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Tres Arroyos, MIÉRCOLES 01.05.2024
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Igualdad de oportunidades

«Kuky» nació en Tres Arroyos el 19 de septiembre de 1951 y se recibió como docente en 1969. Casada con Héctor Eggly y madre de tres hijas, tiene cinco nietos. 

Fue directora, docente y auxiliar en la Escuela 28 de Claudio Molina. Su labor en el ámbito de la educación la llevó a cabo de manera ininterrumpida desde 1971 y es la Maestra Rural premiada en esta edición 53° de la Fiesta Provincial del Trigo. 
Anoche, tuvo su merecido reconocimiento y se le hizo entrega de su galardón en un acto por demás emotivo que contó con buen marco de público. 
En diálogo con La Voz del Pueblo, la protagonista de esta historia, Alba Elena Álvarez de Eggly “Kuky”, expresó que “estoy muy emocionada y han sido días de mucha alegría para mí. Este es un premio hacia todas las maestras rurales que tanto han hecho y lo seguirán haciendo por los chicos. Nuestra tarea siempre fue y será por pura vocación. Le agradezco a Dios por la inspiración que me dio. Gracias a mi familia también, porque sin ellos, no hubiese podido recorrer todo este camino durante tantos años. Agradezco a mis alumnos que me siguen llamando todos los días y me llenan el alma constantemente”.
Historia de vida 
 En 1969 se recibió como docente y se anotó en todas las escuelas del distrito. “Nunca había ido al campo, no sabía lo que era. Como anécdota, recuerdo que me llamaron de Inspección de Enseñanza cuando tenía tan solo 19 años. En ese entonces, me dijeron: está la Escuela 28 que es en Claudio Molina, a unos kilómetros de tu ciudad”, agregó.
El 1 de abril de 1971 fue por primera vez al lugar sin saber con qué se iba a encontrar. La llevaron sus familiares y de allí en más, todo es historia.
“En esa época, la directora vivía en la escuela ya que éramos dos y me dijeron que podía compartir la casa con ella, aunque me aclaró: tenes que quedarte toda la semana y viajar a dedo. Y me quedé nomás, sin dudarlo. No puedo olvidar los días de lluvia, donde salía de Tres Arroyos por la madrugada y viajaba en el tren de carga con el maquinista, que era conocido de mi padre. Así se pasaron 22 años, creo sin darme cuenta”, reflexionó con algunas lagrimas lógicas sobre sus ojos, “Kuky”. 
Si hay algo con lo que siempre soñó, era con ser docente. Desde chica jugaba a ser maestra y eso, la marcó para toda la vida. “Recuerdo que mi papá me había hecho hasta una campana. Tuve la oportunidad de que mi padrino, Francisco Prado, me pagara el estudio. Mis padres, a la par, me apoyaron en todo momento. No me arrepiento de nada en el camino que elegí. Lo volvería a hacer una y otra vez”, añadió con énfasis. 
En 1975 se casó. Héctor trabajaba en el campo, pegado a la escuela y allí, vivían. En ese lugar tuvo a sus tres hijas: María Lorena, María Luciana y María Eugenia. 
Tres años después, quedó sola en la institución y debió hacerse cargo también de la dirección, ya que el establecimiento pasó a ser unitario. Y se quedó, siguió firme hacia adelante con sus ideales, y hoy, la vida la premió.
No es para menos tras tantos años de trabajo, esfuerzos y sacrificios en pos de la educación de sus queridos alumnos que la tienen muy presente. 
Su labor durante tanto tiempo no hubiese sido posible sin el cariño de tanta gente: alumnos, familias incondicionales y la cooperadora. “Éramos una familia. Trabajamos todos por la escuela y fuimos muy felices. Guardo los mejores recuerdos en mi memoria y estoy agradecida con todos ellos. Agradecimiento especial al municipio y a la comisión de La Fiesta Provincial del Trigo por este reconocimiento”, indicó. 
Características 
Sobre algún rasgo distintivo que defina a los alumnos rurales, hizo hincapié en que están más en contacto con la naturaleza que con todo lo técnico y que poseen otro tipo de conocimientos. “Son chicos sanos. No hay relación maestro alumno, es un amigo, pero dentro del aula siempre fui la maestra. Luego de tantos años, sigo siendo la persona que fui y eso me deja tranquila conmigo misma”, destacó. 
Al ser consultada sobre una posible definición de lo que es ser maestra rural, “Kuky” consideró que “es maestra, es mamá, es enfermera, es asistente social y también maestra múltiple. Di música, educación física, plástica y también hice de portera. Lo más difícil fue ser la maestra de mis hijas. Es complejo ese doble rol, pero con el tiempo nos adaptamos”. 
Por último, hizo referencia a que este galardón se corresponde con el trabajo incansable que se hace en las escuelas rurales. “Siempre busqué que el alumno rural tenga igualdad de oportunidades. Es un sacrificio pero haciéndolo con amor, es diferente. Si no tenés vocación, es mejor que no seas docente”, finalizó Alba Elena Álvarez de Eggly, alias “Kuky”.

 

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