El episodio que tuvo como protagonistas a los artistas-expositores de la muestra costumbrista llevada a cabo en el Centro Cultural La Estación en la Fiesta del Trigo, desnuda actitudes incomprensibles.
Por un lado, los protagonistas hablan de un destrato por parte de la directora de Cultura y Educación y por otro, el conocimiento de los hechos que tienen el intendente municipal Carlos Sánchez y de su jefe de Gabinete, Hugo Fernández, y la inacción de ambos al menos al momento de adoptar medidas concretas para evitar que vuelva a suceder lo mismo.
El grupo de artistas costumbristas llegó a Tres Arroyos de la mano de Carlos Cabrera, reconocido por su obra en todo el país. Pero hasta el soguero, de acuerdo a lo que declararon los expositores, fue alcanzado por palabras pocos felices de la funcionaria cuando lo calificó de “metido”.
Hubo diversas situaciones que generaron críticas de quienes aseguran haber recibido maltrato o un destrato. En la muestra costumbrista y también -como se recordará- en la Feria de Artesanos. Situaciones que se reiteran, porque pasa de todo pero a su vez -paradójicamente- nada pasa; la mencionada inacción de las máximas autoridades se transforma en un aval.
Qué política de Cultura es la que hace malgastar el dinero de los contribuyentes en contrataciones onerosas por hacerlas a último momento y sin previsión, como el caso del sonido del espectáculo de Rubén Rada para las 24 Horas de la Corvina Negra.
Son reiterados los testimonios sobre desorganización y desorden que afectan la gestión y en consecuencia, perjudican también a quienes desarrollan muchas de las actividades vinculadas a un ámbito tan amplio y valioso como la Cultura.
Qué política de Cultura es la de las rifas para afinar un piano, rifas para el Día de la Madre cuyos premios son obras donadas por artistas de la Feria de los Artesanos, y recursos cuya rendición debe ser pedida desde el municipio.
Pero la pregunta más grande y con menos respuesta es qué mueve al intendente y a Hugo Fernández a avalar especialmente tratos que no están a la altura de lo que merece un expositor, tanto de la mejor muestra costumbrista nacional como todos los que intervienen en una muestra o actividad. Malos tratos que el intendente de ninguna manera desconoce, porque fueron expuestos por los talleristas de las asistencias técnicas municipales que se animaron a contarlo en una reunión que él mantuvo con ellos días antes de las elecciones y de la que excluyó a la directora de Cultura.
Conocer lo que ocurre y no evitar que vuelva a ocurrir implica una postura de complicidad. Parece que éste es el caso de la cúpula municipal respecto a un área tan cuestionada.