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Por María Ramona Maciel
Llegó el glorioso día en que volvemos a utilizar las urnas.
Estamos eligiendo un nuevo gobierno que estoy segura, sea quien sea, va a apostar a mejorar las condiciones de todos los argentinos.
Somos un país golpeado por la inflación y por los sinsabores, pero con un pueblo que es inigualable y que sigue apostando al futuro.
Estamos viviendo tiempos de intranquilidad a nivel mundial y los argentinos somos especialistas en navegar tempestades, y esta vez estoy segura que nos va a tocar una jugada muy difícil, pero no imposible.
Aprovecho este espacio para solidarizarme con el drama que viven los pueblos de Israel y Palestina, que están sufriendo una guerra cruel y despiadada que ataca sin sentido a la población civil, por razones que son incomprensibles, teñidas de odio racial y problemas territoriales y religiosos, con muchos años de historias de enfrentamientos, convenios de paz, guerra de los 6 días, negociaciones, intifadas, bloqueos, terrorismo y fricciones de ambos lados. Ojala prevalezca la paz por sobre todas las cosas, y la gente deje de sufrir.
Y para terminar, me interesa que sepan que leo, cuidadosamente, los comentarios de lo que escribí la semana pasada porque pienso que escribir no es mi fuerte y me interesa conocer opiniones. Quiero dejar claro, que como siempre voy de frente, no me escudo en perfiles anónimos, y todos me conocen por el lugar que me toca ocupar; voy a ejercer mi derecho a defenderme.
Primero, no pertenezco a ningún medio tendencioso, y solamente me debo a Tres Arroyos y su bienestar. Tampoco pretendo influir con posturas políticas. Solamente hablo de desarrollo y educación, e ideas generales. Trabajo para mantener el legado de mi familia, como lo he dicho en varias ocasiones, y de un medio que hace un mes cumplió 121 años, y cuesta mucho sostener en estas épocas que corren.
Estoy tranquila por lo que hago y me siento muy agradecida a toda la gente que nos apoya diariamente y comenta en forma tan auténtica y respetuosa.
Tal vez algunos no me entiendan, o pretendan generar antipatía y desunión, que es lo mejor para tergiversar lo que uno quiere decir.
Pero a todos les digo, en repuesta a quien me juzga, que sufro la “desesperación” que padecen la mayoría de los argentinos de “clase media”, en la cual me incluyo; y deseo que “nadie tenga que hacer frente a ninguna realidad que nos pegue de frente”, ya que sería muy lamentable para todos.
Me gustó “Argentina país maravilloso” de otro comentario.
Me encanta leerlos, invito a quienes quieran, vengan a conocernos y ver como trabajamos.
¡Que tengan muy feliz y “democrático” domingo!
