Un deporte para disfrutar hasta el viento
El kitesurf es un deporte de moda en las playas de todo el mundo, y en Claromecó lo definieron como “la opción para que todos los días sean hermosos”. En qué consiste y qué sensaciones generan en la voz de dos aficionados a la disciplina
Cuando caminás por la costanera, lejos de la orilla porque el viento te vuela, al levantar la vista sobre el cielo se ven barriletes, pero no el típico barrilete pequeño con el que se entretiene un niño, sino que son cometas grandes, que al seguir su trayectoria se puede ver como son direccionadas por personas que están sobre tablas. Y ahí uno se detiene a observar, y estas personas están surfeando guiados por el viento, aprovechando su cometa para hacer saltos, ganar velocidad y realizar grandes piruetas. Esta disciplina tan adrenalínica se llama kitesurf, y para descubrir qué es lo apasionante de este deporte, La Voz del Pueblo dialogó con algunas personas que se encontraban practicándolo en el mar.
En primer lugar, Pablo Scarabotti salió del mar, y en conversación con este medio explicó que llegó a este deporte porque practicaba uno muy similar, como el windsurf, y cuando se encontraba en Holanda se encontró con esta disciplina que era muy poco vista a nivel mundial: “A mi vida llegó un poco por casualidad. En el año 1998 yo hacía windsurf, un día vi a una persona, con la que después terminamos siendo grandes amigos, que tenía un kite, le pregunté para qué era, me explicó, y le dije que también quería hacerlo. Juntos en Holanda empezamos a practicar kite”.
Todo esto ocurría en Europa, donde recién se estaban realizando pruebas y este deporte era practicado por muy poca gente: “No se conocía casi en el mundo, de hecho, nosotros en Holanda empezamos con material de prueba porque no había nada homologado ni que se fabricase en serie, como para promocionar el deporte. Era todo de prueba en aquel entonces”.
Después de algunos años de pruebas, se profesionalizó el kitesurf mucho más, y ya comenzó a llegar a las playas de Argentina: “Estuvimos dos años más o menos probando material, ya sea barriletes o tablas. Y después en el año 2000, se cerró un poco la idea de cómo había que hacerlo. Se empezaron a hacer los barriletes de cuatro líneas, porque al principio eran de dos, y ahí podríamos decir que en el año se empezó a hacer kite realmente. Los otros años era una lucha constante. En el año 2000 vine acá a Claromecó, me traje el material antiguo y era imposible. Acá en Argentina a partir del 2010 se empezó a hacer más conocido y más popular. Hoy por hoy se hace kite en todos los balnearios, lagos, a donde uno vaya encuentra escuelas de kite y tiendas”.
Pablo se encontraba con un numeroso grupo de personas, que resultaron ser sus amigos de toda la vida, con los que compartió la afición al kitesurf: “Todos los que hacemos kite acá nos conocemos desde que tenemos diez años. Toda la vida hemos estado en Claromecó y en esta bajada. Hacíamos esquí acuático, hemos hecho windsurf juntos, todos somos apasionados del mar y de los deportes acuáticos”.
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Cuando te subis a la tabla, volás por los aires y vas ganando velocidad sobre el agua, Scarabotti explicó que “te hace sentir libre y joven, estoy por cumplir 57 años, y te olvidás de la edad que tenés, es muy divertido. Creo que para Claromecó es lo mejor que puede hacer cualquier familia, enseñarle a hacer kite a sus hijos. Porque en un día feo están acá en el agua, con el sol, con el viento, lo único que van a hacer es divertirse y de manera sana”.
Pablo describió al kitesurf como un deporte seguro para realizar, en el que realmente te podes desafiar cada vez que entras al agua: “Se puede probar tu propio límite en cuanto a velocidad, barrenar olas, similar a lo que es hacer surf, pero con la ayuda del barrilete. Acá barrenas la ola mucho más tiempo y muchas más olas. Y sobre todo podes hacer pruebas, dar vueltas en el aire, saltar, siempre estás viendo cuál es tu salto más alto, cuántas vueltas diste, vueltas para atrás y para adelante, entonces siempre es un reto”.
Claromecó además se destaca como un lugar ideal para este deporte, por sus condiciones climáticas: “Por la cantidad de condiciones climáticas, siempre tenés el viento cambiante, el mar al no ser calmo como en otros balnearios, siempre está constantemente variando las olas, y te permite tener un escenario distinto para divertirte”.
Para finalizar, destacó una frase que despierta las ganas de probar el kitesurf: “El kite es la opción para que todos los días sean lindos. Cuando hay sol estamos acá todos juntos, tomando mate, charlando, nos bañamos y pasamos un día hermoso. Pero cuando para la mayoría de la gente se pone feo el día y se van de la playa, nosotros lo disfrutamos a fondo haciendo kitesurf, entonces seguimos diciendo que el día está hermoso. Es la opción para que todos los días sean hermosos”.
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Desafiar al mar
Leandro Echegoyen, otro miembro de este grupo de amigos amantes de los deportes acuáticos, sumó su comentario sobre lo que más disfruta de practicar kitesurf: “De esta forma aprovechamos el mar, disfrutamos de días en Claromecó que no se pueden hacer mucho, cuanto más viento hay y el mar está más revuelto, es más lindo”.
Las mejores sensaciones que brinda este deporte para Echegoyen son “el placer de desafiar un poco al mar, al viento y a las olas. Disfrutar la adrenalina del momento, el mar cuanto más feo está es como más lindo”.
Y concluyó remarcando que es una gran manera de aprovechar la playa incluso en días que no sean ideales: “Es una manera de disfrutar de otro Claromecó, cuando a la gente no le gusta el viento o no puede disfrutar la playa por el viento, el kitesurf te da una salida muy linda”