Decisiones difíciles

Una foto tomada por una persona en el semáforo muestra a un adulto y tres criaturas en una moto, no se ven cascos protectores. 

Quizás nuestra primera reacción sea decir que el adulto es un inconsciente por trasladar menores de manera tan precaria. Quizás también digamos que hay que multarlo o sacarle el vehículo. Pero, y acá comienzan las dudas, en una ciudad que carece de un sistema de transporte urbano accesible, ¿cómo hace alguien para ir al trabajo y dejar a sus hijos en la escuela o en la guardería? Alguno responderá que puede hacerlo caminando, pero sabemos que no siempre vivimos cerca del trabajo y de la escuela o de la guardería. Y ni que hablar de alguien que necesite llevar a sus hijos al hospital, muy temprano a la mañana, que viva, por ejemplo, en avenida Güemes. 

El del transporte urbano es un tema que parece tabú. Poco interés parecen tener nuestros representantes en buscar una solución al mismo. Sin embargo, un tránsito plagado de accidentes, la cantidad de vehículos de diferente porte circulando, demuestran que sería importante que se abordara seriamente la cuestión. 

El sistema de remisses es, prácticamente, la única forma de transporte, excepción hecha de caminar, para quienes carecen de movilidad propia. Casi 50$ sale movilizarse dentro de las cuatro avenidas. Lo mismo para los pocos taxis existentes. Imposible pensar que una persona con salario mínimo pueda acceder a este transporte, salvo excepcionalmente. 

Entonces, a menos que comencemos a tomar el toro por las astas y no por el rabo, seguiremos viendo madres con dos y tres niños en una pequeña moto, y, por fortuna, no tendremos que lamentar ningún accidente trágico, más adjudicable a la buena suerte que a otra cosa.

Funcionarios nuestros, especialmente quienes se ocupan del tránsito, a ver si nos ponemos las pilas y tratamos, al menos, de buscar respuestas eficientes a estas problemáticas.