Se celebra este lunes el Día de la República Italiana
Nació hace 79 años, después de la Segunda Guerra Mundial
Las condiciones de Italia después de la Segunda Guerra Mundial eran desastrosas. Un quinto del patrimonio nacional había sido destruido con daños enormes a las ciudades, a las calles, las ferrovías; del número de muertos no se tenía una idea precisa, así como no se podían contar los sobrevivientes que no tenían comida ni casa.
Poco a poco las tropas aliadas se habían retirado y en enero de 1946 el gobierno italiano había retomado la administración de todo el territorio nacional. El pueblo había padecido y todavía seguía padeciendo sufrimientos y necesidades económicas, pero creía en un futuro mejor, con paz, libertad y progreso.
Desde diciembre de 1945 era el jefe de gobierno Alcide de Gasperi, secretario de la Democrazia cristiana, el nuevo Partido fundado después de la caída del fascismo, por un grupo de “populares”. Formaban parte del gobierno hombres de los partidos que habían participado en la Resistenza. Todavía estaba el Rey Vittorio Emanuele III, que recién el 9 de mayo de 1946 renunciaría al trono en favor de su hijo Umberto.
Los italianos debían desde ahora en adelante decidir si todavía querían la monarquía. Fue fijado para el 2 de junio de 1946 el referéndum a través del cual el pueblo habría de establecer si la Italia del dopoguerra y después del fascismo debía ser una monarquía o una República. En la misma fecha se habría votado para elegir la Asamblea Constituyente, a la cual esperaba el deber de preparar una nueva Constitución.
La campaña electoral fue vivaz y animada, pero sin incidentes. Los partidos políticos mas importantes (Partito Socialista, Partito Comunista, Democrazia cristiana, Partito Republicano) estaban por la república, pero ninguno pensaba que la partida ya estuviese vencida. En el sur, se sabía, la gente tenía un fuerte sentimiento monárquico y también con esto se debía contar para hacer las cuentas.
No se podía además excluir que se llegara a desorden y violencia, visto que los traspasos de régimen raramente suceden en modo pacífico.
Los fieles del Rey trataban de crear en la gente miedo a un salto al vacío recordando que la monarquía tenía la certeza de lo conocido, la Repubblica era lo desconocido.
El socialista Pietro Nenni trataba de calmar a todos y escribió en aquellos días un artículo sobre el “Avanti”que tenía este título significativo: “Non accadrà nulla. Non deve accadere nulla” (“No sucederá nada. No debe suceder nada”).
Llegó el 2 de junio de 1946 y los italianos se dirigieron a votar con la máxima calma y en un aire casi de fiesta, después de tantos años. Por primera vez votaban todos: los hombres y también las mujeres de más de 21 años.
Los resultados fueron los siguientes: para la República el 54% de los votos, para la monarquía el 46%.
Italia por voluntad popular era entonces una República. El 10 de junio de 1946 los jueces de la Corte di cassazione, en Montecitorio, proclamaron oficialmente el cambio de régimen y dos días después el gobierno nombró a De Gasperi jefe provisorio del Estado.
Al Rey no le quedaba más que dejar Italia puesto que, como él mismo había dicho “la costumbre indica que los reyes depuestos no permanezcan en los países que los vieron reinar”.
El 28 de junio de 1946 la Asamblea Constituyente votó para elegir el primer Presidente de la República. Fue electo Enrico De Nicola, ilustre jurista, hombre de grandes valores y sabiduría.
Vivía en Torre del Greco (Nápoles) y cuando supo de su elección los habitantes de la pequeña ciudad, que la gran mayoría había votado por la monarquía, se dirigieron hacia su finca gritando: “Viva Don Enrico, Viva la República!”.
De Nicola, y no solo él, pensó que el país estaría entonces verdaderamente unido en la lucha por la paz y por el bien público.
-Texto extraído del libro “ Storie della Storia d’Italia” de María C. Peccianti.
-Traducción: Rosana Fusaro, corresponsal honorario de Italia en Tres Arroyos.