Nobleza obliga

El día 6 de diciembre presenté una denuncia ante la oficina municipal correspondiente y en el diario local, por una medición del consumo de agua, a mi entender errónea. Ese mismo día se presentaron en mi domicilio dos empleados municipales quienes procedieron a mostrarme, previa limpieza del reloj como se toma el estado; ante mi sorpresa en los quince días transcurridos de aquella veloz medición, nuevamente tenía un consumo extraordinario, daba 14 metros cúbicos (mi consumo bimestral más o menos habitual) y el reloj estaba en movimiento, razón por la cual me dijeron que verificara la existencia de alguna pérdida. 

Inmediatamente llamé a mi albañil de confianza para hacerlo, pero no se encontraba en la ciudad y por ello me recomendó a un gasista; esa misma tarde vino la persona, que observó que en ese momento el reloj no registraba consumo, de todos modos verificó todas las instalaciones, sin encontrar ninguna pérdida. Me dejó una nota donde se indicaba que el control daba negativo; al día siguiente por la mañana la llevé a la oficina municipal. 

El 14 de diciembre se presentaron los mismos dos empleados municipales y realizaron una nueva medición y ¡oh sorpresa! en estos 8 días sólo había consumido 2 metros cúbicos. No hay explicación de lo ocurrido, salvo, como les dije en tono de broma «el reloj se asustó por la limpieza». De todos modos deseo agradecer la preocupación y ocupación de estos dos empleados que asistieron rápidamente ante mi queja.