Dislexia: todo lo que hay que saber

La jornada tiene como objetivo informar a la comunidad del distrito de Tres Arroyos y la región la importancia de un diagnostico precoz de la dislexia y que las familias conozcan la obligación de las obras sociales de solventar la cobertura, especialmente a partir de la reglamentación de la ley. 

Otros temas fundamentales que se abordarán son la necesidad de la capacitación de los docentes, el reconocimiento de que es una condición, no una enfermedad, la difusión de la gran diversidad de estrategias que se pueden poner en práctica en las aulas y la aplicación de la tecnología. 

Daiana Chacano es psicopedagoga. En el año 2014 se contactó con Virginia Rodríguez, quien difundía información sobre la dislexia en Mar Del Plata y la invitó a sumarse a una reunión en la casa de una mamá del grupo. Entonces la profesional se sumó a Disfam Mar del Plata con la idea de ofrecer charlas en la ciudad.
Hasta ese momento sólo mamás conformaban la Asociación, actualmente hay tres psicopedagogas trabajando, difundiendo el tema y ofreciendo asesoramiento a las familias. 

 La dislexia se manifiesta desde los primeros años de vida. Los chicos de Jardín presentan signos de alarma que los padres o los docentes pueden observar en los pre-lectores, como problemas para aprender las letras y los sonidos de estas, problemas en la organización de la lengua escrita o hablada, problemas en la memorización de secuencias escritas o verbales. “Suelen no tener buena organización para contar algún relato”, explicó Daiana a LA VOZ DEL PUEBLO.  

Cuando los chicos son más grandes aparecen otras dificultades como ponerse al día con las tareas o cuando están expuestos a la lectura. Las tareas áulicas de enseñanza empiezan a generar en esos alumnos una actitud de rechazo, pueden también tener inconvenientes con matemática. “La dislexia es una dificultad de lectura que impacta en las otras áreas de aprendizaje”, indicó la psicopedagoga.

Lo más importante, ni bien se observa alguna de las situaciones descriptas, es que la familia pregunte en el jardín o la escuela qué es lo que ve el docente para que se pueda hacer la consulta a un profesional rápidamente.
Hasta hace un tiempo los diagnósticos tardaban mucho en hacerse. “Recién en tercer grado se solicitaba la consulta con un profesional, pero la realidad es que el diagnóstico tiene que manifestarse antes, ni bien se observan dificultades en la conciencia fonológica, en reconocer los fonemas de las letras, en el trabajo con las palabras, todas habilidades que ayudan a abordar la lectura con menor dificultad”, dijo Daiana.
Por este motivo, se puede ir trabajando en forma preventiva antes de confirmar si hay o no una dificultad en el aprendizaje, “porque si se confirma el impacto será menor –agregó la psicopedagoga- y además se ha comprobado que cuando los tratamientos se comienzan más tarde son menos fructíferos y más largos. Por eso todo lo que se pueda hacer antes ayuda”. 

La psicopedagoga explicó que los tratamientos son personalizados, en función de las habilidades y fortalezas que tiene cada niño para ayudar en las cuestiones más comprometidas. “Son chicos que trabajan mejor la oralidad, no tienen problema de comprensión, sí en la lectura que es poco fluida y precisa y eso impacta en la comprensión después. También se los ayuda a través de la tecnología, en la que se pueden usar textos sonoros en la computadora”, expresó. 

Cuando los alumnos van al nivel secundario les enseñan recursos para que puedan ser independientes en sus procesos de estudio, se graban los textos en sus celulares. “Hoy esos recursos tecnológicos son aliados”, contó la especialista.
Sobre la relación con las escuelas,

 Daiana explicó que todavía la experiencia es de resistencia al trabajo con los chicos con dislexia y argumentó que esto obedece al desconocimiento. Sin embargo, aclaró que “no es por mala disposición de las escuelas y los docentes, pero es cierto que hay de todo, instituciones que ayudan y otras que invitan a la familia a retirarse”. 

Finalmente, destacó la importancia de la formación docente para trabajar ante estos casos, ya que un 15% de la población tiene dislexia. En un aula de 30 alumnos 3 lo tienen, “por lo que hay que observar muy bien esto y comenzar en un proceso de formación que ayude a detectar las dificultades en forma precoz”.