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La gran obra de Meister

Entre los tesoros que Ernestina Meister de Bach dejó en la biblioteca que lleva el nombre de su padre fue una revista del año 1934. Se trata de una publicación mensual: «Organo de la Liga de Comercio e Industria de Tres Arroyos». El número 129 del año VIII del trabajo impreso en los talleres gráficos Minerva de la avenida Moreno 224, en la página 4 publicaba la historia del ingeniero botánico Luis Meister y su obra.

En el último párrafo el autor del escrito manifestaba que «estas obras, no obstante su reciente construcción -el Parque Cabañas y el Parque Miedan- son suficientes para persuadirnos que en Tres Arroyos tenemos un artista en parques y jardines, don Luis Meister».

A fines del año 1933, cuando Ernestina Meister tenía 13 años, su padre durante largas noches de insomnio, dibujaba sobre su tabla no sólo paseos para el público, para su ciudad, sino sus sueños y deseos de realizaciones. En las dos hectáreas del Parque Miedan, don Meister plantó 200 especies diferentes de plantas, allí donde trazó las líneas que las imaginaron. Las especies botánicas de árboles y arbustos se regaban con acequias de mampostería con agua del arroyo extraída por medio de una rueda con cagilories, cuya fuerza motriz la generaba el propio arroyo.

Don Luis, director de paseos públicos de la Municipalidad por 32 años, sacó -cual mago- de los planos sus dibujos y les dio vida dotando así al parque de una pérgola, un lago y arroyo artificiales, un alpimum, un puente rústico y una hermosa fuente de mármol de Carrara.

Seguro don Meister nunca imaginó que tantas décadas después la biblioteca del barrio Villa del Parque llevaría su nombre, honrando así su trabajo y dedicación.

Unos años antes, entre 1928 y 1929, la obra del Parque Cabañas «exterioriza ya su esplendidez futura», daba cuenta el artículo periodístico que guarda celosamente la comisión de la institución barrial. El dibujo que alguna vez el padre de Ernestina Meister extendiera sobre la mesa de su hogar para compartir las ideas con su esposa y ayudante en la escritura en latín del nombre de las especies plantadas, se materializó en 17.000 plantas con 400 especies botánicas diferentes, regadas a través de 1750 metros de caños de cemento de cinco pulgadas esparcidos por todo el predio por los que circulaba agua extraída del arroyo por una bomba centrífuga motor Diesel.

Las maravillosas ideas del ingeniero abarcaban «un lago de media hectárea, un puente fijado al mismo, una cancha de fútbol, calles para vehículos y peatones, varias canchas de tenis y prado, con infinidad de objetos para esparcimiento público».

Don Luis

Inge Andersen de Villafañe, miembro activa de la Asociación de Vecinos Amadeo Miedan y de la Biblioteca Luis Meister, comentó en la entrevista mantenida en LA VOZ DEL PUEBLO -a la que asistió para acompañar a Ernestina- que «algunas personas que fueron muy valiosas para la ciudad también fueron olvidadas, tanto que a personas como don Luis lo llevaron a tomar la trágica decisión que lo llevó a la muerte».

La publicación que Ernestina entregó a la institución barrial daba cuenta de ello: «Demasiado modesto para que Tres Arroyos haya reparado en sus méritos, corren estos el peligro de malograrse en medio de la indiferencia pública, con gran perjuicio de los intereses generales de la localidad».

Don Luis Meister nació en Alemania en 1896 en la provincia de Alta Baviera. «Siguiendo los cursos de su vocación, una vez cumplidos los cursos propios de la edad escolar, ingresó en la escuela de Botánica y Agronomía graduándose en ella». Lo que sigue de la historia, tiene una corrección en el escrito original, con lapicera una aclaración señala que «antes de ejercer su profesión fue practicante en el vivero de la Casa M. Hurt», quién sabe tal vez la corrección la hizo el propio ingeniero.

Trabajó en la construcción de parques y jardines de Weishaden y Leipzig, que le valieron la designación de jefe de repartición del Parque Inglés y del vivero oficial del estado de Munich, cargo que debe dejar para cumplir tres años en el frente de lucha durante la Primera Guerra Mundial.

A fines de 1923 arriba a la Argentina y se radica en Entre Ríos, donde realiza trabajos, especialmente en Gualeguay. En septiembre de 1923 comenzó a prestar servicios en la Municipalidad de Tres Arroyos y al año siguiente dirigió la construcción de la Plaza España. En enero de 1928 fue designado director de Paseos Públicos, «dedicando especial atención a la reorganización del vivero municipal y los proyectos de la plaza 6 de Septiembre, Plaza Italia y otras.

Hasta ahí la enumeración de obras de la revista del año 1934, pero después le siguieron la plaza San Martín, Pellegrini, Francia, ramblas de la avenida San Martín, el parque del Centro Materno Infantil, los jardines de los cementerios israelí y danés.

Tal como dijo Ernestina a LA VOZ DEL PUEBLO, su padre «tuvo enojos importantes y su trabajo lo condujo a la muerte». Algunos cuentan que la razón por la que se quitó la vida en 1959 fue el obelisco que se instaló en la plaza San Martín, al que se oponía.

Meister honró su vida con trabajo responsable, creativo, genialmente dibujado sobre la tabla que cada noche llevaba a su casa desde la Municipalidad. Dejó en cada paseo de Tres Arroyos sus sueños, a los que defendió con su propia vida. El romance de Meister con las especies arbóreas gestó el nacimiento de todos los espacios verdes que en la actualidad Tres Arroyos muestra orgullosa a propios y extraños. No olvidar a su mentor es parte de defender nuestra identidad y cuidar todos esos jardines y plazas es resguardar parte de nuestra historia.

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