25|06|23 08:29 hs.
La autora tresarroyense recientemente anunció la flamante publicación: “Una figuración de Laureana Landriel”. El relato va develando secretos y misterios de familia a lo largo de los versos y muestra una nueva cara de la escritora. Se encuentra en preventa de la mano de la editorial bahiense Unidad de Sentido
Desde la publicación de sus dos libros, “Madres sin nombre” y “La vida prima”, la autora tresarroyense Silvia Pailhé no ha parado de recibir satisfacciones personales y reconocimientos de lectores y especialistas en literatura. Tampoco ha dejado de experimentar y seguir escribiendo diferentes historias, algo que a esta altura lo califica como “una necesidad”.
Así, sigue estudiando, formándose, recorriendo nuevos caminos y probando las diferentes formas en que los relatos van surgiendo, sin encasillarse, simplemente dejando que las palabras salgan de manera espontánea del lápiz al papel.
Estas nuevas posibilidades y puertas que se le han abierto con sus publicaciones, hicieron que recientemente haya surgido una nueva creación: “Una figuración de Laureana Landriel”.
Este tercer libro de Pailhé fue lanzado por la editorial bahiense Unidad de Sentido, con prólogo de Pablo De Santis, y se encuentra en preventa; la autora dialogó con La Voz del Pueblo y contó detalles de cómo fue el proceso creativo y sobre esta historia familiar que inspiró la escritura.
-¿Cómo nació este nuevo libro? ¿Por qué decidiste encarar una nueva historia?
-No es el único libro que tengo preparado como para publicar. En este caso quería hacerlo porque es un libro que nace de un relato de un familiar de Bahía Blanca, que es Juan Carlos Landriel. Un día de casualidad él me dio esta historia que le da vida al libro. Yo sentí que tenía que hacer algo con eso y yo lo llamé por teléfono, le pedí datos, llamé a una prima que sabía algo más, viajé, los entrevisté y en cada uno de esos encuentros se fue armando la historia.
Al ser una historia familiar, yo lo fui trabajando de manera un poco intuitiva y en la manera en que se nos van arrimando esas historias, que están un poco ocultas por los secretos de familia. La forma en que yo encontré de llevar eso a un libro fue a través de la poesía. Es un libro que lo encaré como la estructura narrativa de un cuento, en donde el secreto se va develando, pero a la vez está escrito en versos y en pequeños poemas bastante reiterativos.
Laureana Landriel era la abuela de Juan Carlos, quien me dio la historia, a quien nunca conocieron. Hay una voz que va narrando, que se va figurando cómo sería Laureana, qué le habrá pasado; a la vez hay un doble juego porque a esa voz, que termina siendo la mía, le da un presente a Laureana.
-¿Te resultó desafiante contar esta vez una historia ajena, no algo de tu propia experiencia o que haya nacido en tu imaginación? -Es un libro donde los datos de la realidad y de la ficción están muy mezclados. Fue un desafío porque me involucré mucho con la historia y el libro habla de eso, de que hay historias que siempre vuelven y vuelven hasta que se instalan y terminan siendo un libro, y así no te abandonan de ninguna forma.
-Imagino que cada libro ha tenido un significado especial para vos. ¿Qué sentís que te dejó esta creación?
-Me dejó mucho aprendizaje para la escritura de próximos libros, algo que yo ya vengo explorando. Creo que cada material viene con una forma dada de escritura que se va develando sola a medida que uno escribe; es decir, cada historia está muy ligada a la forma que va a terminar teniendo cada libro.
Acá está claro porque, si bien yo lo había escrito en forma de poemas, lo retrabajé y lo convertí en un texto en prosa, pero realmente funcionaba como poema, aunque a su vez se mezclan. Pienso en que no hay que encasillarse en "yo escribo prosa" o "yo escribo verso", sino más vale explorar y buscar cuál es la forma que uno encuentra para contar la historia.
Fue muy emocionante escribirlo, pero ahora también saber que va a ser leído. Además, me llenó de gran satisfacción la lectura que hizo Pablo De Santis, que fue muy generosa sobre el trabajo.
-El material fue publicado con Unidad de Sentido, una editorial bahiense. ¿Cómo llegaste a ellos?
-Una vez cerrado el libro, habiendo decidido que lo quería publicar y con la aceptación de Juan Carlos sobre la forma en que yo había encarado la historia, busqué una editorial en Bahía Blanca porque todo lo que se cuenta tiene que ver con ese lugar. Finalmente, di con Unidad de Sentido.
El prólogo del libro lo hizo Pablo De Santis, que fue mi profesor en la Maestría de Escritura Creativa que hice en la UNTREF. El conocía el material del libro porque, si bien yo ya lo venía escribiendo y estaba casi cerrado, durante su Seminario de Narrativa hicimos un trabajo de exploración para ver qué forma podía tomar el libro.
-¿Cómo resultó el trabajo en conjunto?
-En mi caso, yo les envié el material porque una poeta de Bahía Blanca me pasó el dato de ellos. Lo leyeron y les gustó para que formara parte de su catálogo.
Con respecto a la tapa, esta editorial lleva en todas sus publicaciones una imagen de la zona. En este caso, la pintura que forma parte de la tapa es una que estaba en la casa de Juan Carlos en Bahía Blanca, que me llamó la atención porque era el único elemento antiguo en una casa recién remodelada; entonces le pregunté por ese cuadro y me dijo que lo había pintado su abuelo, Lorenzo Padrón, un reconocido pintor. Es la imagen de un caballo en las sierras de la provincia. A partir de ese cuadro fue que me contó la historia.
Es una editorial que hasta el momento solo ha publicado autores de Bahía Blanca, pero con este ingreso están pensando en abrirse hacia autores de la zona. Ellos trabajan con preventa, un sistema que funciona porque la editorial es chica y cuesta mucho pagar la impresión de los libros; entonces se hace la preventa de una cierta cantidad, lo que permite poder costearlo. Así que invito a los lectores de Tres Arroyos a que apuesten al trabajo de editoriales pequeñas y de autores no tan conocidos.
-Venís de un año con varios sucesos importantes en tu vida como escritora. ¿Esto te da impulso a seguir creando?
-Me parece que son cosas que van por caminos diferentes. En mi caso, la escritura ya es como una necesidad, un ejercicio que de todas maneras lo hago, por más que no haya un reconocimiento o una posibilidad de publicar. Además de eso, se van produciendo cosas como la presentación que tuve en el CCK, que fue una experiencia muy buena. Siempre me entusiasma mucho lo que sería la puesta en voz de los poemas y los textos; me interesa indagar en qué otras maneras se puede dar a conocer un material literario que no sea sentarse en una mesa a leer.
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En Perú
Otra novedad que adelantó Silvia Pailhé, que la tiene altamente entusiasmada, es que en agosto llevará su muestra “La vida prima” –relacionada a su segundo libro-a Lima, Perú.
“Del 8 al 14 de agosto vamos a armar la muestra en lo que se llama la Casa de la Literatura Peruana. Esa muestra tiene que ver con el libro anterior, ‘La vida prima’, y va a haber lectura de poemas, videos y se monta junto con la música de Luciano Cortese, que compuso especialmente para el libro, y la voz de Eugenia Arrupe narrando los poemas”, contó.
Algunas muestras similares se han armado en nuestra ciudad en diversas ocasiones. “Uno ingresa a la sala, que es bastante oscura, y va a estar funcionando la música y la voz de Eugenia leyendo los poemas de ‘La vida prima’. También va a haber una proyección de las obras clásicas de Carolina Pérez, que es una artista plástica de Tres Arroyos, que están inspiradas en el libro”, señaló.
“Eso realmente algo que nunca pensé que iba a suceder. Tengo muchas expectativas porque todavía no termino de imaginármelo. Siempre estoy en esa búsqueda de dar a conocer el libro de maneras diferentes”, expresó.
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Prólogo: El otro
lado del cuadro
Por Pablo De Santis (*)
La palabra “figuración” nos habla, en música, de la brevedad, pero hay otros dos sentidos del término que se avienen mejor a estos poemas, o a este largo poema. Esos sentidos son, en cierto modo, antagónicos. “Figuración” en pintura es lo contrario a “abstracción”, lo que significa una apuesta al reconocimiento, una confianza en la mímesis.
Pero en el lenguaje cotidiano, “figuración” es uno de los nombres plebeyos de la imaginación. Como cuando decimos “me lo figuro”, y queremos decir “me lo imagino”, “lo estoy viendo”.
Esta figuración es entonces una conjetura sobre lo que habrá pensado y sentido Laureana, pero también los otros dos habitantes del drama, Lorenzo y Dora. De todos los silencios de la historia, a Laureana le pertenece el más profundo.
El punto de partida del poema es un testimonio, y eso lo convierte en un experimento, una crónica y una rareza. Lorenzo Padrón, cuya vida se nos cuenta a través de discretas pinceladas, nació en las islas Canarias en 1888 y murió en Bahía Blanca en 1973. Pintor de caballos y de barcos, es uno de sus cuadros el que sirve de disparador al poema, ya que no
solo se ponen en escena los hechos del pasado, sino también el momento en que esa historia es anunciada y recibida:
¿y ese cuadro tan antiguo?
lo pintó mi abuelo: la lengua de Juan Carlos
da rienda a su verdad
La forma fragmentaria hace que nos asomemos de a poco a los personajes de este drama. Los conocemos a través de detalles, movimientos, conjeturas. Pero se trata de conjeturas desparejas: más certezas para Lorenzo, un poco menos para Dora y para Laureana los tenues trazos de la figuración.
Los cuadros de Lorenzo ocupan un lugar central, a veces soñados como tapices que pudieran mostrar el otro lado de la trama:
habrá deseado Laureana:
que se cuelguen del revés
los cuadros de Lorenzo
que sea visto el entrevero.
Estos versos parecen una adecuada descripción del trabajo de la poeta. Con delicada firmeza, Silvia Pailhé nos trae viejas noticias de esas vidas, como quien da vuelta una pintura para ver lo que hay detrás, los hilos de la tragedia secreta.
(*) Fragmento del prólogo realizado por el reconocido escritor argentino para “Una figuración de Laureana Landriel”
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La preventa de la editorial Unidad de Sentido
El nuevo libro de Silvia Pailhé, “Una figuración de Laureana Landriel”, se encuentra en preventa junto a otros dos nuevos materiales de la editorial Unidad de Sentido: “El puente negro” de Gastón Vázquez y “Zona de influencia” de Nicolás Guglielmetti, dos propuestas en formato de narrativa.
Para la editorial resulta de gran importancia el sistema de preventa ya que la gente tiene la posibilidad de comprar los libros de manera anticipada y, una vez finalizado el mes de preventa, con ese dinero se envían a imprimir las obras para luego distribuirlas entre los compradores y la zona.

Esta preventa estará vigente hasta el 7 de julio. “Para la ocasión, y como ya es costumbre de esta pujante editora, ofrecemos una preventa a precios sumamente accesibles para que, además de permitirnos ingresar a imprenta, disfruten de tres propuestas de escritura del sur bonaerense al mismo precio de venta al público de un solo libro en cualquier librería”, indicaron desde la entidad.
En ese sentido, señalaron que se puede adquirir un libro por 2500 pesos, dos por 4 mil pesos y tres por 5 mil pesos. Además, indicaron que se puede abonar el valor a través de MercadoPago, Cuenta DNI, CBU o alias bancario. Así, con el comprobante del depósito enviado al mail a unidaddesentido@gmail.com, la editorial hace llegar los libros una vez que ya están impresos. “Cabe aclarar que el valor de cada libro cuando termine la preventa será de 3 mil pesos y que los ejemplares se retirarán durante la presentación que tenemos programada una vez que vean la luz en el mes de agosto”, manifestaron.
Los interesados en adquirir los ejemplares pueden comunicarse directamente con los autores; también con la editorial a través del mail previamente mencionado o por mensaje privado al Instagram @unidaddesentido.
Sobre “El puente negro” Esta publicación de Gastón Vázquez concentra “una historia de vida narrada a través del montaje de seis cuentos conectados entre sí por un puente negro que los cruza. Hastiado por el sometimiento del yugo laboral, la voz de la narración dice para sí y se pregunta: ‘Este es el futuro que mis padres compraron para mí. Hay que estudiar para tener un futuro como la gente [...] ¿Qué será ‘como la gente’?’. ¿Se trata acaso de una novela de formación construida por una yuxtaposición de relatos?”.
Sobre “Zona de influencia”
Por su parte, de Nicolás Guglielmetti, “valiéndose de los recursos que ya son una marca en su literatura, nos sumerge en esta serie de cuentos en un territorio hostil donde la vida y la muerte están a la vuelta de la esquina. Ya sea como testigos involuntarios o verdaderos protagonistas, los personajes, que dan vida a estas historias y oscilan entre el realismo, la ciencia ficción y lo extraño, nos introducen en un itinerario por zonas reconocidas de nuestra ciudad y la región, pero a través de escenarios que nada tienen que ver con la representación de ‘lo bahiense’ que nos presenta la historia oficial”.
“Naufragios, profesores corruptos, asesinos seriales, periodistas operando para fiscales turbios, huellas de personas que parecen haber sido abducidas por un ovni y amores prohibidos son algunos de los tantos tópicos que aborda este libro.
“Con el conocimiento cabal de los mundos que recrea, el autor pone frente a nuestros ojos una pregunta que retumba dentro nuestro, en los límites de nuestra intimidad: ¿qué hay detrás de los límites morales que alzó la sociedad? Y entonces los ojos con los que miramos nuestras cotidianidades son ahora una alarma que cambia nuestra percepción y mirar para abajo o esconder la mugre bajo la alfombra no alcanzará como solución real o paliativo para cada uno de los habitantes de estas latitudes”.