Santucho: “Desde que encontré a mi hermano, sentimos que todo tiene otro sentido”
Su madre fue secuestrada y desaparecida por la dictadura cívico-militar. Estaba embarazada de dos meses. Miguel vivió en el exilio en Italia, junto a su padre y un hermano. El camino hacia la verdad fue muy difícil, a través de Abuelas de Plaza de Mayo. Hoy tiene “mucha energía y felicidad”
A Miguel Santucho le dicen Tano, porque vivió gran parte de su infancia y la adolescencia en Italia. No fue una elección, sino el exilio impuesto por el riesgo que corría la vida de su padre Julio Santucho, durante la dictadura cívico-militar.
Cuando su mamá Cristina Navajas fue secuestrada el 13 de julio de 1976, Miguel tenía sólo ocho meses de vida. Se encontraban en ese momento en el departamento donde vivía Manuela Santucho, cuñada de Cristina, en la ciudad de Buenos Aires. Fueron detenidas-desaparecidas ellas dos y “Alicia Lambra -agrega Miguel-, compañera de ambas, militante del Partido Revolucionario de los Trabajadores”. También estaban en el lugar Camilo, hermano dos años mayor de Miguel; y “mi primo Diego, hijo de Manuela Santucho, quien tenía unos meses más que yo. El para mí es como un hermano. Lo conocí de grande, a los 18 años, cuando volvió al país”. Los tres pequeños fueron dejados en el departamento por los secuestradores.
Camilo sigue viviendo en Italia, nunca volvió a la Argentina. “Tiene una memoria no solo emocional sino física de mi mamá, cosa que yo no tengo, de alguna manera creo que eso le impidió regresar”, considera.
Cristina Navajas estaba embarazada de dos meses y dio a luz en condición de desaparecida. Alicia D’Ambra también se encontraba embarazada, su hijo o hija sigue siendo buscado por las Abuelas de Plaza de Mayo.
El nieto 133
Miguel volvió por primera vez a la Argentina en 1985 y se radicó de manera definitiva en 1993. Cuando su abuela Nélida falleció el 2 de mayo de 2012, si bien él ya participaba de la organización, decidió comprometerse mucho más en Abuelas de Plaza de Mayo y seguir con la búsqueda de su hermano o hermana.
“Sentía un llamado desde la Argentina por mi historia familiar. Mi mamá era desaparecida y gran parte de mi familia paterna había sido perseguida, desaparecida, asesinada”, explica.
Se contactó “con gente que militó con mi mamá, que la había conocido en la Facultad (estudió Sociología en la Universidad Católica Argentina). En esa búsqueda, escuché varios testimonios que daban cuenta que ella desde el cautiverio, trataba de informar que había mantenido el embarazo. Es como que estaba diciendo ‘hay que buscar a mi hijo o mi hija’”.
Daniel Santucho, el nieto recuperado 133, fue encontrado el 26 de julio de 2023. “Es cuando me enteré que se había acercado a las Abuelas con dudas sobre su identidad, que su entorno lo había sostenido en ese proceso”, recuerda.
La verdad
Miguel hace una diferenciación. “La búsqueda -término que pronuncia en varias oportunidades- del lado de los familiares muchas veces es muy larga, dolorosa, porque claramente uno no tiene la seguridad de encontrar o no. En ese camino hay muchas dificultades, pero es colectiva, está acompañada y es de cara a la sociedad”, afirma. En cambio, “para quienes tienen dudas sobre su identidad y quieren hallar la verdad, como Daniel y todos los que se acercaron a Abuelas, el camino es más solitario”.
Menciona que “le escuché decir, más de una vez, que en el momento que fue a anotar a sus hijas al Registro Civil sentía que estaba cometiendo un error. Que no era el apellido que les correspondía”.
El martes participó en actividades en nuestra ciudad por el Día Internacional de los Derechos Humanos y brindó una charla en el Salón Blanco (Ver recuadro). Para Miguel, propuestas como las que se realizaron en Tres Arroyos son valiosas, porque tienen el sentido de “sostener el derecho a la identidad, en todas sus variantes. Promover que muchos más consigan la fuerza de llegar a la verdad”.
Testimonios
Enumera los centros clandestinos de detención donde estuvo su madre, a partir de la reconstrucción que se pudo realizar por declaraciones de testigos. “En el pozo de Banfield dio a luz a Dani”, puntualiza.
La palabra de Adriana Calvo, sobreviviente y cofundadora de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos (AEDD), fue clave. “Ella dio testimonio de que mi mamá no estaba más embarazada y se encontraba bien. Adriana dio a luz en el trayecto hacia el pozo de Banfield y en el momento en que le iban a sacar a su hija, Teresa Laborde, todas las detenidas incluidas mi mamá, mi tía y Alicia se pusieron delante de los guardiacárceles para impedirlo. No pudieron hacerlo. Me emociona mucho porque, a pesar del cautiverio, no lograron quebrarlas”. Calvo falleció en 2010, era física, fue docente y luchó de manera muy activa por los Derechos Humanos.
En los primeros años de este siglo, cuando se estableció la política de Memoria, Verdad y Justicia, Miguel empezó a dar charlas en colegios a los que era invitado. “Mi testimonio ahora es mucho más luminoso, estoy feliz de haber encontrado a mi hermano, pero yo en ese momento no sabía si lo iba a hallar, donde estaba. En esas circunstancias me basaba mucho en los ex detenidos, los que hicieron del testimonio la fuerza de construcción”, destaca.
Contrasta con el silencio de militares que “nunca nos dijeron nada. Estoy convencido que los 300 hombres y mujeres que seguimos buscando hay quien sabe dónde están. En los juicios de los centros clandestinos donde funcionaban maternidades están condenados los médicos, los parteros, los responsables de la apropiación de bebés”. Y reitera que “nunca colaboraron con la Justicia. Encima tienen la caradurez de solicitar permisos y beneficios”.
Reencuentro
Al hablar de su hermano Daniel, se percibe la emoción y alegría. “Es una persona muy tierna, muy dulce, muy genuina. Ahora está atravesando un momento luminosìsimo en su vida porque sabe quién es”, señala.
Daniel pudo abrazarse con su papá, descubrió que tiene tres hermanos, Camilo, Miguel y Florencia (hija de una segunda pareja de su padre). En su familia hay “24 primos desparramados por el mundo. Una larga gira por delante para conocer a todos, sentimos que toda la familia lo estuvo esperando”.
Santucho es una familia de Santiago del Estero, allí residen la mayoría de sus miembros. En consecuencia, es donde realizaron una de las primeras reuniones con Daniel, en la que participaron tres generaciones. “Sentíamos ganas de abrazarlo, darle la bienvenida, de transmitirle nuestra felicidad de que haya encontrado el camino a casa”, afirma.
Los ojos se le iluminan, cuando dice que “a él le hace mucho bien encontrarse con tanto cariño, sentirse tan querido, en cierta forma, repara todos esos años que no estuvo con nosotros. Nos hace bien estar juntos, sentimos que todo tiene otro sentido y queremos compartirlo con quienes permitieron que nos reencontremos”.
Los viajes de Miguel y la participación en actividades sobre la identidad, están impulsados en las ganas de “contar mi historia. Siento que tengo tanta energía y felicidad, que debe ser repartida”, concluye.
Tres jornadas
/https://lavozdelpueblocdn.eleco.com.ar/media/2024/12/Baldosas-1024x576.jpg)
El martes, miércoles y jueves se realizaron actividades por el Día de los Derechos Humanos. La primera jornada se inauguró el contador de nietos recuperados en la Plaza de la Memoria, descubrieron Baldosas por la Memoria en la Plaza San Martín; además fue habilitada la muestra “Género en la Lucha” en el Salón Blanco del Palacio Municipal, donde luego Miguel “Tano” Santucho brindó una charla.
El miércoles presentaron trabajos del programa Jóvenes y Memoria en el Centro Cultural La Estación.
Finalmente, el jueves se recordó la obra “Nunca Más”, de la Comisión Nacional sobre Desaparición de Personas (Conadep). Por tal motivo, brindó una disertación Guillermo Torremare en La Estación y también intervinieron miembros de Editorial Caravana con la presentación de dos libros: “Nosotras en libertad´ (ejemplar colectivo de mujeres que fueron presas políticas) y ´Operación Trigo. Historia y memoria de represión en Tres Arroyos´ de Franco Lucchetti.