25|06|23 11:14 hs.
La comisaria chavense María Irazabal fue nombrada jefa de la delegación Bahía Blanca de la oficina de Drogas Ilícitas de la provincia de Buenos Aires.
Asentada en su cargo desde el pasado 7 de junio, la funcionaria que supo formarse como policía en Tres Arroyos, en 2015 paso a ser miembro de la oficina de lucha contra narcotráfico y hoy es la responsable de la parte operativa de todas las investigaciones que tanto la Justicia Provincial como la Federal impulsan en el territorio de la Sexta Sección electoral. Una zona que geográficamente abarca desde Patagones hasta Adolfo Gonzales Chaves y desde Monte Hermoso hasta Coronel Suárez, un área de quince distritos.
Luego de coincidir con el hecho de que el narcotráfico es una de las actividades delictivas que más ha crecido en los últimos años, Irazabal también se refirió a la peligrosidad que conlleva combatirlo,
“nadie desconoce que muchas veces estamos ante bandas armadas, en todo sentido, desde logística hasta armamento y son grandes. Todo eso refleja la necesidad de un compromiso que implica la vida misma”, dijo.
“Cuando estas bandas se magnifican, también, en forma proporcional, uno debe trabajar acorde a ese peligro. Más allá de que nosotros, como institución policial, contamos con todos los medios para realizar ese trabajo, hay algo que es puntual, uno puede tener un panorama de dónde va a entrar, pero siempre está ese condimento del imprevisto. Porque uno puede medir el poder del otro, pero no con total certeza”, agregó
La droga en Tres Arroyos
María Irazabal es policía desde los 19 años, aunque siente que lo fue toda la vida (“sino fuera policía no sé qué sería”, afirma). Nacida en Adolfo Gonzales Chaves, pasó gran parte de su carrera en la policía de seguridad de nuestra ciudad.
Precisamente desde fines de los años noventa, cuando la realidad local en materia de drogas era muy distinta al escenario actual, donde no faltan procedimientos donde se incauta, además de marihuana, más cocaína y sustancias como LSD o éxtasis, drogas que antes no era común encontrar, “esto tiene que ver con la evolución de la vida misma, del mundo. Aún con el alcohol, donde los adolescentes parece que van por todo a la hora de consumir. Así como creció el consumo de lo permitido, también creció el mercado de lo ilegal. La misma evolución que hoy tiene que ver con nuevas drogas, nuevas pastillas. Hay más variedad”, observó.
En ese sentido, Irazabal acepta distinguir entre droga y narcotráfico, que es lo que su fuerza debe combatir, “la droga es algo genérico. Uno habla de droga y puede estar hablando de un montón de cosas. El narcotráfico, es el delito en sí. De droga puede hablar cualquiera, porque es la definición genérica de lo que hace que después se genere el narcotráfico”.
Madre de dos jóvenes, Franco, de 23 años, y Marina, de 20 años y destino de mujer policía, María Irazabal asegura que la elección de esa carrera fue por decisión propia, “sus pasos son de ella, no son míos. Más allá de que está en policía, puede tomarme o no como un punto de referencia”, analiza al referirse a la carrera elegida por su hija.
La comisaria hoy está feliz. A cuatro años de culminar su servicio, siente que este ascenso es un hecho para coronar una carrera que ya está cerca de llegar a los 30 años, “esto es como el broche de oro. Siento que he logrado mucho, con todo lo que eso significa. Además, uno tiene gente atrás que acompaña y reconoce. Entonces, no es que ha pasado todo por mí, sino por toda la gente que me ha construído y me construye. La que me sostiene y me acompaña, tanto institucional como personalmente”, finalizó agradecida.
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Entre el cargo y el género
“Hay que ir rompiendo lo impuesto”
María Irazabal sonríe cuando escucha la pregunta. Para ella, ser la primera jefa policial de una delegación de narcotráfico en la Provincia de Buenos Aires no debería llamar la atención, pero… “debe ser por la sensibilidad y por ser un territorio fuerte de trabajo. Pero, sinceramente, no sé por qué llama tanto la atención. Si las mujeres transitamos la carrera igual que los varones, así que deberíamos tener las mismas posibilidades. A mí se me dio, por eso soy una agradecida en ese sentido”, analiza.
No obstante, luego se detiene a pensar y se refiere al lugar de la mujer dentro de la fuerza policial, “vamos en ascenso, pero igual, cómo corre la historia del mundo, asomamos muy pocas a las grandes cúpulas. Pero hay que ir rompiendo lo impuesto”.