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Lucía Trillo: valioso aporte en kinesiología

Lucía Capello, Lucía Trillo, Alejandra Cosentino y Florencia Tejada

Junto a otras tres profesionales, realizaron un estudio que fue publicado en una revista científica. Estudió en la UBA, realizó la residencia en el Hospital de Clínicas e inició un posgrado

 

La licenciada en kinesiología y fisiatría Lucía Trillo, quien es tresarroyense, publicó junto a tres colegas un trabajo científico en la revista especializada AJRPT (Argentinian Journal of Respiratory and Physical Therapy). Este logro se concretó el 29 de febrero, día en que el artículo fue incluido en la mencionada publicación.

 

Lleva como título “Asociación entre impulso respiratorio y profundidad de sedación en sujetos bajo ventilación mecánica invasiva: estudio observacional”. Son también autoras Lucía Capello, Alejandra Cosentino y Florencia Tejada.

 

En un diálogo con La Voz del Pueblo, Lucía explicó que AJRPT “es una revista de Argentina de investigación científica, sobre todo en kinesiología. La realizan kinesiólogos del país y está en una plataforma de Internet, acceden los asociados y también otras personas interesadas”.

 

Tiene 32 años y reside desde los 18 en la ciudad de Buenos Aires, donde estudió kinesiología en la UBA. “Después de tener el título contás con la posibilidad de hacer una residencia que dura tres años, rendís un examen y podés ingresar en distintos hospitales”, señaló.

 

En su caso, al igual que las mencionadas colegas y amigas, desarrollaron esta etapa en el Hospital de Clínicas. Durante los tres años de residencia “vas rotando por distintas áreas del Hospital -explicó-. Tenés toda la tarea asistencial hacia los pacientes y una parte académica. Dentro de la parte académica hay actividades como dar clases a tus compañeros o a otros servicios, la lectura crítica de artículos científicos, también te incentivan a realizar un trabajo científico con tus compañeros de año”.

 

Lucía terminó la residencia en agosto y “generalmente se hace un trabajo por año”. En este contexto, concretaron el estudio en la terapia intensiva del Hospital de Clínicas, donde recolectaron 71 mediciones correspondientes a 33 personas entre el 1º de abril y el 28 de mayo de 2023.

 

Sintieron una sorpresa gratificante porque “una vez que lo terminamos se contactó con nosotras una kinesióloga que pertenece a la revista, para ver si queríamos publicarlo. Le pareció muy interesante. Después de unos retoques, sobre todo de forma de presentación, pudimos publicar el artículo ahora el 29 de febrero”.

 

“No es algo que me pese. Para mí es ameno y quiero continuar aprendiendo”.



Lucía Trillo





 

Dedicación

 

Al describir las características de la investigación, Lucía observó que “una de nuestras acciones en el área hospitalaria es en unidades cerradas, de terapia intensiva o coronaria. Los kinesiólogos somos los encargados en cierta forma de controlar la ventilación mecánica en los pacientes que están intubados. Asegurarles que tengan una vía aérea permeable, luego tratar de sacarles la ventilación mecánica para que vuelvan a respirar por su cuenta”.

 

En su argumentación, Lucía dijo a este diario que “la asociación entre el impulso respiratorio, que es lo que inicia cada ventilación, relacionado con el nivel de sedación a través de una escala que se llama Rass, nos da información y ciertos parámetros a tener en cuenta para poder desvincular al paciente del ventilador”.

 

El estudio lo habían iniciado en el segundo año de residencia y “por sugerencias de los kinesiólogos de planta pudimos extenderlo un poco más, tomar otros parámetros y hacerlo más amplio en el último año”.

 

Es un proceso que requiere de diversos pasos. “A fin de año se hace una exposición de los trabajos, con una presentación. Recibimos el apoyo de profesionales de planta del Hospital de Clínicas, con recomendaciones para incluir ciertas correcciones. Gustó lo que hicimos y llegó a los kinesiólogos que forman parte de la revista”, recordó con satisfacción.

 

Debieron dedicar muchas horas, porque “todo tiene que tener un sustento bibliográfico. Después con toda la información, la parte práctica y nuestras mediciones, ver qué resultados tuvimos, compararlos con otros estudios. Analizar cómo podemos aplicarlo a nuestra población, en este caso era en el Hospital de Clínicas, pero puede ser en cualquier otra terapia intensiva”.

 

Con Lucía Capello, Alejandra Cosentino y Florencia Tejada compartió durante años la formación universitaria y luego la residencia. Sonriendo, expresó que “estudiamos juntas, nos recibimos juntas y dio la casualidad que después entramos todas al Hospital de Clínicas”.

 

En este contexto, afirmó que “ya somos amigas, después de tantos años se forma un vínculo. Por suerte en el área laboral nos entendimos muy bien las cuatro, eso hizo todo más fácil”.

 

El trabajo y un posgrado

 

Actualmente, Lucía Trillo se desempeña en el Sanatorio Anchorena y en la clínica de rehabilitación Ciarec: “Concreto estas dos tareas. Durante la semana estoy en el Sanatorio Anchorena y tengo guardia de fin de semana en Ciarec. Bastante trabajo por suerte”.

 

Además este año, al igual que las restantes autoras del estudio, comenzó un posgrado en la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva, dirigido a kinesiólogos. “Es sobre tratamiento del paciente crítico -puntualizó-. Tenemos ganas de seguir formándonos y capacitándonos, es algo que nos gusta y le ponemos mucha energía”.

 

Eligió una carrera y la decisión fue buena, porque puede ejercer la profesión que le agrada. “No es algo que me pese. Para mí es ameno y quiero continuar aprendiendo”, subrayó.

 

Es una labor que le permite ayudar a los demás, posee un componente de servicio. En este sentido, observó que “es muy reconfortante. Sobre todo en la residencia, que rotamos por distintas áreas del Hospital y podes ver toda la evolución del paciente hasta que se va de alta”.

 

No está previsto, por el momento, iniciar un segundo estudio práctico y académico. “Por ahora no lo hablamos, lo que hicimos está recién publicado. Las cuatro somos bastante proactivas, siempre estamos queriendo realizar algo nuevo”, comentó.

 

No obstante, se encuentran “con ocupaciones en distintos lugares.

 

Entonces es difícil coordinar o tener la misma población de pacientes. Nunca se sabe, si coincidimos en algún otro trabajo se podría hacer”.

 

La familia

 

Buena parte de los estudios en Tres Arroyos los realizó en el Colegio Holandés, “desde la sala de 3 años del Jardín hasta noveno”. Posteriormente, cursó los últimos tres años del Polimodal -sistema educativo ya reemplazado- en la Escuela Media Nº1.

 

Es hija de Horacio Trillo y Marta Ostiza. Contó que “terminé el colegio y me vine a estudiar, ya me quedé. Mis padres, abuelos, tíos, primos, están en Tres Arroyos. Siempre trato de ir, pero por ahora toda mi actividad laboral está acá”.

 

Definió a la familia como “fundamental” y agregó que “en su momento cuando elegí kinesiología, las universidades que había eran Mar del Plata privada o la UBA. Me incliné más por la UBA debido al reconocimiento que tiene. Implica un esfuerzo muy grande para toda la familia, más allá de lo económico, son 500 kilómetros”.

 

Lo más difícil para Lucía fue el inicio de la carrera, sobre lo cual expresó que “al principio cuesta bastante, especialmente la adaptación de los estudios. Pasar de la escuela secundaria a la universidad es un cambio bastante grande y encima en otra ciudad. Son materias complicadas, pero mis viejos siempre bancaron, fue importantísimo”.

 

Al respecto, indicó con énfasis que “siempre tuve el apoyo de ellos y de toda mi familia, tanto para mí como para mi hermano Lucas que también vino a estudiar a Buenos Aires dos años más tarde”. Lucas se recibió de ingeniero civil en la UBA. “Los dos tenemos buenos trabajos, hacemos lo que nos gusta, estamos muy contentos y para mis padres seguro también es una gran alegría”, concluyó.

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