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La hipótesis de que Vanesa Castillo fue asesinada el jueves como parte de una venganza porque supuestamente había denunciado a su asesino por el abuso de una alumna suya, crecía ayer en esta provincia a partir de un testimonio recogido por una radio local en el velorio de la docente.
Momentos de extremo dolor se vivieron ayer por la mañana en la sala de sepelios de Santa Rosa de Calchines. Familiares, amigos, allegados y hasta gente que no la conocía se acercó para dar el último adiós a la maestra ultimada en el mediodía del jueves en el distrito costero.
Silencio, labios apretados y los guardapolvos son parte del doloroso escenario montado ayer en la sala velatoria de la pequeña y tranquila localidad que hoy llora la muerte de la querida Vanesa Castillo.
En diálogo con el sitio Aire de Santa Fe, varias docentes se refirieron a la posibilidad de que Vanesa haya radicado una denuncia de abuso por parte del presunto asesino en perjuicio de una alumna. En ese contexto, toma fuerza la hipótesis de la venganza como móvil del homicidio.
Denuncias y riesgos
Las docentes de la zona hablaron de los riesgos que corren al denunciar situaciones de abuso, violencia familiar que afectan a sus alumnos.
«Todas tenemos que amparar y escuchar a los niños, no podemos estar ajenos. Los chicos tienen en la escuela cariño y contención que muchas veces en la casa no encuentran», dijo una maestra.
«Tenemos temor de denunciar. El miedo que tenemos es en no encontrar respuestas y no saber si se filtran nombres de las denunciantes. Yo amo Alto Verde, hoy tengo miedo, mi hija tiene miedo de que vaya a denunciar».
Testigos del crimen
Dos hermanos vecinos presenciaron el crimen de la docente Vanesa Castillo el jueves en Alto Verde. El hombre, cuyo nombre comienza con «A», aseguró que el asesino no quiso robar la moto.
«Se le abalanzó, la llevó hasta el terraplén y cuando la maestra regresaba la empezó a chusear», relató. «Vimos las puñaladas sin piedad».
Además, el testigo cuya identidad se acordó no revelar, contó que corrieron a enfrentar al agresor pero éste los amenazó con el arma blanca. «Se fue caminando como si nada y después empezó a correr».
El sujeto que, por voluntad propia, ya declaró en la sede de la Policía de Investigación, expresó al igual que muchos vecinos, que el asesino es conocido en la zona por sus numerosos hechos delictivos.
«Hasta los chicos tenían que estar lejos porque tenía fama de ‘pitoduro’ (sic) (en la jerga callejera, se refiere a una persona que se excita con facilidad)».
Conmovido, el testigo manifestó que los vecinos del barrio están sumamente indignados, a lo que agregó: «Hacés una denuncia y no te dan bolilla. Si llega a salir (de prisión) los vecinos se van a encargar de que no vuelva», vaticinó en el cierre. (Aire de Santa Fe).
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