Un verano de playa y asado
En Claromecó la playa y la carnicería son dos de los lugares más transitados, ya que después de un día arena y olas aparece la necesidad de comer un asado. En diálogo con La Voz del Pueblo, Valentín Ismael detalló cuáles son los cortes más populares del verano y compartió algunas recomendaciones
Semana tras semana en Claromecó, cuando llega el viernes y comienzan los preparativos para el fin de semana, también empieza a surgir en cantidad de turistas la necesidad de comer un asado. Es lo que transmite el verano, prender el fuego en el asador, compartir con familia, amigos y seres queridos.
Para preparar este “banquete” primero hay que comprar la carne, y uno de los lugares más transitados dentro de Claromecó cuando llega el fin de semana es Carnes Argentinas, ubicado en la esquina de 15 y 26, donde se encuentra Fabián Ismael, y donde también se encontraba su hijo Valentín, quien ahora se encarga de la sucursal de Tres Arroyos.
Recordando cómo es la actividad en la temporada de verano, Valentín en diálogo con La Voz del Pueblo explicó lo que significa la intensidad de trabajo, desde la apertura hasta el cierre: “Anteriormente, antes de abrir la sucursal de Tres Arroyos, no estábamos con la carnicería activa durante el año. Era pasar el año en otro oficio, y hasta llegar a noviembre, que empezás a preparar el local, tenés que prepararte mentalmente para dos meses intensos, donde corrés las cortinas y sabes que el comercio rebalsa”.
Tanto movimiento de gente también requiere mucha preparación para los carniceros, pero Valentín remarca que al llevar este oficio en el corazón gracias a su padre Fabián, se hace con gusto: “La temporada se hace pesada porque no tenés horarios, no te permite tener mucha vida de ir a la playa, o frenar para descansar. Es un esfuerzo muy grande que tenes que hacer en el día a día de estar 18 o 20 horas adentro. Pero uno, como lleva el oficio en la sangre, se olvida de soportar estas cosas del cansancio físico o mental, porque disfruta del vínculo con el cliente, charlar con la gente y siempre con una sonrisa, y que el cliente se vaya con la sensación de que lo atendió un amigo de toda la vida”.
/https://lavozdelpueblocdn.eleco.com.ar/media/2025/01/LVP_5930.jpg)
Dentro de esta pasión que significa el oficio de carnicero para Valentín, en Claromecó existen aquellos cortes famosos que los clientes suelen elegir de cara a preparar un asado: “Cuando uno dice asado, lo primero que se viene a la mente es una tapa de asado, o los cortes con más pulpa, un vacío o un criollito y las achuras, como chorizo o morcilla. Pero también hay muchos factores para hacer un asado, como la porción elegida por persona, se puede ver del lado de lo que rinde la carne, si elegís cortes con hueso tenés que calcularle mínimo 500 gramos por persona, y si estamos hablando de cortes con pulpa, estamos hablando de 300 o 400 gramos mínimo”.
En el caso de una familia o un grupo de personas, que se acerca a la carnicería y tiene ganas de darse el gusto de comer una carne a la parrilla o al asador, tiene que saber encontrar la variedad, y en esta época también es fundamental poder encontrar el ahorro. Ismael describió como sería una posible recomendación para que un grupo de aproximadamente seis personas pueda hacer un asado rico, rendidor, y que cuide el bolsillo: “En este momento lo económico pueden llegar a ser cortes de paleta, como el manto de paleta o la tapa de la paleta. También el asado americano, que para nosotros es importante variar los números en el mostrador, darle la posibilidad de ahorrar a la gente, y el asado americano sale espectacular, es el chuletero cortado al revés. Está bueno, porque rinde mucho y tiene poco hueso”.
Valentín hizo hincapié en la importancia de la atención al cliente, una parte fundamental en la carnicería es aconsejar y guiar al cliente a que tome una decisión que lo invite a disfrutar de la ocasión para la que se está preparando: “Lo fundamental es ser sincero con la persona. Hay clientes que vienen y te piden una recomendación de un corte, porque no conocen, y para eso está el carnicero. Uno día a día pule sus herramientas comunicativas, yo tengo 21 y mi papá tiene 53, y los dos seguimos puliendo cosas en nuestra manera de trabajar, nunca se para de aprender. Hay que entender lo que se ajusta a cada persona, escucharlos y adaptarse a sus necesidades. Con una recomendación o con una sugerencia, para que vengan confiados en que uno le ofrece algo bueno”.
Para finalizar, describió lo que significa para él ser carnicero. Un oficio que aprendió desde chico, y que abrazó desde muy temprana edad, y que le permite compartir una misma pasión con su padre Fabián: “Para llegar a decir, yo soy carnicero, hay que cumplir muchos factores, no están escritos, sino que nacen de uno. Es algo que te tiene que gustar, yo soy un agradecido, porque si bien intenté estudiar en la universidad, no estuvo en mí. Yo quería estar en la carnicería al lado de mi viejo, y salió el proyecto de la carnicería en Libertad 135, y sinceramente es algo que siento dentro mío”.