La presión tributaria ahoga al comercio

Entidades afines al sector comercial, el sindicalismo y desde el ámbito político coinciden en destacar las consecuencias que generan en el sector minorista tresarroyense la presión impositiva, que si bien aún no ha producido un cierre masivo de negocios, los lleva al límite.

Incluso la crítica situación que transitan los comercios fue planteada en la última sesión del Concejo Deliberante, cuando desde el Frente para la Victoria cuestionaron a funcionarios de Cambiemos «que observan brotes verdes como señales de crecimiento en distintos rubros productivos», cuando hay «consultoras privadas que dan cuenta de la caída del consumo interno verificada en el descenso de las ventas y el consecuente cierre de comercios y pérdida de puestos de trabajo».

En Tres Arroyos, y tras el análisis de la Cámara Económica, el Sindicato Empleados de Comercio y del concejal Augusto De Benedetto, surge como dato de la realidad que en consecuencia asoman las reubicaciones fuera de la zona céntrica caliente donde los costos por alquileres son mayores, y se deja de tener cartelería para dejar de pagar el impuesto por publicidad.

En tanto la tasa de Seguridad e Higiene que por ejemplo es proporcional a la facturación de cada comercio, y la larga lista que representa la presión tributaria, le insumen a un comerciante el trabajo de 25 días en tiempos en los que las ventas han caído.

No obstante se advierte que Tres Arroyos «aún sigue siendo una isla», por lo bien que le ha ido al campo y lo que este sector derrama en la ciudad, a pesar de la caída que se registra en el consumo de determinados productos.

En síntesis, los distintos sectores observan el decaimiento de la actividad sin que hasta el momento se haya llegado a una crisis final.