Ayer, Claromecó presentó un día cambiante que obligó a los visitantes a buscar lugares para disfrutar del sol.
Por la mañana, el fuerte sol estuvo acompañado por un viento noreste y un mar planchado, algo que prácticamente obligó a los veraneantes a disfrutar de la playa. Así, un sinnúmero de sombrillas y reposeras colorearon la costa, mientras que en el mar fueron cientos los que buscaron refrescarse.
Pasado el mediodía, el viento rotó al este y, con el correr de las horas, empezó a aumentar en intensidad. Debido a esto muchos buscaron refugios en distintos lugares como el vivero y el arroyo, en tanto que algunos se quedaron a “hacerle frente” al viento, cobijados con reparos y gazebos.
En horas de la tarde, el tránsito fue creciendo en la zona céntrica, así como también mucha gente optó por pasear por dichas calles, observando vidrieras y disfrutando de una tarde/noche cálida y amena.