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DOMINGO 08.12.2024
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Un servicio de alto vuelo

Con un ojo puesto en las últimas tecnologías aplicadas a la agricultura y el otro en prestarle un servicio diferencial a los productores, Nidera Semillas ha lanzado una nueva propuesta que es única en el mercado.

La red de distribuidores de la semillera (RED.IN) contará a partir de este año con un grupo de drones que sobrevolarán los lotes de maíz recabando distinto tipo de información útil para el cultivo, que luego será analizada y compartida con los productores, como parte de la experiencia que la empresa está creando para sus clientes. 
“Siempre estamos pensando cómo agregar valor a nuestras semillas y cómo brindarle un servicio superior a nuestros clientes. El uso de drones y de información georeferenciada viene creciendo en agricultura y resulta de gran utilidad”, explica Ignacio Beltramino, director comercial de Nidera Semillas. 
La iniciativa, que se circunscribe en esta primera etapa al cultivo de maíz, involucra a 40 distribuidores desplegados por distintos puntos del país, desde Charata, en Chaco, hasta Tres Arroyos, en Buenos Aires, pasando por Tucumán, Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos. 
A partir de ahora, los asesores técnicos de la RED-IN visitarán a sus clientes provistos de un dron DJI Matrice 100, un equipo ideal para trabajar en el campo por su autonomía, robustez y resistencia a diferentes condiciones climáticas. 
“Se trata de una plataforma que puede soportar distintos tipos de sensores o cámaras. En principio el proyecto arranca con sensores multiespectrales y sensores visuales RGB. Pero en el transcurso de los años se podrán incorporar nuevos dispositivos, como sensores termales o de otras longitudes de onda y resoluciones”, detalla Nicolás Bergmann, titular de Taguay, la firma que desarrolla junto a Nidera Semillas esta propuesta. 
En el campo se realizan dos tipos de vuelos sobre los lotes: el primero de reconocimiento, con una cámara que proporciona imágenes cenitales a partir de la cual se detectan fallas en la siembra, zonas con anegamiento, entre otros datos. 
“En este tipo de vuelos se logra ver el cultivo desde una perspectiva totalmente distinta y te cambia la forma de pensar. Cuando uno mira de forma horizontal a la altura de la cintura, se ve a lo largo y parece una tabla perfecta. Pero cuando observas desde arriba empezás a notar un montón de cosas que no te imaginabas”, comenta Bergmann. 
En tanto, el segundo se trata de un vuelo automático donde el distribuidor configura un plan de vuelo y el dron de forma autónoma sobrevuela la superficie y a partir de sus sensores recopila información que luego será analizada por la compañía norteamericana Precision Hawk, líder en este tipo de servicios. 
En menos de dos días, el productor recibirá todos los datos procesados en dos reportes: un mapa de ambientación y un mapa de altimetría con los que podrá tomar decisiones y realizar ajustes para lograr una producción más eficiente, optimizar su negocio y obtener mayores rendimientos. 
“El nivel de detalle al que se puede acceder con este tipo de tecnologías es muy superior a lo que estamos acostumbrados a ver con satélites. A partir del mapa de ambientación de índice verde se puede visualizar el vigor del cultivo, manchones de malezas o la georeferencia de ambientes estresados”, considera el gerente de Taguay. 
Los resultados que se desprenden de los informes ayudan a tener un mejor diagnóstico sobre el funcionamiento del lote y van de la mano de la agricultura de precisión, que permite optimizar el uso de insumos y maximizar los rindes del cultivo. 
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