sus estudios universitarios para volver a Claromecó: “Mi decisión de entrar al cuerpo de bomberos, fue en un momento que yo volví de la facultad, estaba cursando el tercer año de medicina y por cuestiones económicas en ese momento, y familiares, me tuve que volver a Claromecó. Empecé con mi profesión actual, que es electricista, y en su momento un amigo me comentó que habían abierto las inscripciones acá en bomberos, me acerqué y ahí entré, un 7 de junio del 1991”.
Estaba estudiando medicina y ejercía como guardavidas. Ayudar desde chico que es vocación para Bancur: “Siempre me gustó. Siempre estaba estudiando medicina, ya era guardavidas, dentro de lo que es el área de prevención, seguridad y trabajo en emergencias, ya estaba acostumbrado. Entré acá a bomberos pensando que era estar ahí, salir, apagar incendios y esas cosas. Pero me encontré con que es una institución que abarca muchas áreas, tanto en seguridad, como en prevención, accidentología, incendios, rescates, hay un abanico gigante de cosas, entonces me sentí muy cómodo”.
Según Roberto, desde el primer momento que pisas el cuartel sabes que es tu vocación: “Nosotros entramos a bomberos porque en sí nos gusta, tenemos la vocación. El que no tiene vocación, que quizás entra por curiosidad, en poco tiempo se va, porque no encaja dentro de la estructura de bomberos. Tenés muchísimas obligaciones, reglamentos que tenés que estar siempre cumpliendo y si no tenés vocación no lo aguantás. Terminás yéndote porque no entras dentro del sistema”.
Esta vocación te lleva a estar siempre con la mente alerta, teniendo en cuenta que en cualquier momento puede sonar la sirena y tener que salir corriendo hacia el cuartel. Bancur explicó que incluso lo tiene en cuenta a la hora de elegir un lugar en la mesa: “Una cuestión personal, en estas fiestas yo siempre busco estar en un lugar de la mesa donde al momento de que me llamen o que toque la sirena, poder salir sin molestar a nadie. Uno porque tiene la vocación y un poco de fanatismo con esto. Es una sensación que cuesta describir, porque la adrenalina surge en el momento del llamado. Y ahí no pensás si estás en una fiesta, si estás en un casamiento, si estás en un egreso, simplemente salís y venís al cuartel”.
“Una cuestión personal, en estas fiestas yo siempre busco estar en un lugar de la mesa donde al momento de que me llamen o que toque la sirena, poder salir sin molestar a nadie. Uno porque tiene la vocación y un poco de fanatismo con esto. Es una sensación que cuesta describir”, explicó Bancur
Parte de ser bombero está en tener que sacrificar algunos de esos momentos importantes para cumplir con el deber de asistir ante una emergencia. “Tanto yo como cualquier bombero se ha perdido cumpleaños de los hijos, egresos de los hijos. También me ha pasado que he tenido que estar en alguna emergencia en fechas de egreso de mis hijos y no he podido estar”.
Bancur recordó algunas de estas ocasiones, donde tuvieron que posponer el brindis para asistir a servicios: “He pasado Navidades dentro de algún campo, que justo están en plena cosecha, y se prendió fuego a la tardecita y hemos estado hasta las 2 o 3 de la mañana trabajando los campos. Recuerdo también el 31 de diciembre del 2000, cuando se prendió fuego el Vivero que empezó a las 14 del 31 de diciembre y volvimos al cuartel casi el 9 de enero, estuvimos casi 10 días trabajando en ese incendio”.
Quizás toca un servicio de horas, días o que ni siquiera sea en Claromecó. Pero Bancur explica que la mayor incertidumbre la tiene la familia. “El tema es el familiar, que ve que vos te vas, pero no sabes si vas a volver enseguida o dentro de tres días. Hoy en día con la comunicación por suerte podés estar comunicándote con tu familiar y diciéndole que te estás yendo del pueblo, o que el incendio está complicado y que no vas a volver a cenar o quizás a pasar la noche”.
El apoyo de la familia es fundamental para los bomberos, “la familia se va acostumbrando y si no acompaña, no podés estar dentro del sistema bomberil, porque más allá de que a uno le guste, la familia tiene que acompañar”.
Los bomberos en las localidades costeras tienen un trabajo diferente, ya que se prepraran a lo largo del año para estas épocas, donde el tránsito y el caudal de personas aumenta considerablemente: “Nosotros tenemos capacitaciones todo el año, vamos preparándonos para la temporada alta de los servicios en Claromecó. Entonces el bombero está pendiente, atento y preparado por si sucede algo. Salir y solucionar los problemas lo más rápido posible”.
Y de cara a las fiestas, son los encargados de la seguridad en los eventos masivos: “Nosotros tenemos guardias, donde los bomberos se reúnen en el cuartel a cumplir tareas de orden interno. Esas guardias cumplen lo que serían las emergencias del momento o los servicios programados, como la cobertura de las fiestas que se hacen en la playa o en algún lugar”.
Bancur resaltó el compromiso de los servidores públicos al tener que asistir a estos servicios en eventos, donde “A las 12 brinda con la familia, y el bombero 12 y media tiene que estar en el cuartel, para ir a cubrir esos servicios de los eventos de fin de año. Hay que enaltecer un poco al bombero que justo le toca o al que se designa, porque siempre están predispuestos y a la orden para ir a hacer ese trabajo”.
Para finalizar, compartió su análisis de como estos últimos días de lluvia apaciguaron las posibilidades de incendios forestales que se pronosticaban: “Los pronósticos daban que podía llegar a venir un verano seco, con probabilidades de incendios importantes. Esta lluvia lo que hizo fue apaciguar bastante ese pronóstico. Incendios forestales pueden llegar a haber, pero las condiciones climáticas tienen que cambiar muy brusco”.
Aun así notó un aumento en accidentes viales en la ruta, por lo que hay que prestar especial atención en las precauciones para reducirlos: “Estos últimos años, de acuerdo a la gran influencia de turistas que vienen a Claromecó, y el gran tránsito que tiene la ruta, algunos accidentes viales. Por eso el que anda en la ruta tiene que tener las precauciones necesarias para poder llegar bien. Esperemos que este verano sea tranquilo, y que podamos pasarlo de la mejor manera posible”, concluyó.