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Tres Arroyos, SÁBADO 18.05.2024
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Imágenes y palabras

Andrés Errea recorre los caminos de la región, máquina fotográfica en mano, en busca de testimonios de otras épocas, que van a dar cuenta de la memoria histórica de un lugar, para que no se pierdan, para mostrar que las calles, las casas, las fachadas, los campos, el verdor de la vasta región, urbana y rural del sudeste bonaerense, tienen su historia. Es una forma de rescate de hechos acaecidos que son sostén de los presentes. 

Por eso llegué hasta su taller para hurgar en tantas imágenes atesoradas. 
¿Qué encontré? 
El taller no se asemeja a algunos de aquellos misteriosos y oscuros archivos que suelen impresionar al investigador. Al contrario, está iluminado por un gran ventanal, que deja ver el verde del jardín, los juegos de los nietos, el descanso. 
Allí adentro -comenta- «hay 4000 y pico de fotos de todo color y 750 fotos ampliadas en blanco y negro». Estas últimas son las preparadas para las exposiciones que se realizan en las instituciones privadas y oficiales donde es invitado a exponer. «Aquí está el Miedan», señala como si en esa pila gigantesca de paneles se encendieran lucecitas indicadoras de su ubicación, sólo que están en su archivo mental. 

Visita de Astor Piazzolla en 1964


Recorridos 
Las carpetas se van abriendo de la mano de Andrés, hablan por sí solas, enriquecidas con las palabras justas y precisas del coleccionista. Cotejamos conocimientos. 
«Esta es la serie de casas de ladrillo vista, una de las últimas que he realizado» y surgen casas, antiguas, que han sido habitadas por diferentes familias; fueron carnicerías, peluquerías, verdulerías, venta de artículos varios, etc., generalmente de inmigrantes 

La fábrica de muebles de Alberto Ferrín, quien llegó desde España en 1907

Hojeamos el álbum, varias de ellas todavía conservan sus fachadas originales; otras permanecen cerradas a merced del paso del tiempo como la de Reconquista y Alsina. Todavía está el Maragato en avenida de Los Constituyentes; o la Casona, hoy importante Centro Cultural en avenida Rivadavia 
El almacén del inmigrante José, ubicado en Estrada y Quintana, es hoy día la carnicería La Cabaña. 
 Lo de Ferrín, en Pueyrredón 176, fábrica de muebles La Perfección de aquel abuelo español, ebanista, que supo con sus creaciones embellecer la ciudad, luego continuada por sus descendientes como carpintería. Hoy día siguen nuevos emprendimientos y propietarios. 
 En Balcarce y Rodríguez Peña, hay una frutería que conserva su antigua fachada. Sus propietarios eran de Siria -comenta Andrés- y sigue una larga enumeración. Veo pasar la ciudad de antes, en el hoy. Veo los hilos que atraviesan el espacio urbano desde y hasta el presente. 
– ¿Dónde se cubría el ocio? -pregunto en busca del rescate del patrimonio intangible. La pregunta tiene rápida respuesta: «uno de ellos eran los antiguos boliches. Lugar de encuentro, de naipes y copas. Luchan por no caerse. Algunos de ellos siguen recibiendo a los parroquianos. Encuentro la foto de una vivienda en Colón y Buchardo, donde estuvo La Flor de Siria de Salim, en Rivadavia y Matheu, que supo ser un despacho de bebidas. En Liniers y Reconquista está el bar Yoyó, donde todavía se puede tomar la copa o jugar al pool. 

El bar Yoyó sigue abierto a sus fieles clientes, con su clásico mostrador y su mesa de pool

– ¿Cómo se despedía a los seres queridos cuando fallecían? 
Entonces aparecen las negras e imponentes carrozas, tiradas por caballos transportando al reciente fallecido, rumbo al cementerio. Imagino a los vecinos circunstanciales detenidos en las veredas, a su paso, sacándose el sombrero o persignándose. Ahí están las fotos de ellas, como también aparece la caballería en la esquina de Sáenz Peña y Quintana, cochería La Nacional de Cereijo Hnos., o donde se realizaban velatorios en Pringles y Alsina, La Funeraria, propiedad de los Vega. Luego fue terminal de ómnibus, posteriormente el Centro de Formación Profesional 401 y siguieron los cambios. 
A la llegada a la necrópolis y de acuerdo al status social del fallecido se construían mausoleos de gran riqueza arquitectónica como el de Sebastián Costa. En el archivo de fotos del lugar hay una tumba, junto a una palmera traída de Francia. Es la de Juan B. Istilart, cerquita de la de la Pampa Rosa. 
Ya que se nombra, la figura de este inventor y fabricante, aparece en varias instancias, como corresponde a su accionar por la región. Por eso conmueve el contraste de la destrucción de la antigua fábrica con la de su época de pleno funcionamiento. 

Andrés Errea un tresarroyense que hace 25 años rescata la historia de Tres Arroyos en fotografías

El coleccionista 
Andrés acompaña las fotos con sus comentarios, salpicados de anécdotas y recuerdos. 
-¿Cuándo empezaste con esta tarea de reconstrucción de hechos y vida cotidiana, de esta región, a partir de las fotografías? 
– «Empecé con esto a partir de que tuve un infarto. Antes estaba con la Escuela de Patín en el Centro Estrada, ahí me agarró el infarto, a los 49 años, y a los 59 fueron los bypass. Así empecé a salir. Alfredito (el cardiólogo García) recomendó que saliera a caminar y de esta manera comencé con las fotos. Hace 25 años. Arranqué con una Olimpus, una máquina chiquita». 

El antes y el después del edificio de la Fábrica Istilart

-¿Y antes de dedicarte a esto qué hacías? 
-«Yo jugué al hockey sobre patines, jugué en Quilmes, en Huracán y después me fui a Estrada. El padre Fuhr me dijo: -Andrés acá se va a llenar de chicos-. Cuando me infarté tenía 100 chicos, 50 de hockey y 50 de artístico, pero yo artístico no sé, traía profesores de Bahía Blanca. Todas las cuotas eran para pagarles, yo nunca le cobré nada a nadie. Los profes venían dos veces por semana, se hizo una comisión de padres qué manejaba todo, y en el hockey tenía chicos desde 4 años para arriba. Ahora algunos ya están casados. A las mujeres las atendían los de Bahía. En la escuela de patín, mujeres y varones estaban mezclados. 

Es la pasión que brotó en él, en la mitad de su vida, casi sin querer. La mirada se hizo profesional

«El hockey era por equipos, por edades. El artístico también. En las navidades era Papá Noel y ahí viene la anécdota: estaba por salir con la bolsa de los regalos, detrás del escenario y me caí y recibí un gran golpe. Estaban los padres ansiosos, en espera, con sus chicos y mientras Papá Noel quedaba desparramado con los patines, solo detrás del telón juntando en cuclillas los regalos para salir a escena. Hicimos la cancha de hockey, ahí quedó. Si habremos laburado y puesto guita». 
La pasión no disminuye y el archivo fotográfico crece. 
 Y seguimos mirando las fotos y personajes de la historia nacional, la de Alfonsín cuando vino para el centenario de Tres Arroyos en 1984. Ahí andaba Andrés máquina en mano para inmortalizar el momento. 
 «Acá tenés fotos muy viejas». Delia Rey en la Municipalidad. Un grupo de egresados en el Club Español en el primer piso donde funcionó el Teatro Español que luego se destruyó. ¡Qué fotaza!. 
Figura la foto de Bartolomé Recalde, director del colegio de Artes y Oficios, luego «el Industrial». Gente del Banco Español, donde hoy está el Banco Río con el doctor Ricardo Fernández y otros personajes. Y uno de los tantos almuerzos de la desaparecida La Previsión. Las tan costumbristas cenas de camaradería o de aniversario de egresados, con sus nombres y algunos NN. Una de ellas es del año 1941. El domicilio del antiguo Consulado Italiano, en San Lorenzo 64. 
 Y sigo recorriendo la región en imágenes y aparece Bozas Urrutia, un legendario periodista, de pluma veraz y agresiva asesinado en la esquina de 9 de Julio y Colón. Un Piazzolla de visita a Tres Arroyos acompañado por Cousseau, Leonel Elías, Felipe Echegoyen, Mario Donegana, entre otros en el año 1964. Y más y más… interminable. 
La más cabal sensación de la pertenencia al terruño. Ahí están inmortalizados la vida y costumbres de los bonaerenses del sudeste; la serie de rotondas, la de los bomberos. 
-Certificado que le dieron a mi madre cuando iba a los carnavales: ‘La niña Montequín por su disfraz, 1926’. Le comento: «Tenés un bar que aún subsiste, tenés una fábrica, tenés las funerarias, tenés un documento histórico como lo es uno de los altares que se levantaron en toda esta región y en el país a raíz de la muerte de Eva Duarte de Perón en 1952».

fallecimiento de Eva Perón en 1952

-«Tengo los pueblos del partido», manifiesta. Cierto. Recuerdo cuando íbamos a Lin Calel o a Vázquez en busca de imágenes y testimonios. Luis nos acompañaba con su santa paciencia. Buenos momentos. 
 Andrés sigue retratando, a pesar de que no consigue en la actualidad los folios donde insertar sus fotos. Sigue porque es la pasión que brotó en él, en la mitad de su vida, casi sin querer. La mirada se hizo profesional. Es un referente de la ciudad, fuente de consulta, de información. Trabaja con la sencillez de su personalidad, tal vez no se dé cuenta del valioso material que está calladito, guardado en su taller, imágenes sacadas por él y de las otras, las que le acercaron o regalaron y testimonian momentos importantes de la región. 
Con la inquietud de siempre, llega antes que la piqueta destruya el patrimonio o conserva como un tesoro esa fotografía que testimonia un suceso único que quedará como legado patrimonial. 
Como que así vivíamos y así éramos.  
Por Stella Maris Gil

Stella Maris Gil

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