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Una ganadería sanadora

“La ganadería regenerativa es básicamente un nuevo paradigma en la forma de hacer ganadería”, sintetiza el ingeniero Pablo Borrelli. “Nosotros hemos oscilado de la ganadería extensiva, de bajo nivel de insumos y baja productividad, a sistemas más intensificados que terminan en el extremo de la intensificación que sería la ganadería industrial. Este es un nuevo concepto que tiene sistemas de alta productividad con bajo nivel de insumos y que permite obtener rentabilidad y al mismo tiempo aumentar el capital biológico”, agrega.

Borrelli es el gerente general de Ovis 21, la empresa que desde hace más de una década está impulsando “a partir de una red de productores, técnicos y profesionales, mediante la constante innovación, cambiar el paradigma de una ganadería extractiva a una regenerativa”. 
El objetivo que busca este modelo de producción es aumentar la biodiversidad, mejorar la salud de los suelos, la captura de agua, incrementar la carga animal, pero Borrelli sumó otro ingrediente sustancial: “La ganadería regenerativa también aumenta el capital social, porque es un modelo productivo que requiere que haya gente en el campo. Entonces es muy interesante como propuesta para gente joven que quiere poblar los campos, ya que hay una tarea muy satisfactoria para hacer, que es producir productos de calidad y a su vez haciendo una tarea ambiental importante”. 
“El concepto de volver a poblar el campo, en el fondo involucra a personas comprometidas con su tierra, custodiando sus recursos y expresando un compromiso con lo que va a venir”, completó.

El ingeniero Borrelli es una de sus jornadas a campo en el marco de las capacitaciones que organiza Ovis 21 en todo el país

Ovejas 
Los inicios de Ovis 21 fueron en el año 2003, por iniciativa de Pablo Borrelli y Ricardo Fenton, segundo administrador de la Estancia Monte Dinero en Cabo Vírgenes, con el objetivo de aumentar la sustentabilidad económica, ecológica, social y humana de las cadenas de valor basadas en la especie ovina.
“Ricardo regresó de Australia con una importante innovación en el manejo de ganado ovino y me invitó a generar una organización que fuera capaz de introducir esta innovación a escala de la región”, resumió Borrelli.
Como parte de la evolución de la red de productores que se generó, la empresa se convirtió en el nodo local del Savory Institute, que promueve el manejo holístico, técnica de producción ganadera que permite duplicar la rentabilidad de un predio y recuperar el ecosistema a partir de la regeneración de pastizales.
“Nosotros empezamos a trabajar con manejo holístico hace 11 años, en la Patagonia, como una respuesta al problema que no resolvíamos, que era la desertificación. A partir de eso empezamos a aprender, a tomar cursos, y trabajamos fundamentalmente con ovejas, pero empezamos a sumar planteos ganaderos vacunos. Y encontramos resultados estupendos que no habíamos visto nunca”, describió el ingeniero. 
Los buenos resultados hicieron que los integrantes de Ovis 21 decidieran profundizar la capacitación, comenzaron a convocar a instructores del exterior, y desde hace un par de años empezaron a replicar el modelo en el resto del país. Una pata fundamental para lograr captar más productores y extender la ganadería regenerativa, fue la creación de una escuela de manejo holístico. 
“Ya contamos con varios centenares de alumnos que hemos entrenado con nuestros cursos, tenemos unos cuantos productores aplicando estas técnicas”, dijo con satisfacción Borrelli.
“El término ganadería regenerativa es un poco más amplio que manejo holístico, en el sentido que hay varias formas de regenerar tierras, el manejo holístico no es la única, pero sí es la que nosotros conocemos y nos está dando resultados muy consistentes en todas las regiones del país”, indicó.
“Y estamos muy contentos de tener esta nueva perspectiva. Esto nos cambió completamente la visión de futuro de la ganadería”, agregó. 

El manejo holístico que propone Ovis 21 ha tenido resultados muy alentadores, logrando regeneración de los pastizales, aumento de biodiversidad, infiltración de agua, secuestro de carbono, al mismo tiempo que aumentó la receptividad de los campos en 100% en un periodo de cuatro años

Calentamiento global 
Hoy por hoy se da como una verdad probada que la ganadería contribuye al calentamiento global. “En parte es cierto, en parte no”, manifestó el gerente general de Ovis 21.
Borrelli explicó que, básicamente, el calentamiento global se genera a partir del aumento del CO2 (carbono) que debería estar en la tierra pero que hoy está en la atmósfera, por factores como el fuego de bosques, pastizales; uso del fuego en labores agrícolas (en vez de la cero labranza); la desforestación; y la pérdida de animales herbívoros en la tierra». 
“Los pastizales de todo el planeta se desarrollaron por cientos de millones de años en co-evolución con una enorme cantidad de herbívoros”, indicó. 
Y aseguró que los pastizales constituyen una enorme “bomba”, capaz de atrapar el carbono que hoy está en el aire y que gatilla el calentamiento global.
“Los pastos acumulan biomasa aérea y subterránea (raíces) y carbono líquido. El carbono reunido en esta ‘bomba’, es cargado en un 90% desde el aire y luego se ‘descarga’ en un herbívoro que le quita el carbono aéreo al comerlo”.
Es decir, la “bomba” se carga sin animales y se descarga, en su parte aérea, a través del herbívoro que la come. Las raíces muertas son el sustrato para descomponedores y toda la cadena aumenta la actividad biológica.
Borrelli fue categórico: “Los mejores suelos del planeta, los suelos negros, se generaron a través de 400 millones de años, con pastizales y animales co-evolucionando juntos. Es por ello que la ganadería debe reposicionarse a través de la ganadería regenerativa”. 
Por medio de un buen manejo del pastoreo, se puede llegar a capturar 15 toneladas de carbono en un año y los sistemas silvopastoriles de ovinos, que es la especialidad de Ovis 21, pero también de bovinos, son la mejor manera de hacerlo. 
El ingeniero agrónomo explicó que la regeneración de pastizales se define por aumento de la cobertura del suelo, es decir, “que no quede la tierra al aire”. 
“El segundo punto tiene que ver con el ciclo del agua, el que está estrechamente relacionado con la cobertura ¿cómo mantener por la mayor cantidad de tiempo el agua en el suelo? Con pastizales y vegetación y con animales que participan del ciclo de carbono, ayudando a su captura para volver a depositarlo en el suelo. Los suelos pueden capturar carbono entre dos y tres metros de profundidad de esta manera natural”. 

Un potrero en el que queda claro el impacto del manejo holístico (izquierda) frente al tradicional (derecha)

La nueva ola 
Borrelli recorre todo el país dando charlas y capacitaciones y está convencido de que “hay cambio de vientos”. El ingeniero comentó que “hay mucha gente que está revisando lo que está haciendo, que está cansada de gastar un montón de dinero sin tener resultado, está viendo que los modelos tradicionales no funcionan”, aseguró. 
“El (modelo) extensivo por ser tan poco productivo no es rentable, no se puede vivir con tan poca producción; y el intensivo te aumenta los riesgos de tal manera, que estás siempre en la cornisa. Un sistema que se basa en una gran cantidad de suplementos, de verdeos, de confinamiento, en cualquier momento se desacomoda alguna variable y el productor se funde. Ese riesgo el productor también lo está midiendo. Por eso esos modelos que se están proponiendo desde hace 40 años nunca se volvieron la norma, siempre son menos los que hacen ganadería intensiva que los que hacen extensiva. Porque hay un factor que no cierra”, analizó.
La experiencia de Ovis 21 indica que la ganadería regenerativa hoy despierta el interés de no pocos productores. “Hay muchos jóvenes que entienden que de acá en adelante no pueden hacer lo mismo que hicieron antes, si no está funcionando hoy, ¿cómo van a hacer para que funcione más adelante? Y sobre todo en el contexto en que hoy la ganadería tiene muchos detractores, el movimiento vegano, los que alertan sobre el cambio climático que le echan la culpa a las vacas. Y esto es lo bueno, la ganadería regenerativa secuestra carbono y es una solución al cambio climático, no un problema”. 
Otro de los puntos que destacó Borrelli es que en futuro la ganadería y la agricultura van a tener mucha más conexión de la que tienen ahora, con las vacas en el bajo y los cultivos en las lomas. “Ese modelo se estabilizó desde los 90, y ahora vamos a volver a hablar de rotaciones y de las vacas en los lotes agrícolas”. 
De hecho, el ingeniero comentó que “tenemos varios productores en la zona núcleo haciendo ganadería regenerativa con excelentes resultados, y con márgenes brutos que son competitivos con los de la agricultura”. 
Es por eso que Borrelli aseguró que la propuesta que impulsa “no está confinada a una región determinada, por supuesto que es muy relevante para las zonas que son más ganaderas o que son de agricultura de riesgo, por ejemplo todo el sudoeste bonaerense, que hace una agricultura con un componente aleatorio muy fuerte, como está el clima ahora, con un riesgo muy alto. En esa zona, este concepto ayudaría a bajar los riesgos muchísimo. Y permitiría entrar en una etapa de restaurar los suelos”. 
El ingeniero alertó que “esta agricultura que estamos haciendo se está llevando puesta la biología de suelos y en muchos casos, con la erosión que hay, el suelo mismo. Así que recuperar los suelos, aumentar la estabilidad de los sistemas, y a la vez tener buena rentabilidad, parece que es un buen negocio…”, finalizó.
 
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