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Tres Arroyos, DOMINGO 28.04.2024
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Maradona y una visita inolvidable

Para Tres Arroyos uno de los días deportivos más recordados es el 27 de febrero de 1992, cuando Diego Armando Maradona jugó un partido a beneficio en un Antonio Mateo Catale de El Nacional que rebalsaba de gente. El partido lo organizó la Asociación de Padres y Amigos del Discapacitado “Caminemos Juntos” con el objetivo de recaudar fondos para la construcción de un Centro de Día, y desde la previa se veía que el estadio iba a estar lleno, como finalmente sucedió. 

Esa noche el Catale recibió hinchas de todos los equipos, que fueron a ver a Maradona. Se enfrentaron Amigos de Marisol (donde se alistó Maradona) y Mercado Los Tigres, reciente ganador del Torneo Comercial Nocturno que se disputaba en la cancha de El Nacional. 
Fue cerca de las 22 cuando Diego Armando Maradona salió por el túnel por el que salen todos los domingos los jugadores del aurinegro, y se encontró con un gran recibimiento. Delante del “10” había una bandera que decía “Gracias Diego”, también una banda musical y una multitud en las tribunas que reconocía a su ídolo. 

Maradona, carismático y dispuesto con la gente, entró a la cancha, saludó, devolvió el cariño del público y se sacó fotos con todos, desde sus compañeros hasta el equipo rival que lo conformaban jugadores de Cascallares y eran los campeones del comercial. 
El partido terminó 2 a 0 a favor del conjunto de Marisol, pero fue lo de menos ya que todos fueron a ver a Maradona, al campeón y héroe del Mundial de México 1986. 

Por esos años el “10” de Argentina, con 31 años, pasaba sus vacaciones en Marisol junto a su familia, y estaba inactivo por haber sido suspendido por el Comité de Disciplina de la Liga Italiana. La sanción en 1991 fue de 15 meses, por lo cual se preparaba para regresar al fútbol después del 30 de junio de 1992 (lo hizo en Sevilla de España, luego pasó a Newell’s para posteriormente jugar el Mundial de Estados Unidos ‘94). 

“Me quedo por la gente” fue el título de La Voz del Pueblo el viernes 28 de febrero de 1992 en su página 14. Es que fueron las palabras de Maradona luego del partido que se jugó en el Antonio Mateo Catale y ganó su equipo por 2 a 0, con un gol del astro argentino y otro de Poletti.
Fueron cerca de 6000 personas las que se dieron el lujo de mirar a Maradona en Tres Arroyos, y que también lo ovacionaron hasta la emoción. 
En la crónica de aquel partido, La Voz del Pueblo describió de la siguiente manera el encuentro: 
El partido fue por momentos intenso. Se corrió mucho e incluso hubo alguna que otra pierna fuerte. No con mala intención pero sí para imponer presencia. La gente vibró con cada intervención del ídolo, tal vez como nunca se vio en esta ciudad y disfrutó de un espectáculo atractivo. 
En los primeros 40′ la cosa fue pareja, con leve predominio del conjunto de Marisol que, por supuesto, al compás de Diego fue arrinconando por momento al conjunto de Mercado Los Tigres. Estos por su parte, contragolpeaban cuando podían y acercaban algún peligro al arco de Langone. 

Como en las anteriores presentaciones, Maradona arrancó jugando desde atrás, metiendo certeros pelotazos que no fructificaron por fallas de sus compañeros o por otro lado la gran tarea del chico Oñatibia, que incluso en una ocasión se dio el lujo de ganarle un mano a mano al mejor del mundo. 

En el segundo tiempo la cosa tomó más color. Los dos, cada cual con lo suyo, querían ganar. Diego se mostró más, la pidió constantemente y jugó más arriba. Intentó desbordes, se tiró sobre la derecha, sobre la izquierda, la fue a buscar como un cinco, en definitiva, lo estaba jugando en serio. Y con Maradona jugando en serio ese equipo tiene “algunas” ventajas. 

Hasta que a los 18 hizo una aparición letal. Indecisión en la defensa rojinegra y Diego con su zurda mágica la colocó impecablemente por encima de Jaime Fernández. Lo fue a gritar a la tribuna y la cancha se “venía abajo”. 
El frío de la noche no importaba, Maradona ponía el calor necesario en cada intervención. Con el pecho, con la cabeza y con esa pierna izquierda que Dios le dio dibujó en cada movimiento la sonrisa, la alegría y la admiración. 

Sobre los 30′ encaró “a lo Diego”, gambeteando en velocidad sobre la derecha, y tras un desborde espectacular envió el centro para que Poletti de cabeza ponga el 2 a 0. 

Pero el reloj es inexorable. Tortorella pitó y comenzó otra fiesta, otro espectáculo diferente donde la sensibilidad del genio se puso de manifiesto, poniendo la nota de ternura y emoción que hacía falta para que Tres Arroyos recuerde este momento a través de su historia. Chau Diego, hasta el próximo verano. 

Jugado en cancha de El Nacional. Juez, José Luis Torterella. 
MERCADO LOS TIGRES (0): Oñatibia; Jara, Wherhannhe, Zalarrayán y Ceferino Oses; Barrionuevo, Ariel Garzón y Díaz; Francisco Luengo, Marcelo Luengo y Bruno Laborde. DT: Arnaldo Vivas. 
AMIGOS DE MARISOL (2): Langone; Vázquez, Pastorino, Alvarez y Salvatierra; Favret, Grande y Maradona; Poletti, García y Vince. DT: Pablo Bahía. 

Goles en el segundo tiempo: a los 18′ Maradona y a los 30′ Poletti, ambos para Amigos de Marisol. 
Cambios: en Marcado Los Tigres ingresaron Jaime Fernández, Juan Carlos Oses, Silvio Laborde, Walter Garzón y Gastón Lucero; en Amigos de Marisol, Bonini. 
En el Rancho de Chichí 
La presencia de Maradona en Tres Arroyos se estiró hasta largas horas de la madrugada, porque aunque era un jueves nadie se quería mover del Rancho de Chichí donde se celebró una cena y fiesta para agasajar al “10”.
La celebración contó con una gran cantidad de personas, que disfrutaron junto a Maradona, que hasta se dio el lujo de cantar para el disfrute de los presentes.  

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Arnaldo Vivas: “Es algo que no se olvida nunca»  
El partido que jugó Diego Armando Maradona en la cancha de El Nacional lo pudieron disfrutar miles, pero solo unos pocos se dieron el gusto de disputarlo con y contra él. Es que el “10” armó su equipo con gente de Marisol, mientras que el rival fue el campeón del comercial que representaba al Rancho de Chichí y tenía jugadores de Cascallares. 
El entrenador aquella noche fue Arnaldo Vivas, que en verdad era el arquero pero se fracturó en la final del comercial y pasó a ocupar el lugar de DT. «Éramos todos de Cascallares, ninguno de afuera”, recordó Vivas ante el pedido de La Voz del Pueblo. 
Apelando a su memoria, recordó la forma que se gestó el partido. “Maradona vino una noche que estábamos jugando cuartos de final, se presentó y dijo que él ponía el equipo y jugaba contra el campeón del comercial. La final la jugamos contra Boca donde me fracturé cuando choqué con Cedrón y ahí salimos campeones». 
Para cualquier futbolero tener a un jugador de la magnitud de Maradona es difícil de describir, y ese hecho Vivas lo recordó de la siguiente manera: “Era un sueño, verlo ahí y jugar con él… imaginate. Ya con verlo era algo especial. Jugamos con él y después fuimos a comer al Rancho de Chichí y pasamos toda la noche con él divirtiéndonos. Jugar con Maradona en contra o a favor era un sueño, la gente que había era impresionante, la cancha de El Nacional no cabía una persona más, había quedado gente afuera». 

Tras el partido a beneficio, la visita del astro argentino continúo con una fiesta donde participaron los dos equipos y otros afortunados. Al consultarle cómo era tratarlo, indicó: “Una barbaridad. Con nosotros ahí, el trato, como si nos conociera a todos, saludó, una barbaridad. Una excelente persona, una humildad como cualquier otra persona». 
Cada palabra de Vivas muestra que el hecho lo marcó y le permite aún hoy emocionarse. Es algo inolvidable ¿no? “Sabes cómo (risas). Yo tengo fotos con Maradona que me saqué y es el algo… decir, estuve con Maradona y van a pasar los años y mirar la foto esa y decir ‘no puede ser que estuve con Maradona». Pero fue realidad, es algo que no se olvida nunca», respondió. 
Al consultarle cómo prepararon ese partido y si alguno tomó la responsabilidad de marcar al “10”, aclaró: «No, nosotros fuimos a verlo a él, a disfrutar de él. Se jugó un partido sí, pero la gente y nosotros fuimos a verlo a él, no fue un partido de vamos a marcarlo a Maradona. Yo nunca vi tanta gente como ese partido, y la gente fue a verlo a él y nosotros también, a jugarlo y a disfrutar y ver lo que hacía él». 
En el cierre Vivas, que aclaró que no volvió a ver a Maradona en persona, dejó su última reflexión de aquella noche: “Verlo en televisión y verlo personalmente es increíble…». 
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