Sinfonía Argentina en Viena aplausos de pie

la “Sinfonía Argentina” fue concebida en 2008 por el compositor argentino Daniel Doura y el escritor-poeta Alejandro Roemmers, como una obra pensada para celebrar el período del bicentenario de la Patria comenzando en el 2010 y finalizando en el 2016. 

A partir de entonces se expresa a través de los conversatorios en una  gira que se desarrolla por distintas ciudades de la Argentina y que tuvo su encuentro en Tres Arroyos en el Salón Blanco de la Municipalidad.

La «Sinfonía Argentina» se encuentra en Viena, en Teplice, presentando exitosamente:la obra y a nuestro país .

Los ocho minutos de aplausos con todo el teatro de pie., así lo demuestran 

Desde su cuenta de facebook, el artista y talentoso Daniel Doura expresó, «compositores ¡a componer a full! porque se puede, y ¡no dejen que ganen los aplastasueños ! Gracias al Pueblo de la República Checa y al gran pueblo argentino»

“Sinfonía Argentina” fue compuesta por Daniel Doura para coro, piano y orquesta basada en poemas de Alejandro Roemmers y consta de cuatro partes segmentadas de modo tal de simbolizar la tierra, el agua, el ser y los pueblos, y su versión definitiva fue grabada por la Orquesta Filarmónica de Praga y el Coro Polifónico de Praga. 

La obra, que ha sido declarada de interés cultural por el Senado de la Nación Argentina, por el Parlamento del Mercosur, la Cámara de Diputados de la Nación, la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires, y la Legislatura Porteña, llega a nuestra ciudad en forma de conversatorio, para darle participación a la conjunción de ideas del ámbito local, y contará con la participación de la Orquesta del Conservatorio de Música de Tres Arroyos.

Las actuaciones serán compiladas para su difusión en la gira europea que tiene lugar en estos días.

Daniel Doura nació en cuna de arte. De familia de industriales amantes de la música, entiende la cultura como algo integral y de inclusión.

“La gastronomía es cultura, el trabajo, el turismo es cultura, las costumbres, la educación”, señaló durante su visita en el mes de agosto en Tres Arroyos.

“La música como la aprendí a estudiar es una disciplina de vida y de crecimiento espiritual y de integración social, algo que estoy poniendo en práctica ahora”, le dijo el compositor a este diario.

Doura habló del “deseo de crear que tenemos todos”, una empresa, una artesanía, una ropa, un poema, una novela. En definitiva, crear… “Mi disciplina era la música, tocaba muy bien el piano y me salía muy fácil improvisar, no me gustaban las partituras y tocaba lo que quería. Pero debía darle forma a todo eso y me di cuenta que no sabía”, confesó ante el público tresarroyense.

Asimismo, expresó que “en el proceso del estudio tenés que estudiarte todo para después olvidarte todo lo que estudiaste y que te quede la intuición de lo que aprendiste incorporada a tu intuición y esa técnica usarla en los momentos en los que tenés baches”. Doura consideró que “tiene que haber una combinación entre técnica y sentimiento.

El lema es «si no emociono, no funciona”. 

En cuanto al proceso de composición, lo definió en relación a lo que son los tiempos. “En la música la pintura no se seca como un cuadro, está viva todo el tiempo y se tiene que recrear y componer en el momento que abrís la página”, sostuvo. 

Otro concepto que trasmitió Doura fue que “el cerebro genera vibraciones y las ideas de las vibraciones -en el caso del músico- dan origen a sonidos”.

Luego observó que “pienso en sonidos. Pero no tengo una obra sin tener una idea de para quién estoy escribiendo, qué quiero hacer, para qué instrumentos voy a componer y después elijo los lenguajes, los colores y todo lo demás.

Ese trabajo de compositor se traduce en un papel como jeroglíficos de pelotitas y palitos que tiene que ver con ideas de alturas, las manchitas y lo demás son valores de tiempo, lo que dura cada cosa”.