12|02|23 09:47 hs.
Las emociones se concentran como el aire dentro de un globo en la previa al inicio de la edición Nº61 de Las 24. Ya desde el miércoles el ingreso a Claromecó empezó a ser testigo de la llegada de camionetas, jeeps, rastrojeros, buggys y todo tipo de vehículos.
Las casas de pesca empezaron a recibir más consultas. La compra de langostinos, chipirones y anchoas creció, al igual que la expectativa.
Es que este año, el Club Cazadores regresó a sus tradicionales premios: vehículos cero kilómetro. En la oportunidad se entregarán tres camionetas Toyota Hilux (una 4x4 para el ganador del certamen principal, una 4x2 para el segundo lugar de la competencia de corvinas y una 4x2 que se sorteará entre todos los participantes) y tres Toyota Etios (uno para el tercer lugar del clasificador de corvinas, uno para el ganador del certamen de mayor peso y uno que se sorteará entre quienes se hayan inscripto de forma anticipada).
Asimismo habrá, como siempre, una gran cantidad de premios que van desde electrodomésticos hasta artículos de pesca. Y como si fuera poco, este año la entidad organizadora decidió, en la última semana, sumar un millón de pesos más en premios, algo que subió –aún más- el interés de los participantes.
Como si fuera poco, el clima pareció “enderezarse” en las últimas horas. El viernes, el calor y el mar regalaron una jornada para encuadrar. Todo estaba dado para que sea una fiesta y todavía faltaba lo mejor…
El inicio
El calor convertía la playa en un verdadero horno. El aire, caliente, obligaba a la gente a sumergirse en el mar para refrescarse. En ese marco, los pescadores se alistaban para lo que sería un nuevo comienzo de las 24 Horas de la Corvina Negra.
Las cañas ya cortaban el paisaje cuando la vista se alzaba hacia el Faro, si estabas en Claromecó, o cuando buscabas el horizonte en Dunamar. Los campamentos, armados algunos desde el miércoles, ya se confundían con el paisaje. Quienes venían desde lejos apuraban el paso para conseguir el mejor lugar, ese lugar que les asegure un pique ganador.
Con todo eso sucediendo, en simultáneo, el clima volvió a cambiar. El viento giró –y se incrementó- y la temperatura sufrió una baja para el alivio de los participantes. Todo eso pasó en los últimos minutos, los de las previa, los que siempre generan esa expectativa, ese nerviosismo. Y en este 2023 no fue la excepción.
A las tres de la tarde comenzó a desandar la ilusión de miles de pescadores (4584, para ser exactos). El sonido de los reeles soltando línea se unificó, al igual que el de las líneas volando por el aire. Algunas bocinas acompañaron el inicio, que una vez más se vivió de forma muy emotiva.
Los rezagados (la mayoría, competidores que arribaron desde muy lejos), buscaron algún huequito. Quienes más conocen el certamen saben que hay lugares que tienen más pique de corvina y otros que son donde más se encuentran chuchos. En esa búsqueda partieron hacia los saltos y las dunas, respectivamente.
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Con la paciencia como virtud. Los pescadores aguardan el momento que en la línea tire y el pique se consume (Maximiliano Vega)
Las piezas
Cerca de las 20 horas, los 50 primeros puestos del certamen principal ya estaban ocupados. Este dato marca la cantidad de pique que hubo en este primer día y el ritmo que tuvo la ganchera.
Apenas 10 minutos debieron pasar para que salga la primera corvina de la mano del tresarroyense Nicolás Weharhahne, quien sacó una rubia de 2,124 kilogramos en el Tercer Salto. Poco duró su alegría: 7 minutos después, Gustavo Ordoñez, de Coronel Suárez, lo superó con un ejemplar de 2,231 kilógramos obtenido también en el Tercer Salto. Entretanto, el necochense Claudio Ambatese se sumó a la ganchera con una rubia de 2,062 kilógramos sacado en el Quinto Salto.
A las 16.35 Marco García, de Carhué, saltó a la cima del clasificador para no moverse más por el resto de la jornada –al cierre de esta edición continuaba liderando-con una corvina rubia de 3,029 kilogramos obtenida en la zona de Piedras de Franganillo.
Pocos minutos después, a las 16.50, el tresarroyense Facundo Cortese “sacudió” la zona del Campamento al obtener una rubia de 2,892 kilos que fue directo al segundo escalón del podio. El último escalón lo ocupaba Ricardo Schwab, de Monte Hermoso, con un ejemplar de 2,836 kilos sacado a las 20.45 en el Médano Blanco.
El movimiento fue constante durante varias horas, aunque la mayoría se dio fuera del podio. La última pieza ingresada en el clasificador era una rubia de 2,262 kilogramos sacada en la zona del Faro por Marcelo Cejas, de Necochea, que se ubicaba en el 15º lugar.
¡Qué chucho!
El certamen paralelo regaló, durante los primeros minutos de competencia, lo que es sin duda la sorpresa de la jornada. A las 15.35 el tandilense Alejandro Romay llamaba a los controles para mostrar su trofeo: un chucho de ¡27,925 kilogramos! El ejemplar, que se fue directo al primer lugar de la clasificación, fue pescado en el Médano Blanco.
Para el resto quedaba el sueño de desplazar semejante pieza. Martín Mondini, de Azul, escaló al segundo lugar del podio con un chucho de 12,080 kilos sacado en el Médano Verde a las 15.45 y David Ramos, de Tres Arroyos, al tercero, con un chucho de 10,080 kilos pescado en el Segundo Salto y Medio a las 19.15.
En contraposición con lo sucedido en el certamen de corvinas, aquí la pesca se detuvo tras las 19.
Hasta la medianoche, los controles seguían atentos. El clima permitía que los concursantes insistan acompañados por la luz de la luna. Otros, exhaustos por el calor, decidían dormir, recargar energías y volver a empezar.
Aún está todo abierto. Aún están todos expectantes. Las 24 regalaban sus horas de máxima atención. Esta tarde se conocerá el ganador y por largas horas, todos irán tras ese sueño: el del vehículo cero kilómetro.