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Tres Arroyos, DOMINGO 28.04.2024
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Los neerlandeses, una colectividad con gran presencia

En Tres Arroyos reside la colectividad neerlandesa más importante del país, debido a que fueron muchos los inmigrantes de tal origen que se radicaron en nuestras tierras. Las generaciones posteriores dieron continuidad a la tarea de los pioneros, que llegaron a fines del Siglo XIX. 

Diego Zijlstra es un referente, entre quienes dieron los primeros pasos en tiempos en que Argentina se presentaba como un lugar pleno de oportunidades. Sus memorias, que comenzó a escribir a los 80 años, dieron lugar al libro “Cual ovejas sin pastor”. 
Hubo numerosas adversidades. Contratiempos y realidades que no siempre se ajustaban a las expectativas. Pero la fe que caracterizó a los inmigrantes de los Países Bajos, la voluntad y convicción, les dio una gran fortaleza para abrir un nuevo camino.
Llegaron luego más inmigrantes en las primeras décadas del Siglo XX -con un arribo significativo en 1925- y hasta mediados de tal período. Se fue conformando así una colectividad, en principio, con relación sobre todo entre sus propios miembros; y luego ya con mayor apertura hacia la comunidad. 
Hace más de 112 años nació la Iglesia Reformada de Tres Arroyos: esto ocurrió el 27 de abril de 1908, con la participación del pastor Van Lonkhuysen (el 8 de junio de ese año se llevó a cabo el primer Consejo Eclesiástico con la presencia de Juan Dekker, Juan Blom, Luis Pluis y Jacobo Ebbens). El templo, ubicado en Maipú 475, fue inaugurado en 1943.
Una gran obra, consecuencia de la inquietud por dar educación a los chicos, es el Colegio Holandés. Con diversas etapas iniciales, incluso durante un período en Passo y avenida Belgrano, donde actualmente se encuentra la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Días. 
Desde el 2 de abril de 1946, el Colegio se encuentra en su actual predio, en la manzana de calles Alvear, Pellegrini, Olavarría e Istilart. En 2021, cumplirá nada menos que 75 años. Sin duda, el maestro Cornelio Slebos tiene un lugar preponderante en su historia, porque fue director durante décadas e influyó de manera determinante en una formación en valores (no es casual que una calle lleve su nombre). Su tarea fue más allá de la responsabilidad que le fue confiada. Por supuesto, hay gran cantidad de docentes, directivos y miembros de la comunidad educativa que concretaron –desde su lugar- una labor valiosa para el crecimiento de la institución.
La construcción del Fanal es fruto de los requerimientos de contar con un espacio amplio para la práctica de actividades deportivas y destinado a los encuentros sociales, en un Colegio que incorporó primero el Jardín y luego el Secundario, además de las salas de Maternal. Todo anexado a la emblemática Primaria.
La Cooperativa Alfa es otro reflejo de la innovación y empuje de los inmigrantes neerlandeses. Comenzó sus actividades en abril de 1938, ante la necesidad de encontrar soluciones en común y sumar fuerzas entre quienes desarrollaban tareas agropecuarias. 
Sobre ruta 228, cuenta con una planta de almacenamiento con tecnología de avanzada y una capacidad que fue incrementando con importantes inversiones. 
El valor que los Países Bajos otorgan a la colectividad determinó el funcionamiento de un viceconsulado y luego de un consulado. Ida van Mastrigt realizó una actividad honoraria que generó la visita de todos los embajadores, durante su gestión, y de la reina Beatriz en el año 2016, junto a su hijo Guillermo Alejandro y Máxima Zorreguieta. 
Su vida ha estado plagada de vicisitudes y numerosos recuerdos, “con mi hermana nos quedamos en el Colegio Holandés internadas en el 50 y en 1953 integramos la primera promoción. El maestro Slebos, fue mi segundo padre porque nosotras vivíamos todo el año en el colegio, los 365 días porque mi padre vivía en Quilmes”. 
Ida recuerda que muchas de las fiestas tradicionales se fueron perdiendo; “teníamos en el año la Fiesta del Rey –el 9 de julio-, en octubre hacíamos El Bazar y en noviembre teníamos un pic-nic primero en el campo de Ouwerkerk y después el La Cestona de Verkuyl. Todo eso así como el idioma se fueron perdiendo, sigue existiendo las reuniones de la Comisión Orange pero muchas tradiciones han desaparecido. La religión tenía mucha importancia y el casamiento entre integrantes de la colectividad también, algo que se fueron perdiendo, como las familias numerosas.”
El 9 de noviembre de 2018, en medio de expresiones de alegría y emoción, fue inaugurado el Molino que se encuentra frente a la rotonda donde confluyen las avenidas San Martín, Ameghino y Almafuerte. 
La intervención con la colectividad danesa en el proyecto de crear el Hogar El Atardecer, es otra de las concreciones destacadas. Allí encuentran su lugar decenas de adultos mayores, que reciben una muy buena atención y acceden a un ámbito que los contiene.
Todos espacios que integran el circuito turístico virtual en esta oportunidad. 
Un recorrido para apreciar el legado y la continuidad, las bases y la manera en que a partir de allí se generó un desarrollo que perdura hasta nuestros días. 
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