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Juntos en la pelea de su vida

Por Fernando Sabatini (*)


Uno, dos, cintura y cross -son las indicaciones que le da el entrenador argentino, Carlos Castaño, a su hijo-mientras con sus manos sostiene unas manoplas negras, calza unas zapatillas deportivas y viste un short gris; una remera de las Islas Malvinas y una gorra-. 
En un video que llega desde Los Ángeles, de uno de los entrenamientos, se escuchan los ruidos que causan la explosión de los guantes sobre las manoplas. El que lanza la combinación de golpes es Brian Carlos “El Boxi” Castaño, boxeador de 31 años, oriundo de Isidro Casanova. Quien supo conquistar el título AMB de la categoría superwelter y siendo monarca actual del cinturón OMB de misma división, se prepara para la pelea de su vida. El 17 de julio expondrá su cetro ante Jermell Charlo, quien pondrá en juego sus coronas AMB, CMB y FIB. 
Con los cuatro títulos en juego, Castaño –único campeón mundial que tiene nuestro país en este momento- cuenta con la chance de unificar y ser el primer campeón latino unificado. De ganar, haría historia no sólo en Argentina, sino también en América Latina y se le abrirán grandes puertas.
Pero no solo él tiene la chance más importante de su carrera, sino también su padre, quien lo dirige desde niño y que al finalizar el entrenamiento -con la humildad y calma que lo caracteriza-, estuvo dispuesto a conversar vía comunicación telefónica. 
“Empezamos a trabajar duro, estamos corriendo juntos. Para realizar buenos trabajos con las manoplas debo estar en estado yo también. Estoy ansioso y con muchas ganas, sé que tengo mucho trabajo por delante. Estamos al 100% enfocados en esta pelea”, comentó Carlos, con una voz baja, quien hace una semana se encuentra en Los Ángeles. Mientras que su hijo, hace un mes que llegó a Estados Unidos. 
En pleno festejo del casamiento con su mujer, Carolina, el Boxi recibió un llamado y tuvo que viajar rápidamente a tierras norteamericanas para firmar su combate frente al estadounidense, “se fue porque es muy responsable. Es la pelea de su vida. Tanto él como yo sabemos que tenemos un rival muy complicado y lo respetamos. Estamos tranquilos con el trabajo que vamos hacer para esta pelea, pero no debemos confiarnos” expresó su padre. 
Este combate, sin dudas, es la prueba más dura en la carrera de los Castaño. «Charlo posee mucho poder, pero nosotros tenemos con que para arruinarle la noche. La idea era estar entre los mejores y ya estamos. Ahora queremos salir campeón de todas las entidades y estamos haciendo las cosas bien para hacer una gran guerra el 17 de julio”, además aclaró que los logros son producto de la seriedad y compromiso: «Hoy estamos en donde estamos por el trabajo, la dedicación y por el manejo que está haciendo su manager, Sebastián Contursi, con la carrera de Brian. Nunca nos creímos más que nadie, pero considero que soy un buen técnico, hago un trabajo previo para aplicarlo arriba del ring siempre. Se ver las peleas, leerlas y transmitirlas a mis hijos. Lo que hago yo con las manoplas son tácticas para las peleas. Creo que el trabajo de todo el equipo se ve a la luz”. 
Quien cumple, también, un papel primordial es Matías Erbin –preparador físico argentino de alto rendimiento, dedicado al boxeo-. “Erbin labura mucho, es muy prolijo y metódico. Se encarga desde el acondicionamiento físico hasta la nutrición. Formamos un gran equipo, conmigo a la cabeza, somos una familia y nos escuchamos mutuamente”. 
Jermell Charlo, oriundo de Texas, apodado “Hombre de Hierro” y con 30 años de edad; cuenta con un récord de 34 victorias, 18 de ellas por nocauts y una derrota. Saben que tienen que respetarlo, posee gran poder en sus puños y tiene mucha experiencia. 
“Hay que ver cuando le peguen a él, a ver si aguanta tanto. Siempre digo: si Charlo para el sexto o séptimo no lo noquea a mi pibe, se va a tener que poner un chaleco blindado (risas)”, comentó de manera alegre y agregó, “estuve mirando sus peleas, pero no me quiero enloquecer. Miro dos o tres veces por semana. En primer lugar, me ocupo de los errores de Brian, luego de los que tiene el rival para trabajar sobre ellos. Pero muchas veces cambia en el combate porque el contrincante sale con algo distinto a lo que esperabas y ahí hay que repensar”, además, analizó: «Debe trabajar cerrado para no recibir golpes, ser muy cauteloso y tener cuidados con las derechas que lanza a la cabeza. Es una pelea muy complicada, es el que más duro pega de la categoría”. 
La continuidad del Boxi será un punto a favor. Realizó un gran campamento para enfrentar a Patrick Teixeira, a quien derrotó por decisión unánime el 13 de febrero del corriente, en Indio, California. De esa manera conquistó el título OMB. “Brian está haciendo muy buen campamento, se preparó para Teixeira, peleó, descansó sólo unas semanas y está allá de nuevo. No queremos regalar nada». 
No debe ser nada fácil ser su entrenador siendo el padre, en ocasiones debe separar los roles para hacer un buen trabajo, “más allá de que es mi hijo, yo soy el técnico. Me tengo que olvidar a veces que soy el papá, sino me meto a pelear con él (risas). Sufro también, como con todos mis pupilos, si los veo mal no voy a dejar que los golpeen» y detalló con un ejemplo, «es más, cuando peleó con Teixeira, en el último round no quería que lo noquee y menos faltando un minuto. Al principio del combate sí, pero como vi que le pegó tanto y había hecho una pelea tan digna, quería que llegue a las tarjetas; no merecía terminar en la lona. Hicimos muy buena relación con él. Cuando terminó la pelea me acerqué al rincón y le dije: ‘nunca quisimos pelear contra vos, pero se dio así’”. 
Brian supo construir una gran carrera amateur, fue integrante del equipo nacional «Los Condores» y desde que nació sabe lo que es el deporte de los puños. “A los dos años lo tenía con los guantes en las manos. Empezó a hacer exhibiciones a los siete años y a los nueve a combatir. Realizó 189 combates amateurs, estuvo en la selección argentina y está haciendo una carrera profesional muy nutrida. Fueron muchos años en esto y gracias a Dios llegamos a lo más alto del boxeo”. 
Además de darle indicaciones en los entrenamientos y en sus peleas, Carlos, también lo hace en su vida. “Yo soy una persona que luchó desde los ocho años y se lo que es el esfuerzo y sacrificio. A mis hijos los encamine por buen camino y gracias a Dios escucharon mis palabras. Debido a tanto trabajo llegaron a donde están. Tampoco me olvido de toda la gente que nos ayudó” y destacó la importancia de hacer campamentos en los Estados Unidos, “en mi querida Argentina hay muchos valores, pero un gran problema es que el boxeador está muy mal pago. Ganan alrededor de 300.000 pesos en una pelea por un título. Mínimo deberían ganar 500.000. Por eso se van muchos de acá. Para nosotros lo mejor fue salir del país, donde el boxeo está decayendo. Hay que invertir en los prospectos que tienen, a veces hay que perder para ganar. Gastamos mucha plata de nuestras bolsas para cosas necesarias, es una inversión para mejorar”. 
No sólo es entrenador, sino que también fue boxeador profesional y de chico está en este deporte. «Yo empecé a boxear en los 80 y desde el 2000 soy técnico. Llevo 40 años en esto, las pasé todas. Me hice acá en Argentina y en Estados Unidos mejoré, pero me formé acá». 
Desde muy pequeños Brian y su hermano Alan –que también es boxeador profesional y se encuentra realizando campamento con él, con la idea de regresar- no sólo lo acompañaban en el gimnasio, sino también en su trabajo.
«A mis pibes en las vacaciones del colegio los hacía barrer conmigo. Diez pesos por frente se levantaban, en ese momento era mucha plata para ellos. Lo hacía para que le dieran valor al dinero y al trabajo. Los dos iban conmigo», además expresó que, «siempre fui muy hincha y me preocupe mucho de mis hijos, pero lo hice para cuidar su salud y la carrera. Cuando no estaban en casa y escuchaba una sirena, salía corriendo a la esquina a ver si les había pasado algo a ellos. Había muchas barritas cerca. Cuando venían de bailar y se quedaban en la otra cuadra los iba a buscar. A veces estaban con chicas y me decían: ‘nos haces pasar vergüenza’. Pero creo que eso sirvió de mucho. La diversión es linda pero no se tiene que hacer vicio». 
Para finalizar, no dudo en responder la siguiente pregunta: ¿qué es para vos el boxeo? “Para mí el boxeo es algo hermoso, es el amor de mi vida. Sirve para sacar a los chicos de las calles, cambiarles los ánimos y contenerlos. Mucha gente se salvó de las drogas y demás vicios gracias a este deporte. Significa trabajo y dedicación”. 
(*) Fernando Sabatini, integrante de «Campeones en el Ring», Radio Libre AM 890 de Buenos Aires. 
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