Pereyra Piacquadío, hija de Walter y Celia, los históricos concesionarios de dicha unidad turística, apuntó contra el Departamento Ejecutivo y contra la delegación a cargo de Daniel Civetta, al tiempo que afirmó que la falta de respuestas de parte del municipio se debe a una represalia, ya sea por el conflicto judicial que la familia mantiene con la comuna como así también por su participación política -fue candidata a consejera escolar por la Coalición Cívica y es parte de la alianza Juntos-. 

Cabe recordar que el 11 de octubre pasado, la medida cautelar interpuesta para evitar su demolición resultó favorable a los concesionarios por lo que podrán continuar con la explotación hasta una nueva disposición. "En los primeros días de noviembre presentamos una nota en la delegación, que se sumó a unas cuentas que presentamos a lo largo del año, pidiendo que se mantenga el acceso de la calle 50, la cual hace más de dos meses que está intransitable. Ni una camioneta 4x4 puede pasar", indicó. 

Pereyra Piacquadío aseguró que aún no ha recibido respuestas de parte de la delegación, ni del Ejecutivo con respecto a la serie de notas presentadas. "Seguimos sin novedades. Mandan alguna máquina para simular que están trabajando pero la calle sigue sin estar abierta. El fin de semana estuve en el parador y vi que el acceso es intransitable", afirmó. 

En sus apreciaciones, expresó que sus padres, quienes residen en el parador, "están sin agua, ni gas porque los camiones no pueden ingresar. También están prácticamente incomunicados porque no pueden ingresar a que les arreglen la conexión de internet".

"El delegado me dice que está esperando la orden para hacer los trabajos. Pareciera que estamos castigados. Todos saben que estamos en litigio con la Municipalidad, pero una medida cautelar nos habilita a explotar comercialmente el parador. A simple vista, esto parece una represalia y que quieren debilitar a la familia. Están logrando que mis papás se mueran en el parador, afectándolos psicológicamente", mencionó. 

Pereyra Piacquadío expresó que el parador prácticamente no pudo trabajar durante el concurrido último fin de semana largo en Reta por la imposibilidad de acceder al lugar. "La gente que llegaba al parador desde la playa nos preguntaba si teníamos abierto, pero solo teníamos el servicio de baño y algo más. Salvo eso, no teníamos más nada porque los proveedores no podían llegar a dejarnos mercadería por la cantidad de arena en el acceso", indicó.