Lo que nos dejó José Christian Andreasen

El último día de 2016, en las horas previas al inicio del Año Nuevo, falleció José Christian Andreasen. Quienes tienen más años en la redacción del diario, recordarán el envío de sus habituales columnas Reflexiones y Enfoque Internacional, un análisis que contaba con su espacio habitual en nuestras ediciones.

Su última actividad pública en Tres Arroyos fue la presentación del libro de su autoría «El asado y sus protagonistas», editado en 2013. Brindó una charla en el Museo Mulazzi, donde quedó en evidencia su pasión por leer y escribir. Era un gusto conversar con él, escucharlo, conocer su punto de vista.

Muy activo

Nació el 20 de agosto de 1924 en Lobería y fue el mayor de once hermanos. Su padre, Marinus Antonio Andreasen, llegó desde Dinamarca, y su madre, Rosa Elisa Christiansen, era hija de inmigrantes.

Cursó los estudios primarios en el Colegio Danés de Tandil y los secundarios en el Colegio Nacional de Tres Arroyos. Por entonces, su familia había adquirido el campo «El Mirador», en la zona de Vázquez.

Obtuvo el título de profesor de Historia en la Universidad Nacional de La Plata, profesión que desarrolló en el Colegio Nacional. Intervino en la función pública como concejal y secretario de Gobierno de la Municipalidad, en la década del ’60. También fue productor agropecuario y presidió la Asociación Argentina de Criadores de Lincoln.

Sus inquietudes lo llevaron a radicarse en La Plata, desde donde viajaba para concretar sus actividades en la capital federal. Ocupó la vicepresidencia -a cargo de la presidencia- del Mercado de Lanares de Avellaneda; fue gerente de Relaciones Públicas de la Corporación Argentina de Productores de Carne; gerente general de la Asociación de Radios Privadas Argentinas; y director editorial de la revista Campo en Marcha.

En su currículum además se encuentra la tarea de asesor en Directory, empresa de relaciones públicas con el Estado y el sector privado.
Siempre, a la par de sus trabajos, dedicó tiempo a la investigación y a escribir artículos periodísticos para diversos medios gráficos, entre ellos La Voz del Pueblo.

En la solapa de su último libro, las referencias a su persona dejaron en claro su identificación futbolística: «sigue siendo hincha de Boca».

Gracias Edle

El viernes pasado, este diario visitó en El Hogar El Atardecer a Edle Andreasen, hermana de José Christian. Durante 40 años, ella tuvo a su cargo la audición danesa por LU24 Radio Tres Arroyos. También en un período similar fue organista de la Iglesia Luterana.
Describió con precisión porqué a José Christian le decían Cholo. Así surgió debido a que en la infancia, sus padres lo nombraban «Trold», que «significa diablillo en danés». Sus hermanos no podían pronunciar bien la palabra y resultó entonces cotidiano escuchar «Chol», paso previa a su sobrenombre definitivo.

Lo recordó como «un buen alumno» que «siempre escribía». Pero principalmente valoró sus cualidades humanas, su don de «buena persona».
Ella tuvo mucho que ver en la edición de «El asado y sus protagonistas», un libro que define como «de historia» y que con cariño, obsequió al periodista que fue a consultarla.

José Christian tenía tres hijos: Christian, quien reside en La Plata; Gustavo, en Brandsen; y Lucía, quien vive en Necochea. Estaba casado con Luisa.

Generosidad

La vida da oportunidades y genera situaciones, muchas veces cotidianas, que tienen una dimensión que crece con el tiempo.

Los periodistas que ya no forman parte de La Voz del Pueblo, grandes en edad y como personas como Angel Bernasconi o Oscar Aymonino, lo recordarán desde otro lugar. Tendrán presente su actividad en el municipio, como profesor, escritor y miembro de entidades. En un período más reciente, queda en la memoria la posibilidad de conversar con José Christian por teléfono, de ir a buscar sus columnas al fax y de leer -para compartir o disentir- sus pensamientos.

Pese a la distancia, tenía una relación afectuosa con La Voz del Pueblo. Partió alguien cercano, que dejó un testimonio en sus artículos -incluidos en muchas ediciones- y en la generosidad que tuvo para prestarse a charlas ocasionales, que daban origen a inquietudes que enriquecen la tarea periodística.