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Violencias, conflictos sociales y las señales que dan los jóvenes

La escuela recibe a chicos y adolescentes de lunes a viernes durante varias horas por día, es un ámbito muy importante de desarrollo personal, un espacio en el que se comparten actividades, emociones y también se reflejan situaciones conflictivas. 
 En forma previa al inicio de clases, se llevó a cabo una capacitación en el Colegio Holandés con la presencia del psicopedagogo y docente Martín Alvarez, de la Fundación Manos Unidas por la Paz; y del trabajador social y teólogo de la Iglesia Evangélica del Río de La Plata (IERP), Jorge Weishein. 
En una actividad que se organizó en dos jornadas, trabajaron con docentes, integrantes del Equipo de Orientación Escolar y directivos. En un diálogo con La Voz del Pueblo, Jorge Weishein indicó que “acompañamos a los colegios en la estrategia de abordaje de problemáticas sociales. Lesiones, suicidios, violencias. La necesidad de poder pensar juntos en acuerdos de convivencia y estrategias de prevención”. 

Jorge Weishein y Martín Alvarez

Se analizaron “aspectos que tienen que ver con los valores, el enfoque desde la concepción misma de colegio confesional, así como también la tarea técnica con la Fundación Manos Unidas por la Paz, a la que hemos convocado”. 

Durante la capacitación, además “se establecieron criterios y algunas intervenciones necesarias a tener en cuenta” para que luego la institución lo incluya en el acuerdo de convivencia.
Por su parte, Martín Alvarez explicó que “hay violencias que van surgiendo. Las nuevas prácticas que comparten los adolescentes pueden ser saludables o no, cuando no son saludables podemos intervenir. Mostrarles cuales son las situaciones en las que hay posibilidades de tener riesgo; puede pasar con el grooming o el sexting, la seguridad en redes, por citar dos ejemplos. La escuela se tiene que encargar de estos aspectos con el ingreso de la tecnología”.
Alvarez también hizo referencia a “autolesiones y suicidio. No solamente pensar en generar material para instalar un tema tan complejo; sino fortalecer la manera de prevenir, dar herramientas a la población que ayuden a la contención”. 
En caso de que se llegue a registrar un hecho de tales características o se logre evitar, consideró fundamental “trabajar en lo que se denomina la posvención. Detectar a las personas que están afectadas y minimizar la posibilidad de que alguien transite el mismo proceso”. Es clave observar que “puede haber otras personas en el mismo proceso suicida, que están en distintos estadios. Y un caso en la comunidad puede precipitar otros”. 
 En este contexto, planteó que hay que “hablarlo, dar herramientas de cómo detectarlo -reiteró-. Acudir a los sistemas de salud. Tanto el Estado como los privados deben contar con la atención correspondiente”. 
 Complejidad
Jorge Weishein reflexionó que “son situaciones problemáticas que generan muchísima culpa en la familia y muchísima frustración en las instituciones. Este tipo de emociones lleva a la inacción. Es importante poder comprender que se trata de un problema social, en el cual tenemos una parte de responsabilidad. Debemos poder discutirlo juntos como sociedad civil, articular entre las distintas instituciones y organismos públicos”.
En esta línea de pensamiento, mencionó que “hubiera sido ideal contar en este encuentro con la Dirección de Juventud de Tres Arroyos y con el Centro de Estudiantes”.
Por este motivo, sostuvo que “falta avanzar en la articulación y en la organización de la sociedad, para poder comprender la complejidad. Ingresan muchos factores tanto de orden subjetivo, personal, como también institucional y social”. 

Los encuentros de capacitación en el Colegio Holandés se concretaron el jueves 23 y viernes 24 de febrero

 Proyectos de vida

A partir de la información que obtuvieron, Jorge Weishein dijo que “pudimos relevar que hay muchísima preocupación por la falta de proyectos de vida para los jóvenes”. 
Del mismo modo, subrayó que a partir de sus experiencias, perciben “problemáticas de consumo gravísimas durante la secundaria, durante la primaria en algunos casos también. Migración por falta de acceso a la educación universitaria, no se aprecian respuestas del Estado acordes a las necesidades. Hay algunas pero son insuficientes”. 
 Expresó que, en forma paralela, “no hay una respuesta de la sociedad que pueda acompañar las demandas de los jóvenes. No están comprendidos como sujetos de derecho, como ciudadanos plenos”. 
Es una dificultad con “una historia en nuestro país”, relacionada a “la comprensión de la juventud como ciudadanos plenos en una sociedad democrática en la cual tienen voz, tienen voto, decisiones. Pero no comparten los espacios de decisiones en el ámbito político, institucional y comunitario”. Agregó que “claramente los jóvenes nos están llamando la atención, nos están pidiendo participación. La solución la debemos encontrar junto con ellos; la escuela tiene que ir construyendo estrategias de intervención”. 
 En red 
La ley 27.130 de prevención del suicidio, entre otros contenidos, menciona la corresponsabilidad e intersectorialidad. El trabajo en red no solamente es positivo, sino que “debe ser aplicado sí o sí. Hay que articular, generar espacios de contención -afirmó Martín Alvarez-. La escuela puede hacer algo, salud debe hacer su parte, así como otras áreas. También los medios de comunicación”. 
Jorge Weishein observó que “se van desarrollando distintas estrategias, con diversas fundaciones, pero es necesaria una respuesta pública”. 
Argumentó que “un problema social requiere una respuesta integral de parte del Estado, que podemos acompañar. Los jóvenes requieren de un proyecto de vida, inserción laboral y esto hay que poder resolverlo como sociedad desde el ámbito público”. 

Es muy importante escuchar a los chicos, adolescentes y jóvenes. Generar respuestas para ellos como sociedad

 Consumo problemático 

Ambos advirtieron que “como sociedad estamos siendo observadores de prácticas de riesgo, sin poder dimensionar la profundidad del conflicto social en que estamos y la falta de proyectos para los jóvenes”. 
Como dos fechas habituales, Jorge Weishein habló de “el Ultimo Primer Día, práctica con un consumo problemático excesivo; y la semana de la juventud (o fiesta de la primavera), cuando ocurre lo mismo”. Puso de manifiesto que “desde el ámbito adulto se financian ese tipo de prácticas. Si lo financiamos como sociedad, también podemos hacer otras cosas. Pensemos juntos”. 
En este marco, Martín Alvarez aclaró que “esto no quiere decir prohibición. Sino incorporar opciones que puedan ser más saludables”. El Estado debe regular, porque es corresponsable. 
Por último, Jorge Weishein analizó que “vivimos en una sociedad de consumo ¿estamos dispuestos a consumir cualquier cosa o a que los jóvenes consuman cualquier cosa? Creo que no. Una pregunta hoy es ¿qué queremos consumir? Y vinculado a este tema ¿qué tipo de consumos estamos dispuestos a habilitar, para qué franja etaria y en función de qué proyectos? Lo tenemos que poder problematizar como sociedad”.     
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Un drama que crece
“Se ha triplicado el índice de suicidios de adolescentes y jóvenes en los últimos 30 años. Claramente hay un problema social que se tiene que atender ¿cuánto vamos a esperar?”, afirmó Jorge Weishein. 
Por su parte, Martín Alvarez, quien es especialista en este tema, dio a conocer que “Argentina tiene registros de suicidio a partir de los 4 años de edad. Hay algunas franjas etarias con mayor riesgo e impacto, entre los 14 y 34 años de edad”. 

Al evaluar los hechos de tales características en el país, dijo que la tendencia ha sido ascendente en las últimas décadas. Los siniestros viales son otro motivo de pérdida de vidas, con mucha incidencia, y “en ciertos casos, pueden tener encubierto un suicidio”. Asimismo, lamentablemente también son muchos los fallecimientos vinculados a “los consumos problemáticos”. 

 Si bien la realidad es dura, dejó en claro que “son hechos que se pueden prevenir. Trabajar en forma comunitaria con esa finalidad. La escuela puede marcar lo que son conductas de riesgo e intentar detectarlas a tiempo”.   

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Trayectoria
 Manos Unidas por la Paz “tiene más de 20 años de trabajo”. Martín Alvarez explicó que la entidad abarca “distintas problemáticas de salud mental” y cuenta con “un programa específico de prevención, atención y posvención del suicidio. Todos podemos contribuir en esto mientras sepamos cuales son los signos, los síntomas y donde acudir para el tratamiento específico” 
La Fundación Hora de Obrar “fue creada en 2014 por la Iglesia Evangélica del Río de La Plata -puntualizó Jorge Weishein-. Pero los equipos de intervención previos tienen muchísimos años. Las escuelas de las iglesias funcionan desde hace décadas en Argentina, Uruguay y Paraguay”. 
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