| Secciones
| Clasificados
Tres Arroyos, LUNES 13.05.2024
// 15.1°C
DÓLAR HOY: $866 | $924
DÓLAR BLUE: $1010 | $1040

Improvisan en el escenario, conmueven en la vida

Hechoenchino es el nombre que Albertina Vázquez y Francisco Colja le pusieron a su productora. Aunque no voy a poder contar por qué eligieron esa denominación. Francisco ya me advirtió que la humanidad tendrá que abstenerse de ese conocimiento. «Es algo que vamos a develar algunos años más adelante, el nombre… (risas). Es un misterio que se revelará a la humanidad paulatinamente».

Sin embargo, he sido autorizada para contar el origen del grupo y sus objetivos. «Nos conformamos como una productora de contenidos. En el 2011 en Buenos Aires, surge como un grupo de entrenamiento e investigación de la improvisación teatral y musical. Con el tiempo fuimos tomando el perfil de una productora de contenidos culturales y artísticos», explican.

Conocí a Albertina y a Francisco en ocasión que fueran a brindar su show al Colegio Holandés. De entrada «pegamos onda», los tres somos «porrudos», nos gusta la música y me encantó la manera en que querían y se empeñaban con mucha determinación en dejar algo en tanto arriba del escenario como en la vida.

Albertina nació en Tres Arroyos. «Me parece excelente estar haciendo esta nota que es como conectar con el origen de uno y nada es casual, todo está sincronizado y tiene un porqué, para mí también es parte de esto que nosotros estamos construyendo y generando esta red», afirmó. Francisco nació en Entre Ríos y a los cinco años se fue a vivir a Córdoba, por eso es más cordobés que otra cosa. Completan el grupo Hernán Bustamente, quien es cordobés, desarrolla otros contenidos de improvisación; Daniela Sanguinetti está en Buenos Aires, es artista gráfica y desarrolla otros contenidos; está también Leandro Colja, hermano de Fran.

Cómo nace

Albertina cuenta que la idea y la puesta en marcha del proyecto surgió entre varios amigos y que con «Fran que ya éramos pareja. Nos habíamos conocido en Canal 13 en el 2010 haciendo castings, en el que ninguno de los dos quedó», recuerda entre risas Albertina.

A partir de ahí empezaron a trabajar con otros improvisadores, con los que siguieron este camino de Hechoenchino. La intención de esta productora es la de trabajar con diferentes artistas de todo el mundo. Una de las acciones que dan vida a la idea es la de viajar mucho que -tal como lo manifiesta Albertina- «también te hace conectar gente, armar una red de artistas, por eso salimos a esta segunda gira por Sudamérica, la primera fue en el 2012».

Albertina y Francisco son productores y gestores de su propia empresa. Incluyen una variedad de contenidos, uno de ellos pedagógico, que «decidimos complejizar con el tiempo a través de nuestro comprometido aporte y de la observación del contexto educativo. En las giras nos presentamos en diferentes escuelas de Sudamérica con lo que el formato se volvió muy rico al intercambiar conocimientos y experiencias con diferentes chicos de distintas culturas».

Actores

Piensan seguir en este actividad artística, más allá de la productora, porque «cada uno hace su camino». Entre los diferentes trabajos realizaron filmaciones, películas; «Fran en el 2009 hace su segunda peli con proyección internacional que es una película cordobesa con equipo cordobés y fue súper bueno, porque participó en festivales internacionales, en Mar del Plata donde fue elegida como mejor película por el público. Luego cada uno ha hecho varios trabajos audiovisuales, series, teatro. Nos interesa seguir teniendo una proyección individual porque eso genera un crecimiento también en Hechoenchino, donde encontramos el lugar desde donde proyectarnos», señala Albertina.

Los planes

La construcción de un hogar muy singular entre las sierras de Córdoba forma parte de los planes de la pareja. «Queremos regresar -aunque salimos de viaje y no teníamos previsto estar dos años como llevamos-. Nos fuimos de Buenos Aires y recorrimos Bolivia, Perú, Ecuador y el norte de Colombia, el Caribe. Llegamos hasta ahí y ahora regresamos, estamos en Quito. Aquí la improvisación no existe prácticamente por lo que tuvimos la oportunidad de mostrar todos nuestros contenidos y expandir los conocimientos y plantar la semilla de la improvisación en esta ciudad». Cuando «peguen la vuelta» la idea es «regresar a Córdoba con planes de construir nuestra casa en las sierras y también un laboratorio artístico, una espacio de residencias artísticas. Ya armamos esta red de personas de todo el mundo, por eso queremos tener un espacio donde nosotros podamos recibir a todas las personas, compartir diferentes experiencias, seguir expandiéndonos», cuenta Albertina con mucho entusiasmo.

Un salto

La improvisación es una particular y compleja manera de hacer arte, la búsqueda de nuevas experiencias que nutran el espíritu inquieto de los jóvenes va más allá de tener una profesión, porque viajar es parte de su naturaleza. «Cuando comencé a los 22 años realicé una gira con una amiga hasta Perú y a partir de ahí hice contacto con esa forma de trabajar que me parece muy interesante. Viajar te permite salir del lugar que conoces, es dar un salto a lo desconocido. Eso empieza a darte perspectivas y parámetros de los que no conoces, te genera una reflexión sobre lo que estás haciendo, comprender lo que unos hace y hacer el intercambio para comprender qué siente y piensa esa gente que no es igual, que uno no habla igual, que uno no siente de la misma manera, es inevitablemente enriquecedor y para mí muy necesario», sostuvo.

Albertina hace alusión a la propuesta que componen con Fran y con los chicos de Hechoenchino. «La improvisación es un arte muy joven, nació como forma en los 70 en Canadá y porque se dieron cuenta que los estadios de hockey siempre estaban llenos y los teatros vacíos, entonces crearon el match de improvisación, una forma deportiva de teatro. Luego se hace de todo por ser tan vasta la posibilidad de la creación en vivo, es mágico, todo va sucediendo en ese momento y da la posibilidad de crear y de reflexionar sobre lo que es el ser humano, porque nadie tiene un guión en esta vida», reflexiona.

Para Albertina, «un improvisador es actor, pero un actor no implica ser improvisador, por eso la improvisación te permite ir y venir de cualquier lenguaje, a la hora de crear, desde este lugar se puede ir y venir a cualquier formato. Tenemos propuestas más audiovisuales o de teatro en la ciudad de Quito en lugares muy importantes».

Los espectáculos se vuelven cada vez más particulares, de hecho con el tiempo han desarrollado la parte musical, desde la creación en vivo -que es lo que están haciendo en el nuevo formato que presentan-, la música y el teatro. Se nutren de los lugares y sus personas, en una experiencia que tuvo en pocos años un horizonte importante de crecimiento personal y grupal.

COMENTARIOS

NOTICIAS MÁS LEÍDAS

OPINIÓN

COMENTARIOS
TE PUEDE INTERESAR