El Faro cumplió 95 años

Uno de los íconos de las costas de nuestro distrito se aproxima a su primer centenario. El faro de Claromecó, el segundo más alto en su tipo en Sudamérica, comenzó a construirse en diciembre de 1921 y fue inaugurado un 20 de octubre de 1922. Su construcción se realizó en tierras que fueron donadas por la familia Bellocq y obedeció a la necesidad de tratar de evitar que los buques se aproximen a los bancos arenosos típicos de nuestra región.

La construcción consiste en una torre de mampostería con 278 escalones en su interior, y pintado con cuatro franjas horizontales blancas y cinco negras en el exterior. Tiene una altura de 54 metros, siendo, junto con el Faro Querandí de Villa Gesell, los más altos de este tipo en nuestro país. Puede visualizarse a una distancia de 25,9 millas náuticas (48 km) de la costa. En su base tiene un ancho de 8 m mientras que en la parte más elevada es de 5 m.

En un principio, su equipo luminoso era a gas pero hoy en día es alimentado por corriente eléctrica (220 Volts) y posee una lámpara de mercurio halogenada de 400 Watss con balastro electrónico, Encastre Goliat E40.

En su base se encuentran los restos óseos de una ballena hallada en las costas de Claromecó en el año 1991.