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Tres Arroyos, JUEVES 02.05.2024
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Lindas curiosidades para los chicos

Paula Taraborelli, doctora en Biología e investigadora Conicet radicada en Claromecó, presentó el primero de sus libros que tiene como objetivo plasmar conocimientos científicos en un lenguaje para niños; así como también lograr identificar los animales de nuestro alrededor y que los niños podrían cruzarse cuando salen de viaje. 

Por otro lado, la intención es desmitificar la mala imagen de algunas especies como la del cóndor o el puma a la vez que educa en cuanto a la cadena alimenticia, cómo y porqué se adaptan a la zona en la que están, qué costumbres y estrategias manejan y también las amenazas que sufren. 
El respeto, el cuidado, la igualdad y el agradecimiento a cada uno de ellos es un pilar fundamental en cada espacio de estos cuentos.
Paula cuenta que comenzó con esta iniciativa a partir de una convocatoria del diario Los Andes de Mendoza en la que invitaban a pasar la investigación en la que estuviesen trabajando, al formato cuento infantil. 
Le resultó curioso y a raíz de su tesis doctoral basada en los cuises, es que logró “La historia del cuis Luis” el cual fue publicado. “Fue un ejercicio muy fuerte y muy distinto”, asegura. 
La educación ambiental fue algo que siempre estuvo cercano a Paula incluso con su trabajo como investigadora en diferentes Institutos y hasta en Conicet, “cuando íbamos a hacer los estudios a reservas buscaba escuelas rurales para contarles a los alumnos lo que íbamos haciendo y descubriendo”. 

Al mismo tiempo que se muestra fascinada con la respuesta que recibe constantemente, cómo se interesan y cómo recepcionan todo el material.
La producción de diez cuentos que el viernes se presentó en Quelamercó nació el año pasado luego de mucho trabajo y aprendizaje. “Siempre veía que los cuentos infantiles, que por ejemplo, mis sobrinos leían tenían animales como la jirafa, el león y otros que no son de acá. Entonces pensé que en vez de enojarme podía actuar”. 
La editorial que le respondió fue Vazquez Mazzini y comenzaron a trabajar en conjunto. “Yo quería ilustrar a los animales y me dijeron que mejor era ponerles fotografías reales”, lo que generó un trabajo colaborativo con diferentes compañeros y amigos de la rama de la investigación que le aportaron imágenes para su primera producción; además, contactó varios fotógrafos que había conocido en cursos y también los convocó. 
“Son catorce fotógrafos de naturaleza maravillosos que se sumaron”, indicó.
A partir de allí fue convocada desde la feria del libro “Erase una vez…”, del Colegio Holandés y con esas ganas de innovar y ofrecer cuestiones distintivas a fin de que “los chicos se enganchen” es que Paula junto a dos ayudantes, Analia y Amadeo, decidieron que esa presentación y las posteriores irían acompañadas de otras cuestiones: personificaron los animales con máscaras completamente recicladas. 

Al sumar esto, asegura que los chicos están más atentos; además comenzó a jugar con las voces y en esta oportunidad trabajó con chicas del barrio Plaza Torre Tanque que hacen música y lo llevaron al espacio. Todo con el fin de acercar a los chicos a la lectura y que esa lectura sea educativa y con un aprendizaje completamente didáctico. 
Finalmente, expresa contenta que ya está creando su segundo libro que se llama “Curiosidades del mar”, con la misma impronta que el primero y que el tercero, que está pensando y formulando “se llamará Curiosidades de la Pampa”, finaliza.
Su vida actual 
Paula define a Claromecó como “atemporal” y lo eligió desde fines de 2016 su hogar buscando calidad de vida. Es investigadora de Conicet con sede en INTA de Tres Arroyos y expresa que desde su mudanza encontró “mayor productividad”, además de un círculo de profesionales muy bueno, que trabajan juntos y con otro ritmo diferente al que estaba acostumbrada en Mendoza. 
Su investigación actual tiene que ver con la biodiversidad generando muestreos de aves en distintos espacios como los módulos del INTA de Barrow, un campo de Agroecología que hay en la zona, uno experimental frente al molino y uno en Tres Arroyos. “Veo aves, roedores, hago caminatas y miro huellas. Además de eses y vegetación”. 
Explica además que junto a Natalia Carrasco estudian los insectos, cuántos hay en el suelo y cuantos en el aire para ver las interacciones de los mismos con el medio. “Observamos qué tan fuerte es esa red alimenticia, porque cuanta más interacción hay la red es más fuerte y mejor puede responder el ambiente a los cambios”. 
Paula finaliza, que los resultados están arrojando que en el campo agroecológico esa red es “mucho más fuerte”.

 

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