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Tres Arroyos, SÁBADO 11.05.2024
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Javier pone en la coctelera los ingredientes de su vida

Sin el micrófono, con el grabador encendido, el entrevistado es él. No es habitual que suceda, pero está cómodo y se suelta a una charla amena con bocadillos imperdibles. 

La radio es su pasión y la tele el lugar que encontró para seguir explorando los medios que ama… Ahora las redes sociales y más adelante la interacción tecnológica y mucho más. 
La inconfundible voz de Javier Marinangelli, el sello de «Cóctel 105», listo para leerse. La vocación de hacer radio la tiene desde que era adolescente, tanto que trasformaba el cuarto de su casa en el estudio de FM Sincronización. 
Y así, buscando su camino de aire, el juego se fue transformando en programas. La posibilidad se la dio la RCA (Radio Comunidad Argentina) cuando todavía estaba cursando el nivel Secundario, fue a través de un programa los domingos a la tarde, desde las 12 del mediodía a las 19 horas: «Eramos como 20 en el micrófono, un disparate», recuerda Javier. 

En acción en las playas de Claromecó, junto al camarógrafo Javier González

Después vino el horario nocturno, en la misma radio, con Javier González y Matías Attem un programa que se llamaba «Las compañías», y así fue pasando por varias emisoras hasta que en 1999 llegó a la FM 105. 
Mientras tanto trabajaba en otras cosas y la radio era como un hobby, un entretenimiento, como «sacarme las ganas». Cuando arrancó en la 105 el programa que hacía se llamaba «Noche Vip» los viernes a las 21 horas. 
«Terminaba a las 17 de trabajar en la Planta de Fertilizantes de ACA y después de ese horario conducía el programa en la radio». 
El estilo inconfundible de Javier se fue forjando y formando a partir de escuchar diferentes programas radiales, una búsqueda de formato de conducción que encontró y «me fui divirtiendo, primero escuchaba diferentes radios y conductores locales, también de afuera y se fue dando, además de ser algo de lo que viene con uno», cuenta Javier. 
Las risas y chistes del primer tramo de la entrevista fueron y vinieron, mechadas con momentos en los que se puso un poco más serio: «Aprendí a tenerle respeto al micrófono, en los primeros tiempos decía cualquier cosa hasta que entendí que uno no sabe quién está del otro lado con sus vidas o por qué momentos o situaciones está pasando esa persona. Por ahí tocás un tema serio y tratando de bajarle los decibeles podés afectar al otro que está escuchando. Así que sin estar todo el tiempo pensando en eso, fui encontrando cosas que me llevaron a sentirme cómodo y a no faltarle el respeto al micrófono», reflexiona el conductor de «Cóctel 105». 

Con La Voz del Pueblo, esta vez, en el papel de entrevistado en nuestra casa

Los programas 
Javier se describe como «un obsesivo, un enfermito, estoy 24 por 24 con la radio», tanto que cuando viaja no va escuchando música, sino la tanda o los separadores, también a los conductores tratando de alimentarse de las cosas que le gustan o entusiasman de otros programas. 
«No paro, no me relajo y si me aburre algo -no sé qué le pasa al que escucha- porque no me gusta estar siempre con lo mismo, lo trato de cambiar». 
La consiga es clara, «me gusta tratar de que la gente del otro lado lo pase bien, a veces sale, a veces no. Por eso hay que saber cuándo cortar con un tema, cuando estás denso, sin forzar el chiste, o cuando la arruinaste, o te fuiste al pasto», enumera Javier, que identifica acciones de su profesión. 
El equipo de trabajo de «Cóctel 105» que va todos los días de 17 a 20 horas lo conforma con Paul Molina que es operador, productor y hace el humor, «es parte importantísima del programa -dice Javier- con el que nos basta mirarnos para entendernos», en el mismo horario las noticias las entrega en cada edición Marcelo Mouhapé.
«Estoy esperando que lleguen las cinco para ir al programa, y destaco que tanto Roberto Sarlangue como Hugo Azmat -directores de la radio- confían en nosotros», expresa el conductor. 
En «Cóctel 105» hay muchos condimentos que hacen del programa un lugar de encuentro, juegos y diversión, entretenimiento e información: «Hacemos el ´no imitador´ con Paul y jugamos con eso como el personaje ´Truchongel´ que no sabe nada de los signos, el señor Borg, o Ruperto Vera que sabe todo de fútbol y siempre está enojado, es el personaje que juega con los oyentes. Me doy cuenta que pega mucho porque la gente lo dice en la calle o llaman y lo dicen, funciona mejor cuando nos reímos nosotros y es por donde va», manifiesta sin dudar. 
Hace un paréntesis para recordar otra experiencia radial junto a Milton Re con el que crearon la «Casa de Cóctel» imitando a la «Casa de Gran Cuñado» de Tinelli. «Le encontramos la vuelta en la radio y le dimos el clima necesario para eso, Milton, un fenómeno, arrancó al toque que se lo propusimos y los personajes pegaron mucho». 

Espejos
A nivel nacional, a Javier le gusta mirar y escuchar a Alejandro Fantino y en lo local destaca las figuras de la radio como Roberto Sarlangue, Liche Kraemer y Raúl Guevara «con diferentes estilos» y «al recordado Ricardo Listorti en la parte de conducción, todos estilos que me gustan y de los que he sacado algo», explica. 
«Hoy puedo vivir de mi trabajo de radio y de la televisión, ya hace varios años que puedo decir eso, de hecho siempre pienso en hacer algo nuevo. Estoy trabajando en las redes sociales para armar algo desde esos espacios, algo televisivo, pero para redes». 
Para la Fiesta del Trigo, junto a la Municipalidad, conducirá un programa similar al de las playas, pero con la gente que asiste a la fiesta que se emitirá en el Facebook de la Municipalidad y en el de Javier. 
Los logros
«Me gusta el enigma de la mente de las personas, los años que estudié psicología también me abrieron a la escucha, lo que me ha cambiado y me modifica», expresa Javier, que desde ese lugar analiza que «el ´sí se puede´ algunas veces está más cargado de frustraciones que de logros, muchas cosas no dependen de vos para poder lograrlas, por eso no me gusta decir ´sí se puede´ que es un arma de doble filo. Cuesta mucho que alguien te reconozca o que escuche tu trabajo, incluso el oyente no es culpable de que yo tenga un mal día y debo trabajar para que eso no se note. La radio es un cable a tierra y no siempre tomamos consciencia de lo que generan los temas que ponemos al aire», manifiesta Javier, que considera que «me queda grande la pregunta», en relación a dejar algún consejo o reflexión. 
FM Sincronización quedó en el cuarto de su casa, aunque fue la promotora de este hoy, ese juego marcó un estilo, mientras que la diversión y «disparates» de los primeros años de programación radial le enseñaron a respetar el micrófono. 
Estar 24 por 24 en función de la producción de los programas y de la formación lo hace «un amante obsesivo de la radio», un agradecido con los pies en la tierra. 
Dotado de un humor y voz característicos cambió de silla y esta vez fue el entrevistado, el que dejó colar su historia profesional y personal sin censuras, con mucha gracia y presencia profesional en la radio de Tres Arroyos. 
La televisión
«Nuestras Playas» es el programa que hace 11 años conduce Javier todos los veranos por Cablevisión. En 2007 Lucas Pelicciotta le propuso hacer algo en la playa y arrancó.

«En ese momento estaba Antonio Maciel y fue un desafío porque una cosa es la radio y otra estar cara a cara con la gente, pero me sentí muy cómodo. Año a año avanzó el programa y luego en la cámara vino Santiago Lange, después Sebastián Ureta con el que también hice «Coctel Social» que fue tremendo. En otro momento hice las playas con Jorge Ebbens que tiene algo especial y te hace reír todo el tiempo», recuerda Javier. 
Este verano «Nuestras Playas» volvió a la costa, esta vez acompañado por Javier González y con Débora Amestoy. «Coctel Classico» es otra propuesta que Javier puso al aire con José Luis «El Oso» Suárez y con Sebastián Ureta, «tratando de sentar en una mesa a varias personas de la ciudad con diferentes temas, después agregamos juegos, la barra de tragos y aprovechábamos a los artistas que tocaban en Classico para hacer notas. En diciembre de ese año hicimos la fiesta del programa -con alfombra roja- con todos los invitados que participaron durante los programas, creo que fue la primera vez que se hizo la fiesta de un programa», cuenta Javier. 

«Me gusta mucho la radio, que tiene algo especial, y el contacto con la gente que te da el programa de televisión. En once años nunca tuvimos un no, se genera algo mágico con las personas y sale la nota. Nunca voy guionado porque trabajo con la respuesta, a veces sale y a veces no» destaca. 
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