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«El diario fue una de las etapas más importante de nuestras vidas»

Así lo aseguraron Juan Alba y Daniela Ferreirós, quienes forjaron su historia de amor en La Voz del Pueblo. Él trabajó en la sección de Deportes, ella lo hizo como recepcionista y luego en la administración



Hoy el diario La Voz del Pueblo arriba a su aniversario número 120. Con muchos años de trayectoria, si había algo que no podía faltar en este escenario especial es una historia de amor, la cual tuvo a los tresarroyenses Juan Alba y a Daniela Ferreirós como protagonistas. Quienes han pasado por este lugar, guardan grandes recuerdos de los dos. 
Juan Alba nació el 14 de agosto de 1968 y Daniela Ferreirós lo hizo el 18 de enero de 1978. Ella entró un año antes que él a trabajar en el diario, en 1992. En esa época, la hermana de Daniela también realizaba algunas tareas. 
El diario tenía el bingo “el Jugoso”, algo que era muy tradicional y que se jugaba con cartones. “Era toda una gran movida la que había a punto tal que se llegó a sortear una casa a través del mismo. La hermana de Daniela era el famoso oso de peluche (risas) que por la calle repartía cupones y hacía toda la publicidad. Daniela entró a trabajar cuando tenía 14 años. Con el tiempo, pasó al staff del diario. Empezó contando las tarjetitas del oso, luego una compañera se tomó licencia y de ahí en más quedó en la recepción. Luego se sumó a la administración y hacía ambas cosas”, expresaron con una gran sonrisa sobre sus rostros Juan Alba y Daniela Ferreirós a La Voz del Pueblo. 
En 1992 Juan se volvió de estudiar. Había ido a Mar del Plata a probar suerte con la carrera de abogacía, cosa que se dio cuenta enseguida que no era para él. “En 1993 logro entrar al diario porque en deportes estaba un hombre que escribía de fútbol, boxeo y bochas, el gran Oscar Soriano. Yo tengo una amistad de toda la vida con la hija de él, me conocía y sabía que me gustaba mucho el deporte y el periodismo. Me comentó que se estaba generando una vacante, sabiendo que iban a pedir gente. Él tenía mucha llegada a uno de los jefes de deportes de ese entonces -Oscar Rossi- y le pidió que me tomara una prueba. Pasé la prueba, luego Oscar pasó a ser prosecretario de redacción. El secretario era Mario Ceriani”, recordó Juan. 
Ya en la redacción, los dos Oscar le enseñaron a diagramar y en abril de 1993 quedó fijo en el diario, cuando estaba sobre calle Colón. “Un lugar fabuloso. La redacción estaba desconectada del mundo, no te veía nadie. Era otro diario, otra vida, otra gente y otro movimiento. Todas las secciones estaban muy conectadas. Realmente había un mundo de gente trabajando. Todo pasaba por ahí. Levantábamos el teléfono, llamábamos a cualquier lugar de la provincia o del país desde el diario La Voz del Pueblo y las puertas se abrían más rápido. Era increíble”, subrayó con énfasis. 
No estudió periodismo, pero se formó con grandes personas. “En ese entonces todavía había gente grande que estaba muy curtida y te enseñaba, aprendías de ellos. Cuando yo entré, al año siguiente ingresó Jorge López de Ipiña. Gran compañero y amigo. Teníamos a ´Popi´ Guido. Con él aprendimos de historia en el deporte local, era un libro abierto. Sabía todo. Daniela también llegó a escribir cosas que venían de afuera como cartas de lectores y algo más. Nos daba una gran mano”, relató uno de los protagonistas de la nota. 

Junto a Francisco Alba, su hijo y motor de vida

Un antes y un después

La Voz del Pueblo dejó una marca imborrable en ellos y así lo dieron a conocer. “El diario fue una de las etapas más importante en nuestras vidas. Nos conocimos ahí, pudimos formar una familia y generamos muchos amigos. Cuando Daniela pasó a la recepción como telefonista, ahí nos conocimos. Pese a eso, nos veíamos poco porque yo estaba en la redacción con horario tarde noche, solo coincidíamos un par de horas y nada más. Vivíamos en el mismo barrio, había colectivo y muchas veces me subía en la puerta de mi casa para ir más rápido al trabajo. Ella subía en la esquina e íbamos charlando hasta el diario (risas)”. 
Al ingresar Daniela a la recepción, el nexo que tenían los redactores con el exterior era ella porque les conseguía los teléfonos de los entrevistados. “Ahí empezamos a hablar más. En el viejo diario estaba el ingreso -que era la recepción- pero adelante se encontraba la matera, todos confluíamos en el mismo lugar a charlar. Así fue como nos conocimos en 1994 y en 1995, nos pusimos de novios. En 2002 nos fuimos a vivir juntos y el 19 de marzo de 2022 nos casamos. Tenemos un hijo –Francisco- que va a cumplir 17 años el 7 de octubre. Va al Colegio Jesús Adolescente y está en quinto año. Juega al básquet en Argentino Junior, su gran pasión. Le gusta mucho lo que está vinculado al deporte: kinesiología y educación física. Veremos qué quiere seguir”, señalaron con los ojos brillosos de alegría. 
Juan siempre se sintió cómodo y a gusto en el área de deportes, aunque por allí solía ir a ver algún espectáculo afuera y también escribía una crónica de otra cosa diferente. “Del diario a mí me gustaba todo, sigo extrañando el laburo de periodista. Amaba diagramar, titular, hacer la tapa y la edición. Cómo olvidar cuando el color llegó al diario, gracias al ascenso de Huracán al Nacional B. Se pasó a la foto digital y fue histórico. Ese hecho puntual nos obligó a ponernos a la par para poder competir con otros medios. El diario hizo los mismos kilómetros que Huracán”, rememoró. 
La historia de vida y de amor de Juan Alba y Daniela Ferreirós tiene algo de especial. “Llevamos 27 años juntos, nada poco (risas). Le damos un valor enorme porque a partir de esa unión llegó Francisco, nuestro motor de vida. Nuestro accionar gira en torno a él, es todo. A los años que estuvimos dentro del diario le damos mucho valor. Hemos conocido mucha gente buena, amigos y conocidos que al día de hoy nos seguimos hablando y reuniendo. Eso es lo que realmente vale y tiene sentido”, destacaron. 
Algo difícil de olvidar para Alba también es la oportunidad que se le dio cuando fue al mundial de fútbol de Francia 1998 junto a 5 amigos que hizo en el diario. “Armamos un viaje a cuatro años y fue una experiencia increíble. Fuimos a pasear. Se generaron amistades que perduraron en el tiempo. Con Jorge López de Ipiña trabajé 20 años, espalda con espalda. No éramos solo amigos, laburábamos todos los días juntos. De Horacio Arbasetti y todos los chicos tengo un gran recuerdo. Fueron años muy lindos que llevaré siempre en mi corazón”, señaló Juan. 
Nuevos horizontes
Tanto él como Daniela, decidieron irse juntos del diario en septiembre de 2013 para buscar otra opción de vida. “Francisco tenía 5 años, Juan estaba afuera todo el día y Daniela hacía horario de atención al público. Se hacía un poco engorroso. Juan trabajaba de 18 horas al cierre, sábados, domingos y más. Pasa eso, cuando estás solo es distinto que si tenés una familia. Cuando nació Fran, lo empezamos a sufrir. Tratamos de priorizar, pero no fue nada en particular con el diario. Solo tenemos palabras de agradecimiento por tanto cariño en todos estos años. Pasaron muchas camadas. El diario tenía el lema que para opinar, había que estar. Fueron hermosos años vividos”, coincidieron los dos. 
Actualmente, Juan Alba realiza servicios al agro con su hermano, debido a que cuentan con limpiadoras de cereales. Daniela Ferreirós, por su parte, hace un año que trabaja para la Municipalidad, en la Secretaría de Seguridad. “No nos arrepentimos de nada. Fue una etapa hermosa de nuestras vidas y creo que nos portamos bastante bien (risas) porque siempre se acuerdan de nosotros. Creo que dejamos una marca y eso es positivo. El diario fue algo muy lindo desde lo personal para los dos. A veces había que esperar temas que llegaban de madrugada y en ese ínterin, te ponías a charlar de la vida. Así se generaban las relaciones de amistad. Son muchas las anécdotas, podemos escribir un libro. Gente maravillosa hemos encontrado en el camino”, valoraron. 
Por último, se tomaron un tiempo para saludar y agradecer a gran parte del histórico plantel. “Gracias a Jorge López de Ipiña, un compañero de fierro del cual aprendí mucho. Nuestro reconocimiento hacia Horacio Arbasetti. Gracias Hernán Cortes Clerici, Enrique Mendiberri, Marcos Fersen, Marcela Yaryura y Mariano Palmieri. Teníamos mucha afinidad con la gente de armado también, Ángel Fusaro, ´Pucho´ Gargallone, José Luis Pili y con quienes están ahora. Gracias a Oscar Rossi, Oscar Garrido, Germán Russi, Juan Berreta, Patricio Elías, Alejandro Vis y a la familia Maciel. Éxitos a los jóvenes que vengan y perdón si nos olvidamos de alguno. Felices 120 años querido diario La Voz del Pueblo. Que sean muchos más”, concluyeron Juan Alba y Daniela Ferreirós. 
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