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Tres Arroyos, DOMINGO 12.05.2024
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El viaje Senza Tempo a nuestras raíces

El alma de Argentina en las voces de los integrantes de Vocal Senza Tempo se colará entre los espectadores, quienes podrán saborear la música autóctona de cada región de nuestro país.

Los artistas invitan a dar un paseo por las melodías y los compositores más destacados de nuestra tierra y lo hacen acompañados por los bailarines María y Walter Salvatierra, los instrumentos de Omar Valetti y Manuel Aguinaga y la voz inconfundible en el relato de Raúl Guevara.

Es día de ensayo. En la cocina de la casa de la directora Verónica Stiglich y de Luis Trentini hay mate circulando, instrumentos sobre la mesa, junto a unas ricas tablitas acomodadas en una canastita de mimbre. Cuando LA VOZ DEL PUEBLO llega al lugar, Omar Valetti guarda su guitarra, para él el ensayo ha terminado y mientras lo hace, Guillermina Martínez sostiene su teléfono celular en el que había grabado la canción interpretada por el grupo un rato antes que arribara este diario. Mientras «suenan» en el aparato van haciendo los arreglos, comentan acerca de la melodía y entradas o cuerdas, vocabulario específico que este diario comprenderá más tarde.

En ese momento arriba la directora de Vocal Senza Tempo y todos hacen chistes sobre su llegada bien a horario para el ensayo.

Antes de comenzar la entrevista arreglan horarios y posibles ensayos, teniendo en cuenta que Ana Rivero viaja desde De la Garma y es un largo trayecto cada vez que tiene que reunirse con el resto de sus compañeros.

El clima es tan armonioso como sus voces, así como decidieron presentarse musicalmente, intercambiando sus cuerdas, lo hacen en la vida. La misma alternancia de vivencias, complicidades y dolores hace que en varios trayectos del relato los ojos se humedezcan y se valore el amor que todos tienen por la música, lo sanadora que es y el compañerismo que sostiene a cada uno, aún en sus momentos más difíciles.

Alrededor de la mesa se sientan Alcira Lembi, Martín Alvarado, Pablo Suárez, Luis Trentini -al que todos llamaron Trento-, Guillermina Martínez, Ana Rivero y Verónica Stiglich que dirige y también canta. Las líneas de soprano, contralto, tenores y bajos se preparan para el diálogo.

 

El alma

«Alma de mi tierra» es el espectáculo que prepara Vocal Senza Tempo para presentar el próximo 2 de junio en el Museo Mulazzi a las 20.30. El nombre lo eligieron entre todos, pensaron en varios, pero escogieron ese porque pensaron en toda la música que tiene Argentina. Por eso fue tan difícil seleccionar un material dentro del género folclore aunque también aparece una milonga en el género más rioplatense. Se pensó en todas las regiones y seleccionaron la mayor cantidad de canciones que representen a nuestro país. No fue fácil, en la primera selección quedaron 23 canciones, por lo que el espectáculo hubiera sido «en dos tomos» como dice «Trento». Fue Verónica la que tuvo la responsabilidad de hacer la selección de las 16 canciones que quedaron finalmente. Luego cada uno de los artistas eligió, según la línea que canta, según sus voces, las canciones que querían interpretar como solistas, en dúos y con el acompañamiento de la guitarra, piano, charango, flauta traversa y percusión. Es un espectáculo muy completo, que mostrará el espectro maravilloso de la cantidad de melodías que coexisten por región. Se trata de una presentación en la que las canciones se interpretarán una detrás de la otra, sin demasiado tiempo de espera. Es dinámico, sin cortes, ensamblando la obra con el relato y los bailarines, con armonía en lo que se va a escuchar, y la pintura del paisaje a cargo de Raúl Guevara.

 

Cantar y cantar

A partir de 2009 Vocal Senza Tempo se creó como grupo coral de la Sociedad Italiana de Tres Arroyos, se presentaron en la ciudad, en De la Garma, en Gonzales Chaves y participaron con Ricardo Listorti del espectáculo «Canciones para ver», dirigido por el actor. A partir del mismo empezaron a pensarse de manera diferente, decidieron no trabajar como en los coros tradicionales, hacer algo más dinámico, no tan estático. De ahí en más no volvieron a ponerse en la ubicación «por cuerdas» sino mezclados, «escuchando melodías que no son tuyas y separados del compañero que canta lo mismo que vos» explica Verónica. La directora agrega que «es un trabajo desde lo vocal, se enriquece el sonido, la acústica; donde los integrantes de cada cuerda están separados, el sonido es mucho más envolvente, se desarrolla el oído armónico.

«Con la voz estamos expresando mucho que tiene que ver con nosotros mismos más allá de un texto», declara Verónica, luego de brindar a este diario una clase magistral de la importancia de trabajar mucho y duro para que la voz salga armoniosa respetando graves, agudos, ritmo y velocidades.

 

Compartir el amor

Martín expresa: «Cuando canto se me llena el alma, siempre soñé cantar y nunca me animé a hacerlo solo».

«La música salva», agrega Alcira que conoce bien del tema y lo expresa con brutal sinceridad. Martín comenzó a cantar cuando empezó su formación musical en el Conservatorio Provincial de Música; antes lo hacía con su guitarra en fogones con amigos pero luego descubrió que había más de una manera de expresar la música, «al principio cuesta, pero Verónica me invitó a participar y no lo dudé». La directora interrumpe para contar que «Pablo y Martín eran mis alumnos en el «Conser», por eso cuando los invité les dije que no los aprobaba si no venían, y aquí están». Los jóvenes asienten y «se mueren» de risa con el comentario.

Pablo se anotó en el Conservatorio para estudiar música, pero hasta ese momento no se le había ocurrido cantar, ese año «tuvimos con Verónica práctica coral y por otra circunstancia particular que me tocó vivir empecé a cantar en un lugar porque era el único que sabía tocar la guitarra, empecé a cantar ahí».

Ana se emociona mucho y declara: «Empecé a venir como solista con Vero y ella me invitó. Participé en coros de Chaves y De la Garma. «Lo más importante de la música que nos une, es el grupo que es el sostén, es el que acompaña, corrige, ayuda en las dificultades. Es el placer que nos da cantar juntos a pesar de todo lo que nos pasa en la vida y cada uno cuando el otro canta sabe lo que le pasa cuando interpreta». Trento comparte su historia con Ana porque cuenta que no tuvo formación musical hasta que llegó a la secundaria y tuvieron con Ana la misma profesora de música que les enseñó a cantar a cuatro voces en el Colegio Nacional de Chaves. Cantaron en el Coro Polifónico de esa ciudad y a partir de ahí siguieron, incluso valoran los arreglos musicales hechos con su profesora del secundario, Delia Barducci.

Guillermina es de Bahía Blanca, llegó a Tres Arroyos hace 20 años. En su ciudad natal cantó para el Papa Juan Pablo II, cuando vino a la Argentina, junto a otros coros y fue en ese momento en que «se me despertó el gusto por cantar y también recibí el apoyo de un profesor del secundario, luego formamos el grupo vocal de cuatro mujeres que nos presentamos en Cosquín -Liguen-. Al llegar a la ciudad encontré primero el Coro del Banco Comercial y luego arribé a Senza Tempo».

Alcira declara: «No me atrevería jamás a cantar como solista», en esto no concuerdan sus compañeros y consideran que «aunque dos por tres se quiere ir, no la dejamos, te das cuenta de que es la modesta del grupo», comentan entre risas y cargadas. «Cuando fui al Conservatorio cantaba, pero en el marco del trabajo, siempre estuve en grupos chicos, como Novis que fue una experiencia buenísima, siempre participé de grupos pequeños», explica Alcira, pero está convencida de que «muchas voces son para ciertas canciones y otras no».

Verónica es la última en la rueda imaginaria de preguntas y respuestas que se armó en el comedor de su casa: «La experiencia vocal en grupos más chicos la empecé en la Sociedad Italiana -antes en la Alianza Francesa- con Convocanto y estuvimos varios años trabajando con el grupo». Senza Tempo se formó en 2009, año en el que se seleccionaron los cantantes, «tomé las voces para saber si podían cantar a varias voces de movida, escuchar en qué cuerda iban a cantar, pero siempre con la idea de formar un grupo vocal de cámara, un grupo pequeño».

El sueño, que nace un verano tomando mate debajo de los árboles, se convierte en el espectáculo en el que los paisajes de nuestra patria no harán más que mostrar el alma entusiasta, joven y magnífica de los artistas, el «Alma de mi tierra «paseada amorosamente por el espectáculo pronto a estrenarse. Las emociones a flor de piel dan paso a los saludos de despedida y la certeza de que aquí hay música, amor por la música, aquí los sentimientos afloran, se ceban como el mate, se pasan de mano en mano, se comparten, por eso disfrutarlo es un placer senza tempo.

 

En el siguiente link, parte de un ensayo:

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