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El reclamo de los vecinos de las avenidas Alem y Güemes por seguridad vial tanto en la rotonda como en el camino de cintura Presidente Perón, es constante y lleva mucho tiempo. A pesar de haber solicitado ayuda en los estamentos correspondientes y a los funcionarios que tiene la capacidad de tomar decisiones, como el intendente municipal Carlos Sánchez y el secretario de Seguridad, Werner Nickel, no obtuvieron ninguna respuesta.
A partir del accidente en el que perdiera la vida Diego José Espinosa y el reclamo de la familia y vecinos por justicia, las autoridades municipales se reunieron en la Secretaría de Seguridad con los padres del joven fallecido. Una vez finalizado el encuentro, los vecinos esperaban en la rotonda para conocer lo sucedido.
La respuesta recibida por parte del intendente municipal, del secretario de Seguridad y del secretario de Desarrollo Social fue la de construir en 15 o 20 días los lomos de burro, poner luces y cartelería… Si bien la gente del barrio levantó la medida de fuerza en reclamo de seguridad, los vecinos descreen de tal promesa.
Reclamos sin escuchar
Mariano Ford vive a media cuadra de la rotonda de Güemes y Alem, y Santiago Arévalo, tiene su casa en la esquina mencionada, ambos residen ahí hace cinco años.
Cuentan que los reclamos se sucedieron uno tras otro durante mucho tiempo, incluso Arévalo esperó al intendente a las siete de la mañana en la puerta de la municipalidad para pedirle por seguridad vial en la rotonda. En aquella circunstancia el jefe comunal le prometió solucionar el problema «en 15 días».
Sin embargo, «todas fueron promesas, hace meses que nos dicen que en 15 días mandan a poner cartelería, guardarail, controlar el tránsito, pero nunca hicieron nada de eso», aseguran los vecinos. Para Mariano y Santiago los fines de semana constituyen los momentos más peligrosos del lugar. Las picadas que «empiezan los chicos que toman en el Parque Cabañas y de ahí se vienen haciendo carreras para la rotonda», son la moneda corriente y el paisaje peligroso que denuncian a LA VOZ DEL PUEBLO.
Los dos vecinos del lugar estuvieron ayer a la mañana presentes en el «piquete» que la familia de Diego Espinosa llevó adelante en cercanías del lugar donde fue atropellado por un camión. Las gomas se apagaron y los vecinos cedieron en su reclamo una vez que el padre de Espinosa regresó a la rotonda después de haberse reunido con Sánchez, con el secretario de Desarrollo Social, Francisco Aramberri, y con el de Seguridad, Werner Nickel. «Esta vez prometieron que en 15 días van a hacer los lomos de burro porque las máquinas no las tienen en la ciudad, pero cada vez que escucho eso no les creo, ¿sabés las veces que dijeron lo mismo?», comenta Santiago.
Tanto Ford como Arévalo han reclamado por la seguridad vial del barrio ante todas las autoridades, también se entrevistaron con Nickel y con el director de Tránsito, Claudio Cuesta, «nos prometieron poner contención en las esquinas, personal de prevención ciudadana controlando las picadas, pero no hicieron nada».
Las picadas
«Los fines de semana son un infierno, todo picadas, accidentes, y todos caen al pozo frente a mi casa y si no fuera por la zanja caerían los autos en mi casa», explica Arévalo. El vecino de la esquina en la que se encuentra la rotonda en la que ayer reclamaron por seguridad vial dice que «no sabía a donde recurrir y fui a ver a Pity Federico que me viene ayudando, estábamos en trámites de poner luces, guardarail y pasa el accidente fatal de este chico».
Arévalo le cuenta a este diario que «tuve una conversación con Nickel hace un mes atrás y me prometió solucionar el tema de los accidentes e inseguridad en 15 días y las cosas siguen pasando». El fin de semana último, alrededor de las tres de la mañana se cayó un Fiat Uno en las casas de Santiago y Mariano, todavía ayer se veían en el asfalto las huellas del intento por frenar del auto en cuestión. Mariano recuerda que «es un reclamo que tiene mucho tiempo, hay una sola cámara que enfoca para el Parque Cabañas, cuando le decimos a Nickel de las picadas reconoce que se hacen, pero no hace nada».
Los vecinos explican que «la policía los ve corriendo picadas y tampoco les pide documentos o hacen test de alcoholemia, muchas veces los ayudamos o socorremos nosotros después de un accidente y siempre son menores que no pueden ni caminar de borrachos que están». Señalaron que en general los autos que han tenido que ayudar porque se caen en la zanja lindera a la rotonda no son de chicos del barrio, «muchas veces entre ellos mismos se ayudan o remolcan con camionetas sin que ninguna autoridad llegue a ayudar o a ver qué ocurre a pesar de los llamados reiterados a Nickel -que la última vez que lo llamé estaba durmiendo-, pero tampoco mandó a nadie», describen el panorama los vecinos.
Inseguridad vial
Tanto Arévalo como Ford destacan que «no hay operativos de tránsito desde que vivimos acá, en el momento que ocurre un accidente llega la policía pregunta si alguien está lastimado y siguen. En siniestros graves, cuando hacen picadas, hemos ayudado a los involucrados, hasta los hemos tenido que sacar del auto. Esto ocurre todos los fines de semana desde las 23 hasta las 7 de la mañana y la policía viene y se va».
En cuanto a lo que han solicitado a las autoridades explican que «pedimos que, mínimo, les hagan una multa. Se nota que los que hacen las picadas son gente de bien, algunas veces dejaron abandonados los autos tirados en la zanja o dejan que se prendan fuego. Le comenté eso también a Nickel que me contestó: ¡qué querés que yo haga!», mientras Mariano acota: «Nickel es el secretario de Seguridad, qué quiere que hagamos nosotros, si él no hace nada». En el camino de cintura Presidente Perón, desde la intersección con Aníbal Ponce hacia la ruta 228, «no hay nada que frene a los vehículos que transitan por ahí, es impresionante a la velocidad que pasan por Alem, muchas veces camiones vacíos que no encuentran ningún cartel, así pasan por dos escuelas», destacan los vecinos.
Arévalo recuerda la reunión con el secretario de Seguridad: «Nickel dijo hace rato que está preparado el guardarail en la municipalidad y que esperan para soldarlo, pero hace mucho de esto y no pasó nada. De día, durante la semana, los camiones no paran y pasan como vienen; y los fines de semana están las picadas. He visto frenar a un patrullero para que pase un camión… Ya no sabemos a quién reclamarle». En cuanto a luctuoso hecho ocurrido en la tarde del martes dicen: «El accidente se podría haber evitado, ¡si hace un mes y pico se lo pedimos…! Si Nickel hubiera puesto inspectores de tránsito, cartelería, lomos de burro, pero nada… El intendente dijo pilas de veces en 15 o 20 días te arreglo todo, y nunca pasó», aseguran indignados.
