La Ciudad

“Tenemos que recuperar la soberanía de nuestros cuerpos”

21|05|23 12:06 hs.

Tuvo lugar la Semana Mundial del Parto Respetado y La Voz del Pueblo invitó a Soledad Rodríguez Nartallo y Luz Fernández a reflexionar sobre la importancia de estas fechas. Hablaron sobre la Ley Nº 25.929, la actualidad de Tres Arroyos con respecto a la violencia obstétrica e invitaron a cuestionar “cómo está funcionando el sistema y qué otras alternativas son posibles”


Esta semana tuvo lugar a nivel mundial la Semana del Parto Respetado, una fecha para seguir reflexionando sobre la importancia de garantizar este derecho a la persona gestante y a su familia, y para concientizar sobre la existencia en gran medida de la violencia obstétrica.

Este año el lema fue "Cuidar el nacimiento es cuidar las familias". En ese sentido, La Voz del Pueblo dialogó con un grupo de mujeres que en Tres Arroyos son las encargadas de llevar estas banderas y difundirlas, entre ellas la doula Soledad Rodríguez Nartallo y Luz Fernández. “Creemos que es muy necesario cuidar el nacimiento para que el clima de la familia y la adaptación al nuevo ser que empieza a transitar junto a ellos la vida, tenga un buen recibimiento, que sea tratado con respeto. Esto es fundamental para que esa familia y ese vínculo se consolide”, indicaron al inicio de la charla.

Ley de Parto Respetado

La Ley Nº 25.929 de Parto Humanizado o respetado se sancionó en nuestro país en el año 2004, aunque recién fue reglamentada en 2015. “Hace mucho que nos viene acompañando y es muy importante porque deja ver ciertos derechos que tenemos las mujeres a la hora de parir y en el posparto”, aseguró Soledad.

A lo largo de los diferentes artículos, la ley menciona importantes aspectos relacionados al derecho de las personas gestantes a estar acompañadas durante todo el proceso del trabajo de parto, parto y posparto; la libertad de movimiento y de elección sobre la forma de parir; a no ser discriminado; a que toda la familia reciba toda la información necesaria, en un lenguaje claro; a conocer los beneficios de amamantar y los cuidados que se necesitan; entre muchos otros aspectos.

“A partir de esto vemos que tampoco se le brinda información a la persona gestante en la consulta con el obstetra acerca de todas esas posibilidades que tiene para tener un parto placentero, un parto que pueda disfrutar y gozar. Esta ley habla de todas esas posibilidades”, explicó la doula.

Asimismo, la ley afirma que se deben respetar los tiempos de las personas gestantes o en trabajo de parto, evitando prácticas invasivas y medicaciones no justificadas. “Contempla diferentes recursos para evitar la medicalización, habla de la importancia del contacto piel con piel inmediato entre la mamá y el bebé; habla sobre puntos muy importantes para generar el vínculo, para que haya respeto, que se brinde la información durante todo el proceso a la persona gestante y a la familia”, señaló.

Beneficios y secuelas

Todos los aspectos que contempla la ley como beneficiosos, hay evidencia científica sobre la que se basaron para esta reglamentación, que “deja bien expuesto que tener un parto respetado y una experiencia positiva de parto, trae muchísimos beneficios tanto en la persona que nace, como en la persona que pare”.

 Para las mujeres y las familias, el parto es un hecho único. “Vamos a recordar de por vida desde el primer hasta el último detalle de nuestros partos. En las personas que nacen también quedan muchas marcas a nivel subconsciente, que van a generar el día de mañana ciertos rasgos en su personalidad”, sostuvo Soledad.

En ese sentido, recordó al médico francés Michel Odent, “que dice que hay que cuidar las formas de los nacimientos porque así se generarán mejores personas el día de mañana. Es fundamental tratar todo este proceso como algo sagrado. No es un evento médico, tenemos que lograr cambiar esa mirada”.

Siguiendo esa idea, manifestó que “los médicos y el sistema con tanta intervención, tanta medicalización y tanta cesárea, han traído esto de ver al parto como una enfermedad, algo patológico o algo problemático”.

Por su parte, Luz agregó: “Hay una cuestión burocrática que vuelve al parto como un trámite para la mirada de ciertos especialistas o para el sistema de salud que tenemos actualmente. Hace casi 20 años que existe la ley y pareciera que se recrudece la violencia con el tiempo, en lugar de ir cambiándolo. Por eso es importante visibilizarlo, porque no puede ser que la forma de parir sea en el marco de comodidad de las instituciones y no del placer de quienes parimos”.

Brindar información

Un aspecto muy importante que contempla la ley, es el de la importancia de que el médico o médica ofrezca toda la información desde el primer momento de consulta. Pero esto no sucede así en la realidad. “Nosotras creemos que es una cuestión de comodidad. La información la tienen y no la habilitan. La van brindando a cuentagotas y a su conveniencia”, afirmó Luz.

Para Soledad, esto representa un hecho injusto. “Nosotras tenemos que salir a buscar información y convocar a otro tipo de personas que nos acompañen. Por no saber ciertas cuestiones, después quedan secuelas, y no por culpa de la mujer, sino por culpa de un sistema que no la apoyó, que no le brindó la información necesaria para que se sienta confiada en su cuerpo”.

Dudas y miedos

Resulta sorprendente la cantidad de personas gestantes que en los últimos años a las que les han realizado una cesárea para poder traer su hijo al mundo. “Argentina es un país en donde la curva de cesáreas está creciendo. Incluso en los casos donde los partos son vaginales, hay intervenciones y medicalización tal vez innecesaria, entonces quizás no es la forma más respetada para recibir una nueva vida”, expresó Luz, quien añadió que “no queremos que la responsabilidad de cómo parimos recaiga sobre la persona gestante, sino que cuestionemos cómo está funcionando el sistema y qué otras alternativas son posibles”.

En el caso de Soledad, que acompaña a personas gestantes durante todo su proceso, aseguró que “el 95% de las personas que yo acompaño terminan en cesárea. Realmente el sistema es muy fuerte y enseguida ponen en duda la fisiología de la mujer para parir un bebé, generan miedos”, y de esta manera las personas terminan cediendo sobre prácticas o intervenciones que quizás no estaban seguras de realizar.

Como una conclusión a todo lo debatido, Soledad opinó: “Perdimos absolutamente la soberanía de nuestros cuerpos y está muy mal. Tenemos que recuperar eso y seguiremos luchando para lograrlo porque no se puede vivir así. Un parto en institución se volvió muy seguro a la hora de garantizar la vida de las personas, pero no la salud psíquica y la salud mental”.

La violencia obstétrica es una realidad y es algo que han sufrido, en mayor o menos medida, todas las personas que han traído una vida a este mundo. El rol de las instituciones en estos casos ha sido el de deshumanizar completamente los partos, haciéndolos un proceso rutinario y rápido, y generando así consecuencias irreversibles. Pero el camino puede ser distinto, por respeto a las madres, las familias y a ese hijo que recién llega al mundo. Es tiempo de cambiar la mirada y darle a la mujer la importancia que merece en este hecho único en su vida.


- - - - - - - - - -

Ordenanza

Hace alrededor de dos años, un grupo de doulas de Tres Arroyos presentaron un proyecto de ordenanza en el Concejo que contemplaba la creación de un sistema para poder denunciar la violencia obstétrica, y que esa información quede asentada. “Lamentablemente ese proyecto se archivó. Se trató, pero hubo profesionales que aseguraron que el parto en Tres Arroyos se respetaba, negando y ninguneando absolutamente los testimonios de las mujeres que se habían sentido violentadas, o sea, ejerciendo más violencia”, recordó Soledad.

“Estos profesionales fueron escuchados en el Concejo y por unanimidad se decidió archivar ese proyecto. Quedó ahí pero siempre estamos con la esperanza de retomarlo y de poder hacer algo que nos ayude a que bajen los índices de violencia obstétrica”.