26|04|23 09:00 hs.
La primera victoria tiene un sabor especial; es esa que moviliza nuevas esperanzas, confirma el camino recorrido y genera el recuerdo eterno. Y también la que moviliza desde el cuerpo y alma los sentimientos más profundos.
Por eso era lógico y entendible ver a Matías Pereyra tan emocionado cuando en su ciudad, ante su gente y junto a su familia, confirmó su triunfo en la competitiva y poderosa Minicross.
“Ni hablar que estoy muy emocionado… Lo que pasa es que pasamos tantas horas en el taller trabajando tanto; más que nada mi viejo (Marcelo) y mi abuelo (Néstor), por lo que cuando se dan estos resultados es tan gratificante. Y a eso tenemos que sumarle el esfuerzo que se hace, porque no caben dudas que para venir a correr el esfuerzo es muchísimo; no digo que el resto no lo haga, pero en nuestro caso está muy marcado”, confesó Matías con sus ojos brillosos y sus labios temblorosos por la emisión.
Pereyra expone uno de los perfiles que hacen especial a las categorías zonales, aunque se hable de la gran Minicross que forma parte del espectáculo de las Mayores. Hacer mucho en su taller impulsado por el bombeo de esa sangre que nació en el corazón de su abuelo y se extendió al del padre para llegar al de él como al de su hermano Federico. “Mi abuelo nos dejó esa pasión, es un vicio bueno y hermoso”, destacó el ganador y ahora quinto en el campeonato.
La victoria se dio después de ser cuarto en clasificación, segundo en la serie y ganador de la prefinal. En la final dominó media carrera hasta que Masson Cura lo tocó de atrás en la entrada a la recta del Taraborelli, haciendo perder rendimiento para superarlo en el ingreso de la curva 1. Después, la sanción a Masson y el triunfo de Pereyra, quien lo explicó así. “Venía adelante tranquilo, cuidando todo porque él también venía fuerte, pero venía bien; y abajo recibo un toque mínimo que está y me desacomodó, con lo cual no pude mantener la cuerda y me terminó superando. Cuando concluyó la carrera el Comisario Deportivo nos llamó, miraron las cámaras de ambos autos, más alguna de ellos y se ve que fue un toque mínimo, pero existente”.
A Pereyra no lo sorprendió el gran rendimiento de su Fiat. “La verdad que no, en San Cayetano ya habíamos andado muy bien pero tuvimos la mala suerte que se nos tapara el filtro de nafta. Estábamos para andar entre los 5 y no teníamos dudas que en el Moto Club íbamos a andar bien. En la serie fui segundo de un Vivarelli que andaba muy bien y era el candidato, no sé qué le habrá pasado en la largada de la final, pero era el candidato”, reconoció.
Pero ante ese problema había que estar ahí, segundo, para agarrar la punta y llevarla con autoridad. Y Matías estuvo. “Se dio así, aproveché el momento”, pero después había que mantener la punta en una gran categoría con muchos buenos pilotos y autos. “Venía bien, tranquilo dado que el auto ni se queja, lo llevas por donde querés; eso me daba más tranquilidad”, dijo un piloto que tiene entre sus características esa virtud.
El año pasado, Matías tuvo la alegría de festejar el APSE junto a su hermano Federico. “Tuvimos muy buenos resultados, acá nos fue bárbaro y pudimos ganar, quedamos terceros en el campeonato. Pero hablando al terminar el 2022 nos decidimos venir a las Mayores; dimos un salto de calidad, ese año en APSE nos alimentó el ego y ayudó en muchas cosas como tener relanzamientos en punta, las primeras vueltas en punta, el primer triunfo allí. Es como que reimpulsamos nuestras carreras, aunque el auto siempre anduvo bien, el tema era mejorar uno. Y de a poco lo vamos consiguiendo”, confesó el brillante vencedor.
Y ganar de local “es más lindo”, destacó con una sonrisa. “Mucho más lindo. Esta es una pista que conocemos mucho y además con toda la gente nuestra y con lo que fue hoy el marco en general”, valora mientras ve como su padre trabaja a pleno en el desarme, su abuelo lo ayuda y su madre María no “entra” en tanta felicidad que refleja su rostro. El campeonato seguirá “con buenas expectativas, es difícil pensar en el campeonato pero no te digo que no vamos a poner todo para pelearlo, pero la categoría es muy parejita, y recién vamos por la segunda fecha. A esperar y ver qué pasa, pero lo importante es estar peleando adelante. Es el premio a lucharla, a nunca bajar los brazos; en otros años estábamos atrás y seguíamos, pasaba algo y le dábamos para adelante porque las ganas siempre estuvieron intactas dado que esto es una pasión”.
En la despedida, Matías con grandeza y honestidad pidió un minuto para agradecerle a “Guillermo Yané por el motor, a mi viejo el chasis, a mi abuelo la caja, a toda mi familia por estar siempre acompañando y a las publicidades que nos apoyan tanto para poder estar acá”.